miércoles, 26 de diciembre de 2018
Migrantes en Tijuana ante dilema de quedarse en México o buscar apoyo en Estados Unidos
Los migrantes en Tijuana, México, integrantes de la caravana de centroamericanos, supera las tres mil personas albergadas en distintos puntos de la ciudad fronteriza.
En su gran mayoría los migrantes provienen de Honduras, pero también hay de Guatemala, El Salvador, Nicaragua y otras nacionalidades. Ahora están barajando las opciones de quedarse a trabajar en Tijuana para lo cual están solicitando visa humanitaria y otros, también buscando optar por el asilo en tierras aztecas, pero otros más buscan llegar a Estados Unidos para buscar trabajo o también protección internacional por la situación de violencia e impunidad que impera en sus países de origen.
Pastor Perseguido
Céleo Archaga, es pastor evangélico que se vino de Honduras huyendo de las persecuciones políticas que recibió por los señalamientos que hacía al gobierno por sus acciones en detrimento de los derechos de la ciudadanía. Dijo que como líder y guía espiritual no puede hacerse de la “vista gorda” frente al régimen de Juan Orlando Hernández, quien viola derechos humanos y se impone por la fuerza de las armas.
Don Céleo se vino huyendo con su hija, una menor de edad. Dijo a Radio Progreso que las amenazas y persecución se han dado por denunciar, desde su trinchera, los abusos del régimen hondureño.
“No quiero ser un mártir, yo quiero que Estados Unidos me ayude, me de protección. Quiero hacerlo legal para entrar a Estados Unidos. Tengo fotografías, tengo pruebas de mi carro de cuando me dispararon, la verdad que es muy difícil dejar mi tierra, dejar mi país”, dijo don Céleo.
Situación de los albergues
En Tijuana se pueden identificar cuatro espacios donde están los migrantes albergados. El primero es el Polideportivo Benito Juárez, desalojado la madrugada del jueves, donde habían cerca de 200 personas que siempre se negaron a estar albergados en espacios cerrados por temor a quedar en el abandono y en el olvido.
Un segundo albergue es el conocido como “La Bodega” a la par del Benito Juárez, un espacio conseguido por políticos pero que los migrantes, un poco más de 400, denuncian estar en total abandono, y sobreviven gracias al apoyo de organizaciones mexicanas y estadounidense y familias mexicanas que llevan un poco de comida y ropa.
Otro grupo de migrantes han sido ubicados en albergues que ya existía y que son administrado por iglesias y organizaciones pro migrantes, en total operan unas 30 en Tijuana.
Pero el resto de migrantes han sido trasladados a “El Barretal”, a unos 30 minutos de Tijuana. Son cerca de dos mil migrantes entre hombres, mujeres, niños y niñas que están alojados en dicha explanada, un sitio municipal utilizado para eventos públicos, conciertos musicales y la instalación de ferias populares.
Pero en el caso del albergue “La Bodega”, la estadía está garantizada por 45 días señala Gilberto Herrera Solórzano, delegado para apoyo a programa migrante del nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
“Este espacio tenemos contemplado que sea un lugar de aproximadamente de 45 días. Ellos nos comentan que en un mes ya no van a necesitar estar aquí, entonces nosotros lo extendimos 15 días más para que con calma regularicen sus trámites en México, hacia Estados Unidos o si quieren ir a otra frontera o si quieren ir a otro estado a trabajar”, dijo Solórzano.
Aseguró a Radio Progreso que, si en 45 días no han resuelto su situación, van a ser trasladados a El Barretal. “Es un albergue, que es un espacio mucho más grande, allí están todas las organizaciones, Ong´s mexicanas e internacionales, el gobierno, hay comida, hay habitaciones. Hay salud, entonces siempre va ser una opción”, dijo Herrera Solórzano.
El Barretal
La explanada El Barretal, alberga cerca de dos mil migrantes, y es un espacio público municipal de Tijuana. El albergue está controlado por la Marina Mexicana y la Policía Municipal de Tijuana más las autoridades del Instituto Nacional de Migraciones.
Walter Pompilio Coello, migrante de Tegucigalpa, expresa las quejas que ahora tienen los migrantes quienes denuncian las restricciones que hay en el lugar, y que las autoridades no respetan la privacidad hasta en las horas de descanso son acechados por la policía.
“No nos gusta aquí, nos tienen demasiado restringidos. El problema es que la Policía Municipal no está respetando el acuerdo al que se llegó, nosotros queremos privacidad, ellos entran a cualquier hora, dos o tres de la mañana, andan abriendo las carpas, enfocando la gente, hay personas que tienen sus parejas, que tienen niños, no es justo lo que está pasando”, señaló el migrante.
Magui Núñez es una antropóloga mexicana, da acompañamiento a la caravana en Tijuana, señala que el control del albergue El Barretal está en manos de autoridades mexicanas.
“La vida aquí es un poco complicada, este es un espacio del gobierno municipal y es controlado también por el gobierno municipal de Tijuana, de Baja California y autoridades federales. La coordinación del albergue está entre grupo Beta, que depende del Instituto Nacional de Migración, autoridades municipales como la Policía Municipal, autoridades federales como la Policía Federal y la Marina, entonces es un espacio cada vez más controlado por las autoridades mexicanas”, señaló Núñez.
Walter Coello asegura que están tratando de organizarse internamente. “Queremos convocar a una asamblea para demandar que se respeten nuestros derechos, sabemos que no estamos en el país de nosotros, pero ellos tienen que respetar la privacidad de las personas”, señaló el migrante hondureño.
Los migrantes ubicados en el albergue El Barretal convocaron a una Conferencia de Prensa en la que varios miembros salieron con sus bocas tapadas y sus manos atadas en señal de la impotencia que sienten al no poder tener libertad de organizarse dentro del albergue.
También se quejaron por la forma como el gobierno federal, y sobre todo la Marina, está manejando la entrega de las ayudas dejando entrever que no toda es entregada a los necesitados.
Le consultamos a Leonardo Nery, él es delegado del gobierno federal para la administración del Albergue El Barretal, sobre esta denuncia. “Yo lo puedo llevar a usted a que conozca el almacén, los productos que tenemos y la manera en que se lleva a cabo la distribución”, dijo Nery.
El muro de la vergüenza
A lo largo de la ciudad de Tijuana se puede ver, como distorsión en el paisaje, como recorre el muro buena parte del territorio, marcando los límites entre los dos países: México y Estados Unidos. Y representa una barrera gigantesca para los migrantes que lo ven con desconsuelo, pero con una actitud desafiante.
El Arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno, calificó el muro como: un muro de la vergüenza y llamó a los habitantes de Tijuana a tratar a los migrantes como a ellos quieren que los traten. Pero también llamó a los migrantes que ahora están varados en Tijuana, que también colaboren para construir armonía y una buena convivencia.
“Proclamar al mundo que Tijuana es migrante, que en Tijuana no somos antiinmigrantes, que en Tijuana abrimos el corazón a todos nuestros hermanos migrantes, y lo hacemos con convicción, con orgullo, compartiendo desde nuestra pobreza”, dijo el Arzobispo.
“En este muro de vergüenza, creo que tiene que ser una palabra profética que permita que algún día se destruyan estas divisiones que separan a los hombres y mujeres de hoy. Lo que menos necesita la humanidad hoy son muros y lo que más necesitan son puentes de encuentro, de convivencia, de relación que nos lleve a encontrar el verdadero progreso que necesita la humanidad”, manifestó el representante de la Iglesia Católica en Tijuana.
Ayuda Humanitaria
En la caravana de migrantes hay un sinnúmero de organizaciones e instituciones de apoyo. Pero también hay mucha solidaridad de iglesias, de familias o personas individuales tanto de México como de Estados Unidos.
Alfredo Figueroa es un estudiante universitario en los Estados Unidos, hijo de padres salvadoreños, y junto a un grupo de compañeros cruzaron la frontera para apoyar con alimentos a la caravana.
“El grupo que venimos somos estudiantes de San Francisco, California, y esto nació porque varios de nosotros hemos visto en las noticias lo que está pasando acá abajo, y queremos ver la realidad y participar de alguna manera humanitaria”, narró Alfredo.
Asesoría legal
Los migrantes están recibiendo asesoría legal por parte de abogados tanto de México como de Estados Unidos que de manera voluntaria apoyan con sus orientaciones a quienes buscan asilo o protección internacional.
“Nosotros aquí en Tijuana estamos coordinando a los voluntarios que vienen para ayudar a los migrantes tanto abogados como otros voluntarios que quieren apoyar a los migrantes”, expresó a Radio Progreso Erika Piñero, directora de la organización “Al Otro Lado”, un espacio binacional de abogados estadounidenses.
Según datos de la Comisión de Ayuda al Refugiado, Comar, en México, se han presentado unas 3,700 solicitudes de asilo, muchas realizadas en Tapachula, en la parte sur mexicana.
“Nosotros vamos en equipos a varios albergues donde se encuentran los migrantes, explicamos todo el proceso de asilo en los Estados Unidos, cómo pedir asilo en la frontera, quién califica para el asilo y quién no puede calificar, el sistema de detención en los Estados Unidos, la separación familiar y las consecuencias legales de brincar el muro”, manifestó Piñero.
En Tijuana se han registrado 590 solicitudes de asilo, y 2,500 visas humanitarias, de las cuales se han entregado alrededor de unas mil. Según el Instituto de Migración, desde Tijuana ha habido 700 retornos voluntarios y 300 deportados, pero se calcula que más de mil personas ya cruzaron a los Estados Unidos de manera irregular.
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