lunes, 28 de agosto de 2017

La política exterior de Hollywood




Por María Cristina Rosas

Hollywood es, en más de un sentido, la mejor oficina de comunicación social de Estados Unidos.

En la primera mitad del siglo XX, el cine fue el principal medio de comunicación y desde entonces Hollywood tiene una política exterior que ha ido de la mano de los intereses que Estados Unidos promueve en el seno de su sociedad y en el mundo. Mediante ese poder suave Washington exalta la cohesión social exacerbando la imagen del “enemigo” que puede ser interno o externo. El “enemigo” es un personaje importante en el imaginario colectivo porque permite, a través del entretenimiento, mitigar el cuestionamiento al status quo, exaltar logros y valores, fomentar el nacionalismo y el patriotismo, y cerrar filas con las autoridades al encontrar un culpable a quien achacar todos los males.

Hollywood es un país dentro de un país. Su historia es la de Estados Unidos. La Unión Americana se creó gracias a la inmigración, lo que explica la diversidad cultural. Su cine, por lo tanto, fue pensado como industria para un país con un público cosmopolita, diverso, universal, masivo. Esta característica le abrió las puertas de las audiencias de todo el mundo, que aceptaron ese producto por la empatía con sus protagonistas y sus historias. Éstas eran fácilmente asimilables, y eran estelarizadas por glamorosas estrellas a quienes los espectadores querían ver. Fue así que apareció el star system.

A diferencia de Bollywood,1 Nollywood,2 Tollywood,3 Pollywood,4 Lollywood,5 Dhallywood6 y otras industrias cinematográficas a nivel mundial como la francesa, inglesa, italiana, española, sueca, etcétera, lo que distingue a Hollywood es que, en sí mismo es un modelo aspiracional. Hollywood no sólo ha vendido, desde principios del siglo XX la imagen del sueño americano. Hollywood es el sueño americano. Gracias a Hollywood se difundieron en todas partes la excepcionalidad estadounidense, sus valores, estilos de vida. A través de Hollywood, EE.UU. ha llegado a las mentes y los corazones de millones de personas, vendiendo tanto la inevitabilidad del liderazgo estadounidense en el planeta, como el fracaso reiterado de regímenes y entidades que rechazan el American way. Hollywood seduce, atrapa, coopta, atrae. Es la fábrica de sueños. En su época de oro –y aún en la actualidad–, atrajo inmigrantes que deseaban prosperar. Hacer una carrera en Hollywood llevó a que actores, directores, guionistas y productores de todo el mundo llegaran a Estados Unidos, asimilando esos valores pero aportando también los propios.

La lista de celebridades extranjeras que han hecho de Hollywood el emporio que es –y que muchos han tratado de replicar sin éxito–, resulta larga, inacabada y difícil de documentar. En las primeras décadas del siglo XX, Charles Chaplin, Marlene Dietrich, Dolores del Río, Cary Grant, Ingrid Bergman, Rodolfo Valentino y Greta Garbo fueron sólo algunos de los inmigrados que dieron brillo a Hollywood y que, asimismo, brillaron universalmente gracias a él.

Los orígenes

Hollywood nació con el siglo XX. Inicialmente, la industria del cine se estableció en Nueva York que era frío y lluvioso buena parte del año, por lo que fue necesario buscar otra locación. Así, en 1903, una pareja de texanos se asentó en el sur de California, que tiene un clima más benévolo. El lugar elegido fue un terreno plagado de acebos; Hollywood, significa “bosque de acebos”.7 Al lugar comenzaron a llegar cineastas procedentes de Chicago y tres años después, las grandes empresas ya estaban instaladas ahí.

En la primera década de ese siglo, la industria del cine desarrolló importantes avances tecnológicos, por ejemplo, en edición, fondos, aspectos visuales y otros más. Con el nacimiento de la industria del cine, fue necesario crear mecanismos para garantizar su mayor consumo posible. Así, en 1905 vieron la luz los Nickelodeons, salas de cine de cinco centavos, propiedad de los estudios que ofrecían a las personas el acceso a las cintas a un precio razonable.8 Los Nickelodeons sentaron las bases para el éxito de Hollywood: tan importantes eran las producciones en sí, como las salas de exhibición. La distribución generaba el 90% de los ingresos de las casas productoras.9 Y aquí residía el círculo virtuoso: a mayor cantidad de salas, mayor necesidad de rodar películas para llenarlas.

Los estudios de Hollywood vieron la luz entre la segunda y la tercera décadas del siglo pasado, antes de la gran depresión. Los cinco grandes estudios eran Paramount, Warner Brothers, Metro Goldwyn Mayer, Fox Film Studios y RKO. Ellos fueron protagonistas de la llamada época dorada, misma que inició en la década de los 20 y culminó a finales de los 40. En esos tiempos, los productores y los dueños de los estudios estaban en control del proceso, de manera que ni los trabajadores ni los actores ni directores contaban con condiciones laborales decorosas. En muchos casos, el nombre de los directores ni siquiera figuraba en sus producciones y a los actores se les ataba a contratos de exclusividad por siete años con alguno de los cinco grandes, y, por lo tanto, eran propiedad de éstos. Los actores tenían que hacer lo que los dueños de los estudios les pedían, y no podían trabajar para la competencia ni para estudios independientes. Se trataba de la mercantilización de la industria conforme a las reglas de los dueños de los medios de producción –tómese esto literalmente.

La censura y el Código Hays

Además de aquellas condiciones laborales, la censura hizo acto de presencia, a efecto de “proteger” las buenas costumbres del público estadounidense. La censura en Hollywood fue el resultado de las acciones emprendidas por los productores, quienes crearon la Motion Picture Producers and Distributors of America Association (MPPDA). Esta asociación, liderada por el abogado William Hays, definió los temas que deberían omitirse en las producciones por razones de moralidad. Las disposiciones, que fueron obligatorias a partir de 1934 y que se mantuvieron hasta finales de la década de los 50,10 son conocidas como Código Hays. La trangresión del Código Hays implicaba multas de hasta 25 mil dólares, por lo que, para evitar esta sanción, todos los guiones de las películas debían ser aprobados, lo que provocaba, también, modificaciones a los libretos. Un caso muy controvertido fue el de la icónica “Casablanca” (1942) del director Michael Curtiz. Por décadas se ha especulado en torno al final de la cinta, dado que se ventiló la posibilidad, por parte de los guionistas –o al menos esa es la leyenda construida en torno al icónico largometraje–, de que Ilsa (Ingrid Bergman), se subiera al avión al lado de Rick (Humphrey Bogart), en lugar de que ésta huyera con su esposo Víctor (Paul Henreid). Si bien ese final alternativo ha sido anhelado por numerosas generaciones, lo cierto es que no era posible debido a que el Código Hays prohibía una trama en la que una mujer dejara a su marido por otro hombre.11

La gran depresión propició el desarrollo del sindicalismo, lo que a su vez permitió que el gremio de guionistas fortaleciera sus márgenes de maniobra permitiendo el auge de producciones independientes. De manera previsible, las cinco grandes comenzaron a distribuir también las producciones independientes. El auge de éstas favoreció que la censura se relajara hacia la década de los 50.12

Las cinco grandes facturaban a los diversos mercados del mundo y sus productos dominaban en Europa y Asia, con todo y las fuertes industrias del cine de la Gran Bretaña, Francia, Italia y hasta de Japón. Sin embargo, éstos y otros países imponían altos aranceles a las películas de Hollywood, por lo que el Departamento de Estado de la Unión Americana cerró filas con las cinco grandes, para negociar mejores condiciones de acceso de sus películas en los mercados internacionales.13 Claro que, con la Segunda Guerra Mundial, Hollywood perdió los mercados de Alemania, Italia y Japón pero a cambio, trabajó para el Departamento de Guerra, produciendo infinidad de largo y cortometrajes, en apoyo a las actividades de los aliados en el frente.

La diplomacia de Hollywood

La política exterior de Hollywood ya era evidente desde los orígenes mismos de la industria. En 1898, de cara a la Guerra Hispano-Americana entre EE.UU. y España,14 J. Stuart Blackton, cineasta anglo-estadounidense, cofundador de uno de los primeros estudios de la costa este en la Unión Americana, la Vitagraph Corporation of America,15 produjo un cortometraje denominado Tearing Down the Spanish Flag, en el que el propio Blackton destruía con sus manos una bandera de España, a la que reemplazó con un lábaro de las barras y las estrellas. La película causó un enorme impacto en EE.UU., y el sentimiento anti-español se nutrió de artículos en la prensa donde se hablaba de las atrocidades perpetradas por los españoles en Cuba, destacando, al mismo tiempo, el patriotismo de los estadunidenses, quienes “liberaban” a la ínsula caribeña del colonialismo.16 No sería la primera ni la única ocasión en que Hollywood proyectaría los intereses de EE.UU. en el mundo.

Para asegurar la preponderancia mundial Hollywood ha evolucionado de la mano de las prioridades internacionales de EE.UU., capaz de seducir y cooptar, primero a través del cine y más tarde por medio de la televisión y las industrias digitales. Hollywood tiene la obligación de vender sus productos en un entorno cada vez más competido, pero en el que el entretenimiento que oferta, mantiene una personalidad propia, adaptándose a los gustos de las audiencias, lo que da cuenta de su versatilidad, resultado de una experiencia de más de 100 años. Así, aunque India produzca en la actualidad muchas más películas que Hollywood (1907 vs. 791 en 2015), son las distribuidoras estadounidenses las que dominan el mercado mundial, hecho que tiene un impacto negativo en las industrias cinematográficas y cintas nacionales de otras latitudes.

La Segunda Guerra Mundial

En 1942, EE.UU. creó la Oficina de Información de Guerra (OIG), que durante tres años tuvo la responsabilidad de documentar el desarrollo de la contienda bélica, garantizar un flujo adecuado de información para el público estadounidense y mundial sobre el particular, y revisar y aprobar todas las propuestas de programas de radio y cine elaborados por las autoridades gubernamentales, ello con la censura que implicaba mostrar sólo un rostro de la guerra, omitiendo noticias sobre los soldados que morían en el frente y convenciendo a los estadounidenses sobre la necesidad de enarbolar la lucha. La División de Guerra Psicológica (DGP) buscaba difundir información que desmoralizara al enemigo, exaltando el trabajo de los aliados y de las tropas estadounidenses en particular.17

En ese mismo año, Jack Warner –ejecutivo de Warner Brothers– fue nombrado teniente coronel y ayudó a crear la primera unidad de películas del ejército estadounidense. Su empresa trabajó al lado del gobierno estadounidense en la producción de numerosos largometrajes para apoyar el esfuerzo de la Unión Americana en la guerra, siendo una de las más sobresalientes la película “Esto es el ejército”, que recaudó unos 10 millones de dólares. También produjo animación, un cortometraje donde Bugs Bunny combate a los japoneses18 y otro, “Daffy-The Commando” en el que el Pato Lucas se infiltra en las filas enemigas y golpea con un enorme mazo a Hitler en la cabeza.19

Walt Disney tuvo una participación muy destacada al respecto. En primer lugar, una parte de los estudios de Disney en Burbank fue ocupada por ocho meses –a partir de diciembre de 1941– por el ejército estadounidense a efecto de proteger a la planta de Lockheed –que se encontraba físicamente muy cerca– de posibles ataques aéreos. A raíz de este hecho, el propio Disney, quien había anunciado que se jubilaría de la industria, regresó en enero de 1942 a producir 20 películas animadas con fines de entrenamiento para la Oficina Naval de Aeronáutica de EU a cambio de 80 mil dólares. Adicionalmente, el gobierno encargó a Disney la elaboración de cortometrajes animados que serían exhibidos en las salas de todo el país para elevar la moral de la sociedad ante la guerra. En ellas, el Pato Donald saltó a la fama, como el principal carácter animado encargado de generar el apoyo social al esfuerzo bélico de EU. Por si fuera poco, Disney destinó recursos al diseño de insignias para las fuerzas armadas, sin cobrar un solo dólar. Así, el 93% de toda la producción de Disney, en ese tiempo, se relacionaba con la contienda bélica.20

El desafío de la televisión

Grandes producciones fílmicas plagadas de avances tecnológicos, buscaban que el cine prevaleciera sobre la naciente televisión que, en sus orígenes presentaba imágenes borrosas y rudimentarias. La política exterior de Hollywood buscaba exaltar los valores estadounidenses, aunque la temática cambió y pasó de los temas bélicos a favorecer historias bíblicas, de espías, comedias ligeras y algunos musicales. Así, en los 50, grandes y costosísimas producciones como “Los diez mandamientos” (1957) y “Ben Hur” (1959), mostraban la importancia de la religión, algo de lo que los comunistas ateos carecían. Por cierto, Cecil B. De Mille, el director de “Los diez mandamientos”, fungía, desde 1953, como consejero del Departamento de Defensa. Walt Disney podía trabajar en favor de los ideales y valores estadounidenses que, se buscaba, fueran asimilados por las nuevas generaciones.

Con todo, la irrupción de la televisión propició una fuerte reestructuración hollywoodense. Los grandes estudios fueron absorbidos por conglomerados industriales. La televisión se convirtió en la principal plataforma de entretenimiento y Hollywood tuvo que modificar su enfoque, para convertirse en un medio de comunicación social. Esto tuvo que ver también con los cambios que vivió el país en los 60, con el arribo de John F. Kennedy, la guerra de Vietnam, el movimiento por los derechos civiles y nuevos espectadores en su mayoría estudiantes, que tenían intereses distintos de los de sus padres. Con la desaparición del Código Hays, el auge del cine independiente y la creciente importancia del cine extranjero, Hollywood modificó su estructura, adecuando, claro está, sus productos. Temas como el espionaje, la conquista del espacio y el auge del género de la ciencia ficción fueron importantes. Figuras como Rocky Balboa o Jack Ryan enfrentan a diversos enemigos igual a como lo hacen de manera más reciente, Jason Bourne, Ethan Hunt o Jack Bauer.

La posibilidad de que la seguridad y el bienestar planetario fueran vulnerados por extraterrestres, generó o revivió exitosas franquicias, como Star Wars, Star Trek y Alien, entre otras. El género de ciencia ficción se tornó muy importante a partir de los 60 como resultado de la carrera espacial entre EU y la URSS y el arribo del hombre al espacio exterior. Si bien en el cine la fantasía es lo imposible hecho probable, la ciencia ficción es lo improbable hecho posible, y en la medida en que diversos países
han incursionado en el espacio, es natural que se generen percepciones sobre las portunidades potenciales que ello entraña, al igual que sobre los inevitables desafíos. Aquí la política exterior de Hollywood enfatiza la importancia de mantener un gran complejo militar- ndustrial porque, las amenazas procedentes del espacio exterior serán tan poderosas, que solo las mejores tecnologías podrían protegernos.
La política exterior de Hollywood también tiene en los superhéroes la promoción del culto a la seguridad privada. La seguridad privada es un fenómeno sobre todo anglosajón, cuyas raíces reposan en el vigilantismo. En EU, la seguridad privada surgió antes que la seguridad pública, a diferencia de otras sociedades. La seguridad privada implica que un particular, de manera legal o ilegal, castiga a quien presumiblemente quebranta la ley, o también se refiere a quien participa en una agrupación cuyo objetivo es el castigo fuera de la ley, en perjuicio de quien no la obedece.

EE.UU. vende pero no compra

A pesar de que la cultura es un componente esencial del poder suave, el fomento de la diversidad cultural que postula la UNESCO no siempre es honrado. Si bien las producciones cinematográficas, televisivas y para plataformas digitales hechas en EU dominan a nivel planetario lo contrario no es cierto. Las producciones cinematográficas, televisivas y para plataformas digitales hechas fuera de EE.UU., no son consumidas masivamente por su población, esencialmente por la barrera del lenguaje, pero también por las prácticas de exhibición y distribución que monopolizan las corporaciones estadounidenses.

De hecho, las audiencias en EE.UU. cada vez ven menos cine producido en otras latitudes y si bien las plataformas digitales podrían facilitar el acceso a producciones extranjeras, lo cierto es que las más consumidas no son, paradójicamente, las más recientes. Así, películas como “La cage aux folles” (Francia, 1978); “Como agua para chocolate” (México, 1992); “Il Postino” (Italia, 1994); “Fearless” (RP China, 2006); “Amélie” (Francia, 2001); “El laberinto del fauno” (México, 2006); “No se aceptan devoluciones” (México, 2013); “Hero” (RP China, 2004); “La vita è bella” (Italia, 1998); “Crouching Tigger, Hidden Dragon” (Taiwán, 2000), son las películas extranjeras más vistas en EE.UU. en los últimos años. Ello revela que, si bien EE.UU. es un enorme exportador de entretenimiento, no compra el que se genera en otras latitudes, puede ser por la barrera del idioma o por la falta de costumbre al doblaje. La barrera del idioma y el papel de distribuidores y comercializadores, pueden ser también resultado del proteccionismo comercial y del nacionalismo económico, reforzando, de paso, los intereses corporativos de las grandes empresas fílmicas en ese mercado. Sin embargo esa cerrazón al mundo se traduce igualmente en un desconocimiento o negación de otras culturas, elemento a considerar en los desencuentros que mantiene EU con las naciones. Así, no se debería promover el libre flujo de películas, series de televisión, videojuegos u otros productos audiovisuales en el exterior, mientras que se restringe en el mercado estadounidense el ingreso de los que se producen en otros sitios. Pareciera que EE.UU. se ha preocupado más por dominar el mundo que por entenderlo.

