lunes, 21 de agosto de 2017

Carta para los Obispos de Honduras



Obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras.

Reciban un fraternal saludo, nuestro aprecio y gratitud por su servicio pastoral.

Nuevamente como hermanos y hermanas pertenecientes a la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Honduras, queremos expresar nuestro sentir y pensar sobre la realidad del país, con una mirada de discípulos/as misioneras/os que caminamos en esta CASA COMÚN.

Confirmamos nuestro sentido de comunión con ustedes y el caminar de la Iglesia en cada diócesis donde estamos sirviendo; es desde ese caminar que hacemos con el pueblo de Dios, que expresamos lo siguiente:

Nos preocupa la situación y ambiente de muerte que se ha establecido en todo el territorio, tanto con las vidas humanas asesinadas, como en la inseguridad que nos genera miedo y parálisis psicológico; al igual que los ciudadanos que son expulsados de este territorio teniendo que ser refugiados en otras tierras, así como el aumento de hogares empobrecidos por este sistema político y económico; como la destrucción y despojo de los bienes naturales de nuestra CASA COMUN que es HONDURAS. Es desafiante para los que creemos en Jesucristo, que la VIDA en todas las dimensiones esté amenazada, deteriorada y asesinada. 

Con este sentir de preocupación y de desafío, les solicitamos a ustedes como Conferencia de Obispos, y al mismo tiempo como Obispos de sus diócesis, que se pronuncien con una palabra profética de Esperanza, Verdad y Vida para este pueblo sediento de justicia y paz. Especialmente en estos momentos es bueno dar gestos y palabras en relación:

1. A la crisis de la Universidad Autónoma (que es la casa de estudios del pueblo pobre), solicitando que se restablezca un diálogo abierto y sincero, sin criminalizar y judicializar a los estudiantes líderes, ni ensañarse con el abuso de poder de las autoridades universitarias; y que se respeten los acuerdos del 2016, como bien lo planteo el comunicado de la oficina del alto comisionado de la ONU.

2. Que se defienda la dignidad del sacerdote Ismael Moreno SJ, (Melo); especialmente por las calumnias de ser promotor de violencia en los estudiantes de la UNAH. Además de valorar su ser pastor al modo del espíritu del Beato Mons. Romero, que junto con el equipo del ERIC, y la Radio Progreso, han hecho tanto bien en al caminar democrático junto con las comunidadesy en defensa del territorio con sus bienes naturales.

3. Otra preocupante es la persecución, criminalización y asesinatos de los defensores y defensoras de los DDHH, bienes naturales y territorios; somos considerado el país más peligroso para defender el planeta (Global Witness). En especial la impunidad e inoperancia del Estado de no aclarar los asesinatos, como es el caso de Berta Cáceres.

4. También es importante denunciar los procedimientos corruptos y mal intencionados para otorgar las concesiones sobre minería e hidroeléctricas; especialmente con lo que se refiere a la consulta previa y clara en los territorios y comunidades indígenas, según el convenio 169 de la OIT.

5. Nos preocupa de igual manera, el proceso electoral que tiene anomalías y amaños tradicionales de la política bipartidista. Es importante que den una palabra en la línea que resaltó el boletín de Caritas dedicado a las elecciones de este año, que lleva por título: “Los cuatro jinetes del apocalipsis”.

Estas son algunas de las problemáticas límites, que vemos desde nuestro ser creyente, que busca ser solidario con las grandes mayorías empobrecidas y organizadas en sus comunidades por defender la vida, sus familias y bienes naturales.

Nos despedimos como hermanos y hermanas de ustedes, que juntos hacemos el camino por estas tierras, anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios.

Fraternalmente, la comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación, de la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Honduras.

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