lunes, 3 de diciembre de 2018
El pacto de la ONU sobre las migraciones: ¿Está en marcha la globalización de los trabajadores?
Traducción del francés Susana Merino
La caravana de emigrantes en dirección a EE.UU. de El Salvador y Honduras el 31 de octubre
Denigrado por algunos, el pacto de la ONU sobre las migraciones se firmará en diciembre. El texto destaca la necesidad de poner en marcha políticas muy favorables a las migraciones, factores de "prosperidad y de desarrollo sostenible".
El "Pacto mundial para unas migraciones seguras, ordenadas y regulares", que será aprobado el 10 y 11 de diciembre en Marruecos por los Estados miembros de la ONU, encuentra cada vez más desconformes a medida que se aproxima la fecha de su firma. Pero, ¿cuál es el verdadero contenido de http://undocs.org/fr/A/CONF.231/3 y que pretende ser "no vinculante" para los países firmantes?
Se basa en primer lugar en la constatación de que los migrantes y los refugiados gozan "de las mismas libertades y de los derechos humanos universales", pero que solo los refugiados se benefician de la protección internacional que define el derecho internacional de los refugiados. Por consiguiente, este pacto mundial concierne a los migrantes y partiendo del principio de que ningún Estado puede gestionar individualmente el problema de las migraciones, establece lo que califica de "marco de cooperación" para gestionarlo en todos los aspectos.
La ideología en que se fundamenta el texto es muy clara: en tiempos de la globalización la ONU ve en las migraciones un factor de "prosperidad, innovación y desarrollo sostenible", y desea, en consecuencia, poner en marcha una gobernanza mejor con el objeto de "optimizar estos efectos positivos".
Con el objetivo de que las "migraciones beneficien a todos", se han fijado 23 objetivos y se han detallado las medidas necesarias para lograr cada uno de ellos. Evidentemente, se hallan presentes medidas tendentes a proteger a los inmigrantes, especialmente en el objetivo 9, que prevé fortalecer la lucha transnacional contra el tráfico de migrantes, o en el objetivo 10 cuyo objetivo es eliminar la trata de personas.
Alentar la inmigración más que controlarla
Pero el texto incluye muchos otros aspectos que tienden a fomentar la inmigración más que a controlarla. Así, en el objetivo 5 los firmantes se comprometen a organizar unas opciones y redes de migración regulares, accesibles y más flexibles "para facilitar la movilidad de la mano de obra". Un aspecto que reaparece bajo diferentes formas y ocupa un lugar central en el pacto: por ejemplo, el objetivo 18 pide a los Estados encontrar soluciones para "facilitar el reconocimiento recíproco de las cualificaciones y las competencias de los trabajadores migrantes".
El texto se apoya además en la necesidad de poner en marcha políticas globales para favorecer la plena integración de los migrantes y la cohesión social. Y una vez defendida la idea de las sociedades inclusivas o de la escuela "en el centro o programas comunitarios", se establecen herramientas para que los migrantes puedan convertirse en miembros activos de la sociedad.
Para ayudarlos a lograrlo el pacto solicita a los Estados organizar el "reagrupamiento familiar" y proporcionar a los migrantes los mismos derechos a "la seguridad social y a los servicios sociales" que a los nativos. Por supuesto, el mercado de trabajo no debe incumplir esta norma y debe promover "la plena participación de los trabajadores migrantes en la economía formal".
"Hacer evolucionar la forma en que se perciben las migraciones"
Aunque aún no haya entrado en vigor, la ONU es consciente de que la ideología que defiende su pacto corre el riesgo de enfrentarse a una parte de la población. Es esa la razón por la cual en el objetivo 17 los Estados firmantes se comprometen a "eliminar todas las formas de discriminación y a alentar un debate público basado en el análisis de los hechos con el objeto de hacer evolucionar la forma en que se perciben las migraciones".
Los Estados deben, en consecuencia, "condenar y responder" a los actos de racismo, de discriminación o incluso de intolerancia hacia los migrantes, tanto por la vía judicial como ejerciendo controles de información. Así, es su responsabilidad promover una "información independiente, objetiva y de calidad, incluido en internet".
¿Cómo lograrlo en un Estado en el que existe la libertad de prensa? "Sensibilizando a los profesionales de los medios con relación a temas vinculados a la migración y a la terminología correspondiente, instituyendo unas normas deontológicas para el periodismo y la publicidad, y dejando de destinar fondos públicos a los medios que difundan la intolerancia, la xenofobia, el racismo y las demás formas de discriminación hacia los migrantes", exige el pacto sin pestañear. Pero, no hay que preocuparse, todo ello "en el pleno respeto a la libertad de prensa".
Estados Unidos, Israel y varios países europeos se distancian de este texto
Después de EEUU, que rápidamente consideró el texto "incompatible" con su política migratoria y con su soberanía nacional, varios Estados europeos anunciaron que no lo firmarían. La Hungría del primer ministro Viktor Orban ha calificado de "peligroso" este acuerdo que alienta el flujo de personas.
Austria se muestra preocupada por la atenuación de "la distinción entre migrantes legales e ilegales" que plantea y le preocupa que a largo plazo se pueda establecer un nuevo derecho internacional vinculante "o que pudiera ser interpretado como tal". La República Checa, Bulgaria y Polonia, por su parte, han anunciado que tomarán distancia de dicho pacto.
En Bélgica y Alemania los principales partidos políticos se han opuesto firmemente, lo que complica la tarea de los gobiernos que son favorables. Últimamente ha sido Israel quien a través de su primer ministro Benjamin Netanyahu que ha declarado que no firmará ese texto, reafirmando "su compromiso de vigilar [sus] fronteras contra la llegada de migrantes ilegales".
En Francia Emanuel Macron es, por su parte, un ardiente defensor del pacto, como "https://twitter.com/patrick_edery/status/1064790440610852866 recordó en su reciente visita del 20 de noviembre a Bélgica: "Francia lo apoya claramente. Existen debates en Europa. […] Llamo la atención de todos acerca de las mentiras que pueden llegar a decirse sobre este tratado", declaró en un lapsus por lo menos incómodo, para agregar inmediatamente: "Sobre este texto. Porque no es vinculante, porque no es un tratado vinculante. Las soluciones que propone van exactamente en la dirección de los valores de Europa y, a la vez, de los intereses de Europa".
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