Trabajadores en Lima abordan un autobús observando el distanciamiento a que obliga el coronavirus. El transporte, como casi todas las actividades económicas, ha decaído en la región como producto de la pandemia. Foto: Sofía Guerrero/BM
El producto interno bruto de América Latina caerá -9,1 por ciento en 2020 y su nivel per cápita será similar al observado en 2010, lo que significa un retroceso económico de 10 años, expuso este miércoles 15 un nuevo informe de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, al presentar el informe deploró que “se prevé ahora un aumento también mayor del desempleo, que a su vez provocará un deterioro importante en los niveles de pobreza y desigualdad”.
La caída de América del Sur será de -9,4 por ciento, la de América Central y México de -8,4 por ciento y la del Caribe -5,4 por ciento, pero si se exceptúa Guyana, la única en crecer, la subregión caribeña retrocede -7,9 por ciento.
El crecimiento de Guyana se debe a su debut como productor y exportador de petróleo, que puede superar los 200 000 barriles diarios en un plazo breve.
Los niveles de ingreso por habitante serán similares a los 2010, de modo que la pandemia covid-19 ya implica un retroceso de 10 años para los latinoamericanos.
En abril, la Cepal había estimado una caída en la actividad económica de -5,3 por ciento, que ya era la más alta desde la Primera Guerra Mundial, lo que llevaría el desempleo de 8,1 a 11,5 por ciento, es decir, a 37,7 millones de personas.
El nuevo cálculo de la recesión debe llevar el desempleo a 13,5 por ciento, 44,1 millones de personas, 18 millones más sin trabajo con respecto al año pasado.
Bárcena alertó desde la sede del organismo regional en Santiago de Chile que la recesión y el aumento del desempleo tendrán un efecto negativo directo sobre los ingresos de los hogares y su posibilidad de contar con recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas.
La Cepal proyecta que el número de personas en situación de pobreza se incrementará en 45,4 millones este año, con lo que el total de personas en esa condición pasaría de 185,5 millones en 2019 a 230,9 millones en 2020, cifra que representa 37,3 por ciento de la población latinoamericana y caribeña.
El número de personas en situación de pobreza extrema se incrementaría en 28,5 millones, pasando de 67,7 millones en 2019 a 96,2 millones de personas en 2020, cifra que equivale a 15,5 por ciento del total de la población.
Bárcena dijo que “si bien los países de la región han anunciado medidas muy importantes, en la medida en que se extiende el confinamiento se requieren esfuerzos adicionales para satisfacer necesidades básicas y sostener el consumo de los hogares”.
La Cepal ha propuesto, como medida de emergencia, un bono contra el hambre, consistente en entregar mensualmente durante seis meses, a las personas que integran los sectores más vulnerables, el equivalente a 70 por ciento del ingreso regional promedio en pobreza extrema, es decir, 67 dólares.
El costo de ese esfuerzo se estima en 27 100 millones de dólares.
Con un horizonte más amplio, la región debe pensar en un ingreso básico universal para sus habitantes pobres equivalente a la línea de pobreza, unos 140 dólares mensuales.
Bárcena reconoció que estas iniciativas requieren del apoyo de la comunidad internacional, a través de financiamientos en condiciones favorables y alivio de la deuda externa.
Del lado latinoamericano, dijo la responsable, es preciso buscar una reconstrucción y desarrollo con mayor igualdad y fortalecer los lazos de cooperación e integración regional.
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