martes, 4 de agosto de 2020

La Iglesia se suma al reclamo "Dónde está el dinero"



Honduras está viviendo momentos sumamente difíciles y complicados en medio de una pandemia cuyo manejo está en la crítica ciudadana que demanda rendición de cuentas sobre más de 90 mil millones de lempiras destinados para atender la emergencia.

La iglesia católica tampoco se queda atrás en el reclamo. “Como parte de esta sociedad nos sumamos a esa pregunta, a ese grito: dónde está el dinero, cómo se está manejando, cómo se está administrando, cómo se está invirtiendo, está llegando realmente a las víctimas de esta pandemia y de otros virus, nos sumamos a ese grito”, dijo en entrevista con Radio Progreso, el sacerdote Jesuita Gregorio Vásquez, Párroco de la Parroquia San Isidro Labrador en Tocoa, Colón.

La Parroquia San Isidro Labrador de Tocoa pertenece a la Diócesis de Trujillo y comprende los departamentos de Gracias a Dios y Colón.

RP. ¿Cómo está viviendo la pandemia?

GV. Pues como la vivimos la mayoría de los hondureños y hondureñas y de todos los ciudadanos de este planeta, con una sensación, por una parte, desde la fe con mucha esperanza, y por otra, desde el sentido más humano, lleno de incertidumbre, de preocupación, de indignación por el modo en que se ha ido gestionando todo lo relacionado con la emergencia a raíz de esta pandemia.

RP. ¿Qué hace su parroquia para llevar esa palabra de aliento, de fe a su feligresía?

GV. Pues, lo que está haciendo la Iglesia en general. Acompañar y estar con las comunidades a través de los medios y las posibilidades que nos quedan siempre con las medidas de bioseguridad y todo aquello que ayude a evitar el contagio y la propagación de esta enfermedad. Es una de las tareas de acompañar, animar, estar con nuestras comunidades, y, dando esa palabra, esa mirada ante una realidad tan compleja, a veces oscura, por el modo en que se ha ido gestionando la emergencia en el país.

RP. ¿Qué piensa de lo que está viviendo Honduras?

GV. El Covid-19 solo se ha venido a sumar, ha venido a ser parte del cúmulo de una crisis histórica del país. Una crisis histórica que ha ido tomando unos matices marcados por una galopante corrupción, por un resquebrajamiento institucional y por una tendencia a centralizar el gobierno, el poder en el ejecutivo.

RP. ¿Cómo valora las actuaciones del gobierno?

GV. Como parte de esta sociedad, nos sumamos a esa pregunta, a ese grito: dónde está el dinero, cómo se está manejando, cómo se está administrando, cómo se está invirtiendo, está llegando realmente a las víctimas de esta pandemia y de otros virus, nos sumamos a ese grito.

RP. Su Diócesis, la Diócesis de Trujillo, se pronunció sobre este tema.

GV. Partimos haciendo eco de las palabras del Profeta Amós: hay de los que convierten la justicia en veneno y arrastran por el suelo el derecho, odian al que juzga rectamente en el tribunal y detestan al que testifica con verdad. Nuestra primera palabra es ¡basta ya! al poder Ejecutivo que ha centralizado y ha llevado una pésima gestión de la emergencia.

Luego nos dirigimos al Poder Legislativo con ese ¡basta ya! de seguir aprobando leyes injustas que lejos de favorecer la justicia y el bien común, y defender a las mayorías pobres del país más bien buscan proteger a corruptos y criminales. Y luego nos referimos al poder Judicial con ese ¡basta ya! de la actitud vergonzosa y acomodada que no da ni una palabra ni la cara ante los grandes escándalos que son públicos.

Y ante ello, nuestra voz profética denunciando la corrupción gubernamental exigiendo que las personas, grupos, instituciones y empresas señaladas junto con sus cómplices y protectores sean investigadas, enjuiciadas y castigadas, y que sus bienes sean decomisados y devueltos al sistema de salud. Y hacemos referencia a las palabras del Papa Francisco “la solidaridad debe vivirse como la decisión de devolverle al pobre lo que le corresponde”.

Radio Progreso · Gregorio Vásquez-DAG Pandemia I parte
RP. ¿Cuál es el mensaje para la llamada “sociedad civil”?

GV. Que no se preste para estos juegos, y más bien invitar a dar espacio y al surgimiento de nuevos líderes y lideresas que correspondan a los intereses del pueblo y de toda la comunidad. Con ese comunicado (del 18 de julio) hemos dado nuestra palabra como Iglesia.

RP. ¿Qué queda por hacer como Iglesia?

GV. Como Iglesia nos toca seguir anunciando la buena nueva de Jesús, que es la propuesta del Reino de Dios. Tiene unos destinarios claros que son los pobres y las víctimas, y a nosotros nos toca seguir anunciando esa buena nueva de Jesús a este pueblo sufrido, maltratado, explotado. Esa buena nueva también lleva la voz profética que no sólo anuncia, sino que también denuncia.

RP. ¿Cómo sigue la salud de su Obispo, Monseñor Luís Solé, que ha sido infectado de coronavirus?

GV. Gracias a Dios va recuperándose con bastante éxito de su salud. Que nuestro Obispo haya sentido en carne propia esta enfermedad, este virus, es un signo de cercanía y solidaridad con este pueblo tan sufrido que no tiene ni la atención más elemental en el área de la salud y otras atenciones básicas.

RP. ¿Cómo ha golpeado el virus a la Iglesia Católica?

GV. La ha golpeado mucho como ha golpeado a toda la población y los grupos más vulnerables del país, porque nuestras familias, nuestros hermanos y hermanas siente esa necesidad de reunirse como comunidad cristiana, de celebrar el sacramento de la eucaristía como ese espacio de encuentro de actualizar y hacer esa memoria viva de Jesús y su reino.

Radio Progreso · Gregorio Vásquez-DAG Pandemia II parte
RP. ¿Qué diría Jesús a su pueblo en estos tiempos?

GV. Jesús lo primero que hacía era solidarizarse, acercarse, y es lo que ofrecemos de manera humilde y sencilla. Solidarizarnos, dar nuestra palabra de consuelo a tanto hermanos y hermanas que sufren, muchos de nuestros agentes de pastoral están pasándola difícil, varios sacerdotes también. Lo primero que hace Jesús es solidarizarse y luego anunciar la esperanza, tratar de contagiar esa esperanza que se convierta en fuerza, en resistencia, en lucha para defender la vida, una vida digna y plena.

RP. ¿Cuál es su mensaje para el pueblo hondureño?

GV. Estamos en un tiempo muy oportuno para revisar qué vida llevamos y qué vida queremos, veámoslo como un momento importante, eso nos va a llevar a preguntarnos también qué comunidad queremos, qué sociedad queremos. En definitiva, es que no perdamos de vista ese cielo nuevo, esa tierra nueva que nos promete el señor y que cuando es promesa y la recibimos se convierte en tarea, se convierte en misión. Es tiempo de mantenernos firmes en la fe y la esperanza. Termino como San Ignacio nos dice: el amor es mejor ponerlo más en obras que en palabras.

No hay comentarios: