sábado, 16 de junio de 2018

La juventud debe retomar el ejemplo de los lectores incansables como Tomás Nativí y Herminio Deras




Por Sandra Rodríguez

A las instalaciones del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos (COFADEH) llegó José Armando Argucia, la Sala de Memorias Vivas le robó la mirada, le devolvió memorias y lo remontó a su juventud, a su época de estudiante.

“Fuimos compañeros en la Normal, con Tomás, desfilábamos juntos para el 15 de septiembre”, expresó, al referirse a Tomás Nativí Gálvez, profesor y líder revolucionario, un estudiante aplicado y amante de la lectura para reconstruir la patria, detenido desaparecido justo en una fecha como hoy, 11 de junio -1981-, que también se conmemora el “Día del Estudiante Hondureño”.

Tomás era un tipo autodidacta, estudiaba hasta media noche, expresó don Armando, maestro jubilado que pasa los 70 años, y que en esta ocasión acompañaba a una víctima de violación a derechos humanos que interpuso la denuncia en el COFADEH, organización que coordina Bertha Oliva de Nativí, esposa de Tomás.

A altas horas de la noche, notó que el joven estudiante Nativí, seguía despierto “Una vez lo visité en su cuarto y le pregunté ¿Qué estás haciendo? Y él me respondió <> Era entre 1967-1968”, recordó el profesor Agurcia.

-El profesor Tomás Nativí, nació en Tela, creció en El Progreso y después se trasladó a Tegucigalpa, donde estudio en la Escuela Normal de Varones “Pedro Nufio”, donde se graduó de maestros de Educación Primaria en 1967.-

Como estudiantes participaban en las actividades estudiantiles propias. En ese momento era una época de luchas junto a la clase obrera y campesinado. Por lo que los futuros maestros participaban en los movimientos sociales y vivían las inquietudes de ese entonces.

Para esos años, el impulso de la juventud iba en vías a la revolución para enfrentarse a las condiciones desiguales impuestas desde el dominio militar y gubernamental, que históricamente continúa en Honduras, era el presidente Ramon Villeda Morales.

Recuerdo que había un “mitin” -reunión- estábamos frente a Casa Presidencial -en ese entonces situada en el centro de Tegucigalpa-, el presidente Villeda salió a saludarnos y se subió al carro donde estaba el megáfono, con su oratoria dominaba las masas y calmó el movimiento ofreciendo resolver los problemas que denunciábamos.

Había otro compañero, un amigo, Herminio Derás, asesinado el 29 de enero de 1983, en plena implementación de la Doctrina de la Seguridad Nacional, que dejó un saldo de 184 detenciones y desapariciones forzadas en la década de 1980, registradas por el COFADEH, y ratificadas por el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH).

Agurcia guarda recuerdos de la amistad entre Tomás y Herminio Deras, ellos venían de El Progreso, eran unos lectores incansables, tuvieron como mentor al histórico profesor y periodista Ventura Ramos.

Don Ventura Ramos era un maestro que llegaba y nos describía la literatura  poniendo de ejemplo las novelas ejemplares que leíamos en aquel entonces, nos decía “cuando ustedes lean el sí de las niñas, van a contar estas y estas moralejas”… “cuando ustedes lean la vida es sueño… lo mismo”, entonces cuando él decía “cuando ustedes lean…” eso nos motivaba a leer, y cuando terminaba la clase bajábamos corriendo a la biblioteca, haber quien encontraba la novela primero, “ya la encontré”, decíamos, mirábamos que tan grueso era el libro y me decía Herminio “A las dos de la mañana ya la tengo leída, te la traigo mañana” y así era.

Eran lectores incasables. Don Ventura Ramos nos impulsaba la motivación en el compañerismo, afirmó Armando Agurcia.

Para el compañero de la escuela Normal, al saber de la desaparición forzada de Tomás, y el asesinato de Herminio, fue doloroso.

“escuché que el tipo que ejecutó a Herminio, después se arrepintió de haber asesinado a un gran hombre, porque Herminio era una intelectual. A los 23 años tenía una capacidad de análisis que ahora es difícil encontrarla”. Ellos eran autodidactas que influían en los demás.

Estar en la Sala de Memorias Vivas, sintió mucha emoción- incluso lágrimas- muchos recuerdos.

En cuanto al contexto nacional actual, expresó que, la lucha social ha perdido muchos valores, hay mucha campaña de odio, la lucha en aquel momento era más ideológica, era en base a una lectura revolucionaria del socialismo científico y dialectico y ahora no hay dialéctica, es más una posición caprichosa que un discernimiento intelectual, hay mucha diferencia.

La juventud no lee lo suficiente, aconsejó que, hay que retomar las teorías revolucionarias de Engel, de Lenin, como formación política es sumamente interesante y nada más que hay que irse adaptando al cambio de los tiempos.

Además, considera importante y necesario que se retome el legado que Nativí y Deras dejaron, por fueron estudiosos incansables, y esa cualidad no se ve en la actualidad.

No hay comentarios: