martes, 10 de noviembre de 2015

Comisiones



La más reciente experiencia sobre comisiones nombradas desde el Congreso Nacional fue la Comisión Legislativa Multipartidaria, para investigar el actuar de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros, CNBS en el cierre forzoso de Banco Continental.

Dicha comisión fiel a la tradición de incompetencia del poder legislativo, no sólo hizo mal su trabajo de investigación, si no que ha generado más incertidumbre sobre el cierre de dicho banco y sobre las actuaciones de la CNBS. El informe, como se dice en el argot periodístico, fue un “churro” no se presentó nada nuevo que los medios no hubieran informado, incluso algunos medios dieron mejores detalles sobre el actuar de la CNBS en estos tiempos de liquidaciones y lavados.

La sospecha en la comisión comenzó el día de la presentación del informe, justo a hora pactada como por arte de magia desapareció la computadora donde se hizo el informe. Luego los diputados Doris Gutiérrez y Edgardo Castro denunciaron las limitaciones del informe, entre ellas, que el Ministerio Público no dio información nueva, que el secretario de finanzas no los atendió y que la CNBS no les dio la información solicitada; y que el informe había sido maliciosamente extraviado temporalmente.

Más allá de lo que pudo revelar o no la comisión sobre el cierre de dicho banco, nos confirma tristes realidades. El gobierno hondureño cuando no quiere resolver un problema, nombra comisiones para que investiguen o intervengan una institución, con la plena seguridad que no resolverá nada.

La comisión tiene la misión de aparentar que se está haciendo algo sobre el tema o determinada institución, y a su vez ocultar la realidad de dicha institución. Lo que ha pasado con esta comisión multipartidaria, es la misma historia y libreto de lo que pasó con la comisión responsable de investigar la corrupción en el seguro social; con la comisión interventora de la ENEE, de los hospitales públicos, y con la comisión creada para depurar la policía. Todas fracasaron y se gastó millones en ellas.

El fracaso de las comisiones también nos afirma otra triste realidad, el colapso institucional. En esa realidad los diputados tiene la mayor cuota de responsabilidad, y es una prueba para los diputados de la oposición, donde tendrán que elegir entre seguir avalando o integrando comisiones interventoras, o se ponen a trabajar más creativa y comprometidamente para hacer propuestas bien pensadas al Congreso sobre las consultas al soberano, encaminadas a impulsar reformas profundas e impulsar consensos nacionales.

En medio de la crisis parlamentaria, hay que reconocer la labor de diputadas como Doris Gutiérrez, quién tiene la habilidad y el olfato político para saber cuándo respaldar o tomar distancia de estas comisiones. Y con valentía y en medio del molote legislativo, reconoce que a la oposición le falta compromiso para saber situarse y defender los intereses de la ciudadanía. Si la oposición en el Congreso Nacional no reflexiona su quehacer, quedarán como cómplices o avaladores de las perversidades cachurecas.

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