jueves, 12 de noviembre de 2015

Honduras en Noruega



Honduras ha sido hallado en ese nórdico país de la tierra, en el norte del mundo, en el frío, entre los originarios de los vikingos, esos seres humanos altos y rubios que surcan los mares y tras el surco de los derechos humanos, dieron con esta Honduras perdida en el mapa del mundo.

Así la han encontrado los miembros del Comité de la Fundación Rafto de los Derechos Humanos, y así la han dado a conocer a los diversos sectores de la sociedad noruega. La sociedad hondureña de la gente olvidada, maltratada, perseguida y también constructora de alegrías y de luchas contra viento y mareas de poderes que aplastan.

Así la han visto los diversos sectores promotores y defensores de los derechos humanos tanto en Bergen, la ciudad de los pescadores y de los mares, como de Oslo, la ciudad de la solidaridad y de las puertas abiertas. Así la han visto los periodistas y medios de comunicación tanto locales como nacionales. La Honduras de la corrupción y de la impunidad, y de los políticos con el cinismo a cuesta, de los políticos que hablan tan serio de la transparencia que hasta sus propios robos los acaban sintiendo como una obra más de caridad y democracia.

Así la han visto y así la han escuchado los políticos y los funcionarios, los académicos y la juventud cargada de compromiso voluntario y de amplia miradas de paz y de esperanzas. Así la han visto los religiosos y religiosas cristianos, judíos y musulmanes, como la Honduras en donde se juega la gloria y la vida de lo divino entre tanta muerte ingrata.

Así la han visto y la han reconocido los amplios sectores sindicales con sus representaciones del país noruego entero, y al escuchar la Honduras reprimida y atrapada entre multinacionales y desempleo creciente, revivieron sus luchas y sus antiguas cadenas hasta expresar que el sufrimiento y la lucha hondureña les confirmaba su solidaridad con la clase obrera del planeta entero.

Así han visto a Honduras en ese solidario y pacífico país nórdico del mundo. Y así se han comprometido: a no dejar de seguir viendo y acompañando el caminar y la lucha de los sectores sociales hondureños, a saber sospechar de la palabrería oficial y a fortalecer la solidaridad con la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión.

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