Pasan los días y en Honduras los aumentos económicos se agudizan. El precio de los combustibles supera cien Lempiras el galón, mientras que la energía eléctrica cuesta cada vez más y ahora el país se detiene ante un inminente aumento en la tarifa del transporte urbano.
Esta situación hace más difícil la vida para la población que sobrevive con salarios pírricos, para el caso la canasta básica de productos de consumo popular ronda los 15 mil Lempiras, es decir un aproximado de 750 dólares, y al respecto el salario mínimo es de poco más de ocho mil Lempiras (400 dólares).
Estas desigualdades generan críticas, malestar y depresión, el psiquiatra Javier Ucles, dice que esta realidad económica genera un impacto totalmente negativo en la ciudadanía, quien vive el día a día en depresión, amargura e impotencia.
El especialista cree que en esta realidad tiene gran responsabilidad la clase política, en específico el gobierno, estructura que promete el cielo y la tierra a la gente, pero que no cumple y al ver este contexto en el que lejos de ser beneficiado pasa todo lo contrario, por tal razón la gente repudia con más fuerza al gobierno.
Honduras sigue diluida ante una masacre económica, así lo expresó en sus redes sociales el economista Ismael Zepeda, quien hizo esa referencia en torno al amplio contexto económico que vive el país.
El dólar actualmente superó la barrera de los 24 Lempiras, primera vez que ocurre en la historia de Honduras, y eso se conjuga con el precio de los combustibles. El representante de los consumidores Benjamín Zepeda, asegura que la situación es muy crítica para la gente, pues los salarios son bajos y todo sube de forma acelerada.
Para Zepeda el gobierno no hace nada para frenar estos aumentos, a pesar que sea impulsado por las decisiones políticas del mercado internacional, opinión contraria tiene el empresario y economista Juan José Cruz, quien asegura que como gobierno no se puede hacer nada ante la devaluación y ante el precio del crudo internacional.
Cruz manifiesta que todo se debe a las crisis internacionales en la situación política, por tal razón no nos queda más que prepararnos para enfrentar estos golpes.
“Al final es la gente la que paga esto, el que más se ve afectado”, recalcó Benjamín. Para Zepeda el tema de los combustibles también es responsabilidad del gobierno, pues a esta fecha y ante los precios del crudo, se debería revisar la fórmula y cobrar menos en impuestos y así rebajar significativamente el costo del galón.
Actualmente se discute entre el sector transporte y gobierno una revisión a la fórmula de precios, los que dejarían un aumento en la tarifa de taxis, buses y mototaxis, los consumidores y consumidoras se ven alarmados y consideran este hecho como la cereza en el pastel.
Ante el alto costo de la vida en el país, el sector empresarial asegura que los salarios que ellos están pagando están en medio del marco de cobertura de las necesidades básicas de los trabajadores y trabajadoras.
En ese sentido, dirigentes de las centrales obreras anuncian un nuevo pedido al gobierno de reajustar el salario en más de dos mil Lempiras del salario mínimo actual, cifra que solo al ser escuchada alarma a los empresarios.
El presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), Juan Carlos Sikaffi, dijo que hacer un aumento de tal magnitud repetiría la historia del 2009, es decir, produciría más despidos, pues el sector empresarial no tiene capacidad para pagar tanto.
De la misma forma el empresario manifestó que según los estudios científicos que han hecho, la canasta básica cuesta menos que el salario mínimo, es decir, casi los ocho mil Lempiras.
La realidad hondureña se mantiene, con una tendencia hacia el aumento y con la misma disposición tanto empresarial como gubernamental de mantener congelados los salarios para los trabajadores y trabajadoras, quien a final de cuentas son los que reciben los impactos de los paquetazos económicos que se aprueban en la dinámica política del país.
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