El cogobierno Hernández-Lobo pretende hipotecar los bienes naturales comunes del pueblo hondureño.
El presidente Porfirio Lobo, confirmó que dejará en su escritorio la Ley de Promoción del Desarrollo y Reconversión de Deuda Pública por recursos naturales ociosos, bautizada como “Ley Hipoteca”, para que sea su sucesor el que tome la decisión si la sanciona o la veta.
Desde su aprobación a matacaballo de esa ley por parte del Congreso Nacional en una sesión en Gracias, Lempira, se ha desatado una gran polémica por ese decreto ya que a criterio de varios sectores, hipoteca los recursos naturales del país.
“Yo no voy a convertir esto en tema de campaña, cuando venga el nuevo presidente que decida si la sanciona o no la sanciona, ahí va a quedar en el escritorio de él, porque esa ley no tiene nada que ver con recursos naturales, en el sentido que no opera los recursos, la que opera las concesiones es la Ley de Minería que se aprobó, este es únicamente un instrumento financiero que obliga al que tiene una concesión que tiene que operarla en un plazo de seis meses y lo obliga a pagar al Estado en una garantía, lo que iría pagando en el transcurso de los años, de 20 años, dígamelo así”, argumentó el mandatario.
“Lo que tenemos hoy, es 280 concesiones que no se están operando y que están a la espera quizá de que llegue ahí alguno, para estar especulando y eso no puede ser; hay muchos sectores que están acostumbrados a eso, pero como este gobierno no se va a beneficiar, yo no voy a convertir eso en un tema de campaña”, reiteró.
“Yo lo que le digo es lo siguiente, si el siguiente presidente o presidenta que resulte electo, es problema de ellos, pero que es importante para Honduras, es importante porque es un instrumento financiero, no tiene nada que ver con concesionar ni con nada, la concesión la hace el Instituto Nacional de Geología y Minería (Ingeomin)”, acotó.
Reiteró que con esa ley se pretende que la concesión que se otorgó, si no se opera en seis meses, se le traslada al siguiente que quedó en la licitación y en asimismo, permite recibir esos recursos en 20 años o traerlo a valor presente, pero eso queda garantizado por una institución financiera.
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