martes, 1 de agosto de 2017
La maldad mater universitaria
Rebelión
Por Ronnie Huete Salgado
El Secretario General adjunto de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Andrew Gilmour, visitará Honduras del 25 al 27 de julio, en medio de una crisis humanitaria que atraviesa la UNAH, como producto de los tratos crueles inhumanos o degradantes de los que han sido víctimas los universitarios.
Está claro que la justicia social en el mundo no cumple con su función, cuando deja de ser cognitiva. El alma mater de la universidad involuciona en la maldad mater.
En Honduras la lógica de los pseudointelectuales es guiada por el monto salarial que perciben desde las altas esferas del poder interno o externo. Lo cognitivo no existe.
Este es el caso de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, donde funcionarios autoinvisibilizados por su lógica de oferta y demanda asesoran a las autoridades haciendo uso del presupuesto estatal universitario a su satisfacción personal.
La demanda de los estudiantes universitarios a través de las diversas formas de lucha en esencia exige lo más preciado de la humanidad, bajo la lógica de amor al prójimo. Estudiar para servir a los humanos que existen en el territorio llamado Honduras.
En reiterados discursos los universitarios de la UNAH reflejan su deseo de obtener una educación de calidad que inicie a subsanar las necesidades básicas de sus ciudadanos, salud, educación, vivienda y alimentación, mediante su participación activa en la toma de decisiones en los órganos de gobierno universitario.
Es claro que la lucha de los estudiantes es por el desarrollo de la academia, mediante el rompimiento del esquema global que se limita a formar universitarios como futuros empleados de una fábrica, limitando así el desarrollo de sus capacidades cognitivas utilizando planes de estudio redactados en la realidad de la década de los setenta del siglo pasado.
Estudiar por un futuro salario que será parte del engranaje neoliberal, para mantener las ganancias establecidas de una pequeña clase pudiente en Honduras, es la formación que han obtenido los estudiantes en las últimas décadas, siendo observados como un simple capital humano, más allá del desarrollo científico que debe prevalecer.
En esencia el conflicto actual es determinado por esta variable social que marca la desigualdad humana, que sitúa a Honduras en el pináculo de un estado fallido y que es promovido por quienes son los responsables de generar ciencia, desarrollo, academia para el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.
Las altas esferas que dirigen la UNAH, son los promotores de este accionar, pero en 2016 y 2017, solo han reducido su conocimiento en requerimientos fiscales, represión física y psicológica, encarcelamiento de estudiantes, contratación de mercenarios y paramilitares para perseguir estudiantes, tortura, expulsiones, en fin, parte de lo que hoy engruesa el Estado fallido de Honduras.
Internacionalmente, Honduras es observada con una lupa de violación de derechos humanos, asesinatos al estilo falso positivo del paramilitarismo colombiano, entre otras variables sociales y económicas que estimulan una crisis humanitaria, cuyo epicentro es la Universidad Nacional Autónoma de ese país.
Justo en la entrada principal de las instalaciones del Alma Mater de Honduras, está instalada una huelga de hambre que en los próximos días cumplirá un mes, sin embargo, está protesta pacífica ha sido difamada por las autoridades y un grupúsculo de mercenarios de la información, cuyo lenguaje cognoscitivo lo han tirado a la basura, puesto que se prostituyen para cumplir su trabajo de distorsionar la información.
Ignorando está sucia mancha en cierto sector del “periodismo” de esta nación, los estudiantes hacen uso de la dignidad en la lucha, la huelga de hambre ha cumplido una función social de hacer conciencia a la demás comunidad universitaria en pro de la emancipación de la educación superior.
Países vecinos como Panamá, México, Costa Rica, El Salvador y naciones hermanas como Brasil, Argentina, Chile, se han pronunciado en apoyo a la valentía de los estudiantes en Honduras, puesto que han situado en alto el movimiento social de Honduras.
Pese al proceso judicial por el que pasan 33 estudiantes universitarios, que intentan encarcelarlos, y las medidas administrativas en su contra, como la reciente expulsión de 19 estudiantes, la lucha estudiantil mantiene firme su convicción de lucha contra la maldad que gobierna a la casa del pueblo, la UNAH.
En torno a este movimiento en la UNAH, los líderes estudiantiles han sido víctimas de persecuciones en vehículos desconocidos, vigilancia en los alrededores de su casa de habitación, y todo un aparato de represión neofascista, dirigido por quienes en la década de los ochentas se autoproclamaban líderes del progresismo, y que hoy son empleados del régimen autoritario en la UNAH.
Como periodista y corresponsal internacional, también soy perseguido por estos altos niveles de maldad, como resultado de los escritos y transmisiones en vivo, que realizo desde hace 8 años con relación al tema de la UNAH.
Por lo que mi vida está en constante peligro, ya que también he recibido persecución y vigilancia, sumado al proceso judicial en contra de mi persona.
Sin embargo, los actores interiorizados en esta crisis humanitaria dentro de la UNAH, desdibujan toda esta realidad, ya que a través de su verborrea “sociológica” aplican los dispositivos de poder para asesinar la verdad y formar la mentira, aplicando la ideología nazi contra la población estudiantil.
Hasta el momento la lógica estudiantil está venciendo a la lógica de estos pseudo-intelectuales, a través de las apoteósicas movilizaciones que han desarrollado, y toda la gama de lucha validada por la carta universal de los derechos humanos.
Las exigencias de los estudiantes en la construcción de un nuevo gobierno universitario son válidas y efectivas en la formación de constructos sociales, encaminados en elevar la pisoteada calidad de vida en la que ha vivido la humanidad en Honduras.
Es claro que el resurgimiento de la justicia social cognitiva de los universitarios está siendo historia en la reivindicación social que diseña aun Estado, como un preámbulo en su desarrollo iniciando desde el Alma Mater.
Ronnie Huete Salgado. Periodista y defensor de derechos humanos
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