sábado, 2 de enero de 2016

Fallo en contra de policías asesinos es un mensaje a favor de las víctimas



La audiencia estaba prevista para las 3:00 de tarde. Los nervios eran notorios para Merlyn Bonilla y su familia, no es para menos, durante 4 años este padre realizó todas y cada una de las diligencias, dedicó su vida por completo en busca de justicia para su hijo Narci Bonilla y sus dos amigos, quienes murieron ejecutados en la comunidad de Agua Blanca Sur en el municipio de El Progreso, Yoro. 
Con dos horas y media de retraso, Laterna del Tribunal de Sentencia, compuesto por tres jueces, entraron a la sala. Cada palabra que la presidenta del Tribunal decía en la lectura del fallo, eran toques en la mente y corazón de Don Merlyn. Esas palabras revivieron 4 años de dolor por la ausencia de su hijo, cuatro años de dolor por la ausencia de justicia. 

“Habiendo analizado y evaluado ampliamente las pruebas presentadas en el debate, las que han sido apreciadas por estos juzgadores en su conjunto y en base a las reglas de la sana crítica, en este acto resolvemos lo siguiente: las declaraciones de los testigos protegidos nos llevan a la convicción que los señores: Mario Corea Hernández y Santos Fidencio Pérez Corea participaron de manera directa en el asesinato de Narcy Bonilla, Neptaly Galeano y Guillermo Anariba, hecho ocurrido el primero de febrero de 2011, entre las 10 a 11 de la mañana, en el lugar conocido como la posa “Los dos encuentros”, así comienza el fallo que encontró culpables a 2 agentes policiales del triple crimen.

El Tribunal fue claro al manifestar que las pruebas vertidas en el debate, tanto documentales y testificales, hacen concluir que los agentes policiales son culpables del delito de homicidio que según el Código Procesal Penal tiene una pena entre 15 a 20 años de prisión.  
Luego que la defensa junto a la Fiscalía solicitaran al Tribunal la modificación de la medida cautelar a prisión preventiva, los policías actualmente asignados a la ciudad de El Progreso, Yoro, fueron enviados al centro penal de San Pedro Sula.
Víctor Fernández, defensor privado dijo que ahora la segunda fase es la individualización de la pena, audiencia que se realizará el próximo 19 de noviembre a las nueve de la mañana. “Aquí se especificará la pena que deben cumplir los policías, que podría ser de 45 a 60 años de prisión, ya que son tres los crímenes cometidos”, dijo en declaraciones a Radio Progreso el abogado. 

Búsqueda de justicia 
Quien conoce a Merlyn Bonilla, rápidamente se da cuenta que es un hombre que refleja mucha pasividad, aunque ha sido un líder comunitario por muchos años, no se le conoce como el típico dirigente confrontativo.  

“Justicia tardía no es justicia”, dice un conocido refrán. Para Don Merlyn el fallo es un primer paso en la búsqueda de justicia. Él sabe que la vida de su hijo y los jóvenes no se recuperará, pero este fallo se traduce en un mensaje de lucha contra la impunidad y de denuncias a los abusos y crímenes cometidos por los agentes que deberían brindar seguridad y proteger a la población. 
“Las decisiones que se toman a través de autoridades a veces no son las acertadas y nos toca dar seguimiento. Vivimos momentos de impotencia, muchas veces no quería seguir. En la segunda etapa el acompañamiento de la gente me dio fuerzas, aquello que miraba como inalcanzable ahora se convertía en esperanza y confianza que la justicia se podía aplicar”, dice Don Merlyn. 

El abogado y doctor en derechos humanos Joaquín Mejía cree que el fallo es una noticia positiva porque es un ejemplo de lucha contra la impunidad y a favor de aplicación de justicia. “El mensaje sobre todo es para las víctimas, porque estamos en un país donde la impunidad es el día a día, casi el 90% de los delitos quedan impunes, sin castigar a los responsables intelectuales y materiales, y por tanto, lograr una sentencia condenatoria, aunque todavía no se la terminado el proceso en contra dos personas que cometieron un delito, es fundamental, pero aún más si estas dos personas son policías, servidores públicos que deberían brindar seguridad a la población y que por el contrario se han convertido en quienes provocan y causan la inseguridad de la gente”, dijo Mejía. 

El camino sigue 
Don Merlyn sabe que el fallo es un primer paso para lograr la aplicación de justicia. Ahora viene la individualización de la pena, seguramente la defensa interpondrá un recurso de casación que seguirá alargando el proceso, pero para él todo vale la pena.
“También está pendiente la situación de la policía Blendy Georgina Orellana,  quien no se presentó al juicio, y ella es una de las autoras intelectuales y materiales de estos crimines”, dice Merlyn Bonilla. 
La policía Orellana no se presentó al juicio razón por la cual el Tribunal de Sentencia, resolvió declararla en rebeldía para que se gire la orden de captura correspondiente en medio de un proceso que ha estado plagado de deficiencias. 


Que el caso de su hijo sea el inicio de un precedente a favor de las víctimas y en contra de los abusos de agentes policiales es lo que lo motiva a Don Merlyn; está claro que nadie le devolverá la vida a su hijo pero, que con el caso se puede alertar sobre los abusos, excesos y crímenes de los uniformados.  
El abogado Víctor Fernández culmina diciendo que el fallo debe tener un efecto de prevención positivo, ya que el resto de policías debe entender que cuando asuman estos comportamiento criminales serán castigados y condenados por el sistema de justicia.  

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