Una de las propuestas más provocadoras que ha surgido en el escenario nacional, ante la desmovilización Inconveniente del Frente Nacional de Resistencia Popular, es articular las viejas y nuevas luchas sociales territoriales frente al capitalismo salvaje, para vivir por adelantado la refundación nacional.
Es un planteamiento que viene de las comunidades indígenas, campesinas y negras enfrentadas a las industrias extractivistas, que producen daños irreversibles al ambiente, desplazamiento de poblaciones y represión.
Fue en su plantón de ayer en el centro histórico de Tegucigalpa, que el Comité de Familiares de Detenidos – Desaparecidos en Honduras, aceptó participar de ese planteamiento.
“En esta plaza aceptamos los llamados a la integración de un nuevo espacio de articulación social que junte las luchas de los pueblos contra este esquema de muerte y ofrecemos nuestra voluntad a aquellos propósitos de resistencia activa que pongan en vigencia la refundación por adelantado”, dice el COFADEH.
En un documento divulgado en su infaltable plantón del primer viernes de cada mes, la organización de víctimas de la desaparición forzada – fundada en 1982 --, describe la deplorable situación actual de Honduras.
En las últimas semanas el lenguaje de los violentos en esta nación centroamericana se expresa con cuerpos humanos exhibidos en calles y avenidas de las principales ciudades, a imagen y semejanza de México y Colombia.
“No podemos admitir como "normal" que un grupo delincuencial se imponga a otro matando seres humanos frente a los ojos de la sociedad que no es parte de esa guerra; esa bestialidad además de inadmisible, es intolerable y objeto de rechazo total. Y éticamente no está permitida la indiferencia”, afirma el texto del COFADEH.
Precisa que la proximidad a las elecciones generales el 24 de noviembre está disparando todas las alarmas de la brutalidad y que el miedo a perder el monopolio de la violencia aumenta la exhibición de cadáveres de humanos y humanas en calles y avenidas por parte de los criminales con disfraces, antifaces y poder.
El documento refiere igualmente que aumentan las amenazas contra liderazgos sociales y políticos participantes en la contienda electoral, particularmente contra el partido Libertad y Refundación.
Así mismo, señala que la militarización abierta del proceso electoral por el candidato del Partido Nacional y Liberal, Juan Orlando Hernández, con más de 14 mil hombres entre militares activos y reservistas, constituye un acto irresponsable y antidemocrático, que amenaza al electorado en condiciones aún peores a las de en noviembre de 2009.
El COFADEH cuestiona duramente al régimen de Porfirio Lobo por someter a posteriori la “socialización” de leyes entreguistas del territorio y la soberanía total del país al capital transnacional e imponer por la fuerza a empresas mineras y represadoras contra la voluntad de las comunidades.
En opinión del Comité de Familiares de Detenidos – Desaparecidos en Honduras el clima de violencia actual impuesto por bandas en disputa es su guión premeditado para vender las riquezas nacionales, desplazar a las poblaciones de los territorios e imponer un régimen de fuerza enemigo de los derechos humanos.
En consecuencia, la organización pide a la comunidad internacional no intervencionista en los planos militar y político, que no espere más víctimas antes de venir a Honduras a acompañar de cuerpo presente a las comunidades y personas que sufren la brutalidad de un sistema violento autodestructivo, que parece dispuesto a mantenerse a sangre y fuego.
Y en esa misma línea, plantea como lo hacen otros movimientos, la necesidad de vivir por anticipado la refundación nacional, que en teoría sería posible después que la resistencia gane las elecciones y organice una Asamblea Nacional Constituyente.
Hasta aquí las citas directas del comunicado del COFADEH divulgado ayer en Tegucigalpa, y que esta columna hace suyos.
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