viernes, 23 de agosto de 2013

¿De dónde proviene el capitalismo?


Por Talat Ahmed

Análisis del desarrollo del sistema y la manera en que lo hizo en las diferentes partes del mundo. También se explica por qué el desarrollo del capitalismo en Europa Occidental no fue más que resultado de la casualidad.

¿Por qué el capitalismo industrial se desarrolló en algunos países y no en otros? Esta es una de las preguntas más curiosas de la historia.

Las sociedades occidentales desarrollaron un avanzado sistema capitalista industrial mientras que otras civilizaciones en Latinoamérica, Asia y África no lo hacían. Algunos historiadores dicen a partir de esto que las sociedades orientales son “atrasadas”, que el capitalismo se desarrolló en el Europa occidental a causa de los “valores occidentales” o de algún tipo de innovación “natural”.

Ignoran el hecho de que las sociedades orientales produjeron gran parte de las innovaciones científicas, culturales y materiales de la historia. Pero los historiadores ortodoxos intentan presentar versiones de la historia que separan el desarrollo de una parte del mundo de la otra.

El libro de Kenneth Pomeranz, La Gran Divergencia, da pruebas empíricas que derrocan esta visión de la historia. Muestra que había fuertes paralelismos entre Europa y el sudeste asiático en términos de esperanza de vida, ya en 1750. Pomeranz argumenta que la divergencia de Europa en el siglo XIX respecto el resto del mundo se debe principalmente a la azarosa localización del carbón. Esto hizo que el fracaso europeo de explotar intensivamente la tierra fuera un problema menor puesto que el carbón permitiría el crecimiento de las industrias intensivas eléctricas.

Otro hecho crucial se debe al comercio. Las Américas ofrecieron un gran recurso de los muchos productos que Europa necesitaba y los necesitaba más que cualquier otro país asiático. Mientras tanto, el crecimiento de la población y la manufactura pararon las exportaciones de recursos vitales de las regiones asiáticas, el crecimiento allá provino del uso intensivo de la mano de obra y del uso de los recursos naturales.

Hasta entonces el comercio y los comerciantes no eran una característica distintiva de Europa. Había comercio lucrativo y activas ciudades comerciales en todo el Mediterráneo, en China y en la Península Arábica. Los mercaderes emergieron como clase dentro de las sociedades agrarias pre capitalistas, compraban productos en un lugar y los vendían en otro. Los mercaderes establecieron ciudades y aumentaron su influencia donde nuevos modelos de vida se estaban desarrollando. Hecho tan cierto para la China o el norte de África como para Florencia o Brujas (Bélgica).

Estas clases mercantiles emergieron de una manera similar en sociedades con poco o ningún contacto entre ellas. Aparecieron en el segundo milenio antes de Cristo en Babilonia y Egipto y el 300 AC en la India, en China, en Grecia y Roma. Normalmente dejaron un poso ideológico, político y económico. Budismo, Hinduismo, Cristianismo e Islam fueron extendidos a través de las rutas comerciales por los mercaderes.

Las grandes lenguas del mundo a menudo se desarrollaron por la comunicación entre la gente en las rutas comerciales y los mercados. Los sectores de la establecida clase dirigente agraria trataron repetidamente a los mercaderes como útiles aliados en las luchas por el poder contra otros grupos sociales. Pero los comerciantes siempre eran los aliados débiles. La riqueza de los comerciantes vino de la malversación del excedente bajo el control de la vieja clase dirigente –y la clase dirigente se resintió de ello. Incluso el mercader más poderoso podía ser de repente lanzado a la prisión o perder su cabeza.

Karl Marx distinguió entre diferentes tipos de capital. Los comerciantes sacaban beneficios financiando el comercio y el capital financiero de los usureros salía de los intereses que los préstamos. El capital productivo provenía de emplear a las y los trabajadores para producir bienes.

Imperios 

El capital mercantil y el capital financiero existían ya bajo los viejos imperios. El capital productivo hizo sólo extrañas y efímeras apariciones. Los comerciantes no desarrollaron las fuerzas de producción por ellos mismos. Cuando empezaron a ejercer influencia política en algunas áreas, crearon formas estatales que hicieron posible el desarrollo industrial y agrario capitalista en Europa.

¿Por qué esto pasó en algunos lugares y no en otros? Esto está conectado con la manera en que el desarrollo económico incentivó nuevas relaciones sociales que eventualmente chocaron contra los viejos dirigentes y sus estructuras. En algunos lugares la producción empezó a tomar nuevas y avanzadas formas. Aquí las nuevas relaciones sociales sacudieron la vieja sociedad. Pero los adelantos decisivos todavía se apoyaban en la lucha revolucionaria exitosa.

En la Europa Occidental las nuevas técnicas productivas desarrolladas durante los siglos X y XI funcionaron mejor cuando se aplicaban metódicamente en los cultivos y en las granjas animales. Fue difícil de llevar a cabo puesto que los propietarios de tierras preferían los esclavos. Por lo tanto aquellos que controlaban la tierra empezaron a transferir más responsabilidades en el campesinado.

Los cambios en las fuerzas de producción alentaron cambios en las relaciones de producción. Marx describió como la base económica de la sociedad generaba una superestructura legal y política entera. Pero dado que las fuerzas productivas se habían desarrollado, la vieja superestructura empezó a transformarse en un bloque que se oponía al nuevo bloque, generando un conflicto entre ambos.

Por lo tanto había una conexión necesaria entre los métodos de producción y la manera más provechosa de una minoría para explotar el resto de la población. Y este no sólo era el caso del crecimiento del feudalismo europeo, también era cierto para la creación de un tipo de explotación basado en el trabajo “libre” del capitalismo.

Pero muchos historiadores ignoran la manera en que el desarrollo de las fuerzas de producción afectan a la gente y fomenta los cambios.

Marx mostró que una precondición para la emergencia del capitalismo consistía en la separación de los productores inmediatos de los medios de producción. El control de estos pasaba entonces a manos de la nueva clase explotadora y los productores –la gente trabajadora– no tenían entonces otra manera de ganarse la vida que vendiendo su propia habilidad para trabajar.

Pero su premio por el trabajo era más bajo que el valor de los productos que su trabajo había creado. La diferencia, “el excedente”, iba a parar a las carteras de sus jefes. Marx denominó este proceso “explotación”. Describió también como la fuerza de trabajo inglesa fue separada a la fuerza de su control sobre los medios de producción.

Los cercamientos de tierra de los siglos XVI, XVII y XVIII expulsaron al campesinado de las tierras y le empujó a buscar trabajo en las ciudades en auge.

Confiscando las tierras 

En muchas partes del mundo el proceso ha continuado incluso durante el siglo XX. Los colonos blancos colonizaron las tierras de los nativos de lugares como Sudáfrica. Pero separar los productores de los medios de producción no fue por sí mismo suficiente para llevar a cabo el desarrollo del capitalismo.

En Italia bajo la República romana del siglo segundo antes de Cristo la deuda expulsó al campesinado de sus tierras pero se produjo la esclavitud a gran escala más que el establecimiento de un sistema basado en el trabajo asalariado.

Incluso las primeras empresas industriales del mundo no necesariamente utilizaban trabajo asalariado. Algunas usaban convictos o esclavos. La esclavitud era una manera lógica para la clase dirigente de extraer un excedente más de los explotados, puesto que garantizaba máximos beneficios. Pero tenía un inconveniente. Los peones se sentían resentidos por sus condiciones y esto afectaba la calidad de lo que producían.

Supervisar a los esclavos también era caro. Por eso pronto hubo críticos de la esclavitud entre las mismas clases dirigentes. Pero en muchas de las sociedades clasistas agrarias la gleba, donde los peones eran medio libres, era más común que la esclavitud total.

En el siglo X en la Europa Occidental, por ejemplo, la producción aumentó cuando el campesinado recibió más responsabilidades. Otra vez esto muestra que los cambios en las formas de explotación estaban conectados con los cambios en los métodos de producción.

El capitalismo para desarrollarse no sólo necesitaba la separación de los productores inmediatos de su control sobre los medios de producción, sino que también requería nuevas maneras de producir que darían a los explotadores un excedente más grande debido a que el trabajo “libre” asalariado producía más beneficios que el modo de producción esclavista o feudal.

Y estas nuevas maneras de producir tuvieron que escapar del control de las viejas clases dirigentes agrarias o como mínimo del sector mayoritario de esta clase.

Las visiones dominantes entre los historiadores sobre como se desarrolló el capitalismo no se sostienen. “Los valores europeos” no crearon el capitalismo, fue el capitalismo el que creó estos valores. El capitalismo no se desarrolló por algún carácter especial de Europa. Es un producto del desarrollo global de las fuerzas y las relaciones de producción a gran escala.

La agricultura se desarrolló primero en el Próximo Oriente hace unos 10.000 años. Desde entonces se ha producido un crecimiento acumulativo de nuevas fuerzas de producción, esparcido a través de las masas de tierra conectadas de Europa, Asia y África. El auge del capitalismo en Europa no es más que una de las fases pasajeras en este proceso.

* Talat Ahmed es miembro del Socialist Workers Party, organización hermana de En lucha / En lluita.

Artículo traducido del inglés por Albert Portillo de Estudiantes En lucha / Estudiants En lluita. La versión original se puede encontrar pinchando aquí.

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