viernes, 1 de febrero de 2019

Economía familiar en picada por pírricos salarios



La Comisión Tripartita, gobierno, empleados y sector empresarial, oficializaron el aumento al salario mínimo que estará vigente para los años 2019 y 2020. El anuncio de los acuerdos fue realizado por Carlos Madero, secretario del trabajo. Detalló que el aumento acordado es entre el 4.77 y 7 por ciento, de acuerdo al número de empleados. Es decir que será un aumento de 532.53 lempiras, lo que resulta un salario mínimo promedio de 9 mil 443.24 lempiras.

El sector público continúa en negociaciones, la solicitud de los trabajadores y trabajadoras ronda los 4 mil lempiras, la propuesta del gobierno llega hasta los 800 lempiras de aumento. Por lo que las negociaciones se reanudarán el próximo lunes 21 de enero.

La acción de negociar un nuevo salario mínimo, por ley, se debe realizar todos los años para ajustar el salario de las personas, con las perdidas adquisitivas que han tenido a través de la inflación, es decir de los incrementos de la canasta básica y los servicios públicos.

Para el economista del Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh), Ismael Zepeda, el problema es que en el país el ajuste se está realizando sobre la base de un índice irreal, porque con la realidad del incremento de precios en la canasta básica y otros servicios, el salario actual de las personas no ajusta más que para sobrevivir.

El economista plantea que el debate debe ir encaminado a ajustar el salario mínimo con una canasta básica real, pero es necesario primero realizar una medición económica que responda a la realidad de país. El segundo elemento sería negociar no por rubro o tamaño de empresa, sino que de acuerdo a las capacidades y años de experiencia del trabajador.

Zepeda detalla que 8 de cada 10 trabajadores ganan por debajo del salario mínimo, el cual no logra satisfacer las necesidades básicas de la población. Señala que al menos el 75% de las personas que trabajan en la empresa privada percibe menos del salario mínimo establecido, y en el sector público la cifra rondaría los 100 mil.

“En Honduras, una canasta básica podría rondar los 15 o 16 mil lempiras, en ese sentido un salario mínimo ideal debería ajustarse a esa realidad. El problema no es la cantidad de dinero, sino el poder adquisitivo de las personas”, puntualiza el analista.

No incrementar canasta básica

Esperanza Escobar, presidenta de la Asociación Nacional de la Mediana y Pequeña Industria de Honduras (ANMPIH), expresa que esa organización no considera de alto impacto el reajuste salarial, porque el mismo es realmente bajo.

Sin embargo piden al gobierno que con el aumento salarial no venga a permitir más incrementos a la canasta básica. En ese sentido solicita que se haga una revisión de los costos de la canasta básica porque es ahí donde radica el mayor golpe económico de las familias hondureñas.

“Es necesario una revisión para que el salario pueda ser realmente digno para los trabajadores” señala Escobar.

A criterio del Empresario Adolfo Facussé con el incremento autorizado por el gobierno, la ciudadanía básicamente contrarresta la devaluación de la moneda que se ha registrado en los últimos meses, es decir se mantiene el mismo nivel de ingreso de los trabajadores, pero para salir del estancamiento económico necesita un crecimiento más agresivo de la economía y mayor capacitación para que su productividad contribuya a un mejor salario.

En Honduras más de un millón de personas que tienen sus propios trabajos obtiene menos del monto del salario, en ese sentido, se encuentran en condiciones de pobreza cuya situación consolida el ciclo perverso de la pobreza.

Trabajadores de las maquilas, los más afectados

La mayoría de los 130 mil obreros y obreras que laboran en maquilas en Honduras reciben salarios pírricos y pésimas condiciones laborales. La mayor parte son mujeres jóvenes, y de éstas la mayoría son madres solteras que han procreado entre uno y tres hijos. Sus historias están llenas de drama y pobreza.

A la mayoría les pagan salarios bajos, por lo que carecen de dinero suficiente para comprar lo más indispensable. Aun estando enfermas procuran no faltar nunca a la maquiladora que les da empleo, pues tienen que cumplir con las metas para ganar los bonos que la empresa les da.

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