lunes, 11 de junio de 2018

Mentira y perversidad del Estado necropolítico



Por Juan Almendares 

“El Abogado Wilfredo Méndez, Director Ejecutivo del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CIPRODEH) y algunos miembros de su organización han sido objetos de amenazas y atentados por parte de las fuerzas represivas del Estado, en la medida que él y CIPRODEH protesta con mayor fuerza contra el Estado de Honduras en defensa de los derechos económicos, sociales, civiles y políticos. Wilfredo Méndez es un abogado que se ha comprometido más con los que luchan por el derecho desde abajo; se sumó a una huelga de hambre por los derechos de los pueblos indígenas y ha sido un luchador contra la represión constante de un Estado militar policial”.

El problema que nos preocupa como tema central es la verdad, la libertad y el poder de un Estado que hemos llamado necropolítico* (políticas de la muerte) y está dedicado a todos y todas defensores y defensoras de los derechos humanos y planteamos las siguientes preguntas:

¿Cuál es el problema de la violencia contra los defensores de los derechos humanos?

¿Quiénes son los victimarios y perpetradores de esta violencia?

¿Cuáles son las causas y por qué defender a los defensores y defensoras?

¿Cuáles son los responsables de la política criminal del Estado?

¿Por qué ocurre esto en una falsa democracia condicionada por la ocupación militar de Estados Unidos?

En otras palabras, cuál es el núcleo del problema: sobrevivir, morir, o corromperse y ser cómplice con la política criminal.

Decía Zubiri que el ser humano es un animal de realidades o sea que lo que nos diferencia a los hombres y mujeres de los animales es que tratamos de conocer la realidad o enfrentarla, a esto él le llamo Habitud que es el enfrentamiento radical con la realidad a través de la inteligencia que siente. Es decir no separar el pensamiento y las emociones en el proceso de conocer y transformar la realidad. En consecuencia con lo anterior tenemos dos retos, la verdad sobre la realidad social y el conocimiento de esta realidad.

En lo que respecta a los sujetos que habitan en este territorio tenemos que partir en relación con la verdad sobre la historia, para Walter Benjamín hay dos historias, la historia de los opresores y la historia de los oprimidos, esto quiere decir que nuestra historia no la hemos escrito nosotros ni nosotras, si no que ha sido escrita por los colonizadores y los neocolonizadores como dice Bolívar Echeverría por la blanquitud, que no se trata del color de la piel si no de una conducta que sigue el patrón imperial de los países dominantes, tal es nuestro caso que ya nos habíamos descubiertos, incluso los colonizadores consideraban que los indígenas no eran humanos, que no tenían alma y que eran débiles, considerar al otro u a la otra débil, es racismo. Por eso la verdad está muy ligada a la historia.

Sin embargo hay que señalar que existen tres historias: La historia que la hacen los hombres al hacer la lucha por la vida y la historia de las mujeres que la hacen al luchar por sus derechos como mujeres frente a los hombres y a la sociedad. Son dos historias diferentes pero que es necesario unirlas, y la tercera historia es la del patriarcado que se caracteriza por la violencia autoritaria del poder clasista, y que al considerar a la mujer débil es racista y contribuye a la criminalización del género y la diversidad sexual.

El otro fundamento de la mentira y la dominación es la teología fundamentalista y militar que se divorcia totalmente de la filosofía de Cristo y la teología de liberación.

Las otras formas de violencia están representadas por la geopolítica, las nuevas doctrinas de la seguridad nacional que le dan prioridad a la guerra total contra los pueblos de América Latina y que tienen como fundamento la acumulación capitalista por desposesión. Estas guerras están inspiradas en las teorías nazis, fascistas y en el neoliberalismo.

El ser humano tiene necesidades materiales, espirituales, culturales, estéticas y solidarias, para satisfacer estas necesidades tiene que existir la libertad. Esta se desarrolla en un campo de posibilidades del conocimiento y la experiencia que contribuya a la creatividad y la auto realización del hombre y la mujer para alcanzar la verdadera emancipación social en las relaciones sociedad naturaleza. En consecuencia no puede haber verdad sin libertad, conocimiento y praxis social transformadora.

La privación del derecho a la libertad es una de las situaciones más graves para el ser humano y es cuando es tratado como cosa u objeto desechable, esto se llama la cosificación de las relaciones sociales y la cosificación de los derechos humanos.

En Honduras a partir del golpe militar del 2009 se acrecentó una política criminal de un Estado Policial Militar punitivo y persecutorio, que además de representar la ausencia de democracia, corresponde a una plataforma de agresión gestada por el comando sur y el pentágono para agredir a nuestro pueblo y violentar el derecho a soberanía de otros pueblos tales como Nicaragua, El Salvador, Cuba, Venezuela y Bolivia. En otras palabras Honduras es un experimento bélico de trauma, terror y tortura por la Geopolítica gestada por Estados Unidos de América.

El testimonio de la violación al derecho de la libertad es el sistema carcelario de Honduras donde hay casi el 50% de personas en las cárceles que no tienen sentencias, en consecuencia muchos de ellos y ellas son inocentes, por otra parte hay presos políticos que no se han notificado el número y sus nombres, entre ellos se encuentra Edwin Espinal , por lo tanto se exige la libertad de los presos políticos y el cese de la tortura en las cárceles de máxima seguridad y en todo el sistema carcelario .

Por todo lo anterior y debido a que tanto Wilfredo Méndez, CIPRODEH y otras organizaciones defensoras de los derechos humanos están siendo amenazadas; y considerando que la tasa de impunidad es de más del 90 % nos obliga a preocuparnos por la vida y seguridad de los y las defensoras de los derechos humanos.

Finalmente, al darse sobreseimiento a los policías acusados de tortura contra defensores y defensoras de los derechos humanos, es un testimonio que no existe justicia para los que han sido objeto de represión policial: Carlos del Cid (Observatorio Ecuménico), Ariel Díaz (CIPRODEH), Hedme Castro (Aci-participa) y Tommy Morales (ASOPODEUH) quienes fueron víctimas de trauma, terror y tortura junto con los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Por lo tanto la vida de ellos y ellas continúan en extremo peligro. Demandamos la solidaridad nacional e internacional para proteger a todos y todas los defensores y defensoras de los derechos humanos.

Notas: 



Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH

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