Hollywood es clave en las relaciones internacionales. Ha sido un promotor importante de las normas sobre protección de los derechos de propiedad intelectual en el mundo. Sus prácticas laborales, manufacturando sus productos en otras lugares –trátese de “Los Simpson”, cuya animación se realiza en Corea del Sur, o bien el rodaje de películas lejos de Hollywood para abaratar costos– perjudican a los trabajadores del gremio en EE.UU. Hollywood también promueve el culto al individuo –Jack Bauer, Ellen Ripley, Jason Bourne, Eliot Ness–, por encima de las acciones colectivas hecho que podría interpretarse como la importancia que se le confiere al control social.

Uno de los objetivos fundamentales de la política exterior de EE.UU. ha sido, históricamente, impulsar la homogeneidad ideológica en el mundo. Hollywood ha fungido así, como el mejor embajador de la Unión Americana. Curiosamente, esa anhelada homogeneidad se logró en la época del cine insonoro, cuando bastaba con que el público se apostara frente a las pantallas para observar la historia que se le presentaba. No importaba ni la nacionalidad, i el idioma, ni el lugar en que se encontrara el espectador.

Con el arribo del cine sonoro, el impulso de la homogeneidad ideológica enfrentó uno de sus obstáculos más desafiantes. Para enfrentarlo, los grandes estudios de Hollywood impulsaron el doblaje y el subtitulaje pero ambas postproducciones tienen la desventaja de que modifican en cierta forma el producto original, adaptándolo para su consumo por parte de las audiencias en los países de habla no inglesa en que será visto. En este sentido, es verdad que EU influye a través de su poder suave en el mundo y que Hollywood es un poderoso instrumento. Con todo, hoy, más que nunca, el planeta es más diverso y cosmopolita que en cualquier otra época.

Espartaco, Stanley Kubrick
Notas:
1 La más importante industria fílmica de India, en Mumbay.
2 La industria fílmica de Nigeria.
3 La industria fílmica de Bengala, India y la primera en adoptar un nombre basado en Hollywood. Tollywood data de 1932.
4 Se refiere a la industria cinematográfica del Punjab.
5 Denota los filmes en urdu y punjabi desarrollados en Pakistán.
6 Nombre con el que se designa a la industria fílmica de Bangladesh.
8 History Cooperative (s/f), “The History of the Hollywood Movie Industry”: http://historycooperative.org/the-history-of-thehollywood- movie-industry/
9 A través del negocio de la distribución la industria del entretenimiento de EU asegura su predominio en el planeta. Tómese el caso de España como muestra. Un boleto de cine en ese país cuesta alrededor de 8.54 dólares (en 2013). El 21% del valor de ese boleto, corresponde a impuestos al valor agregado; el 3% se destina a las entidades encargadas de proteger y vigilar el cumplimiento de las disposiciones en materia de derechos de propiedad intelectual; el 33% va a las salas de cine y el 43% es para los distribuidores estadounidenses.
10 El Código Hays fue reemplazado en 1968 por el sistema de calificación de la Motion Pictures Association of America (MPAA), luego de diversas querellas que llegaron a los tribunales, el desarrollo de la televisión, la cada vez mayor presencia de películas extranjeras, y la labor de algunos directores que desafiando la censura produjeron películas que abordaban temas “prohibidos”.
11 Guadalupe Gómez Salazar, Ibid.
12 Ibid.
13 Ibid.
14 Esta guerra se desarrolló durante el proceso de independencia de Cuba. En ella, EU destrozó a la armada española y obtuvo derechos especiales sobre Cuba, Guam y las islas Filipinas. Esto marca la proyección de EU como potencia mundial en los albores del siglo XX.
15 Dicho estudio nació en 1897.
16 Ian Scott (October 20, 2013), “International Relations on Screen: Hollywood’s History of American Foreign Policy”, en E-International Relations, disponible en http://www.e-ir.in fo/2013/10/20/international-relations-on-screen-hollywoodshistory- of-american-foreign-policy/
17 Valeria Lourdes Carbone (2012), La guerra cinematográfica: la Segunda Guerra Mundial y la construcción gubernamental del patriotismo norteamericano: https://culturayresistenciablog.files.wordpress.com/2016/06/carbone_valeria_l_owi_2012.pdf
18 Valeria Loyrdes Carbone, Op. cit.: 20. En un cortometraje solicitado a la Warner Brothers por el Departamento del Tesoro de EU, Bugs Bunny, acompañado de Porky y Elmer Gruñón pide a los ciudadanos que compren bonos de guerra para apoyar el esfuerzo bélico.
19 Los caracteres hablan todo el tiempo en alemán.
20 Lauren Allison (2012), Duck Diplomacy. A paper examining the public diplomacy lessons that can be drawn from Disney’s use of the character of Donald Duck in US Government commissioned wartime propaganda (1942-1945), Los Angeles, University of Southern California.


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