En el sondeo de opinión pública –cuyos resultados el ERIC todavía oficialmente no ha hecho público-, destacamos la percepción que la población tiene sobre el proceso de elección de las autoridades del sistema de justicia.
Ocho de cada diez personas perciben que los magistrados, jueces y fiscales defienden los intereses de los ricos, poderosos y corruptos, mientras que apenas solo dos de cada diez personas en la encuesta dicen que las autoridades de justicia defienden intereses de toda la sociedad.
A la pregunta sobre el proceso seguido para la elección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, nueve de cada diez personas perciben que serán elegidos en un proceso manipulado por los políticos, mientras que menos de una de cada diez personas percibe que los magistrados de la nueva Corte serán elegidos en un proceso limpio y transparente.
Esta percepción se ha recogido en un sondeo que se realizó en todo el territorio nacional con la excepción de los departamentos de Gracias a Dios e Islas de la Bahía, y responde a una metodología altamente científica y que el ERIC la viene implementando a lo largo de los últimos seis años.
¿Qué nos enseñan estos resultados? Que en la mente y el corazón de la población hondureña existe el pleno convencimiento de que los partidos políticos y los altos dirigentes tienen metidas sus manos en todas las decisiones que tienen que ver con la justicia en Honduras. Por mucho que sean los mecanismos de participación y por muchas instancias que participen en el proceso, en última instancia, los hilos definitivos de las decisiones residen en las instancias políticas partidarias y en concreto en la capacidad manipuladora del ciudadano presidente de la República.
Y en esto la gente no se equivoca. Cuando dice que el proceso actual está manipulado por los políticos, es porque está convencida que tanto el presidente de la República como quienes forman parte del círculo más estrecho de casa presidencial y del Congreso Nacional, tienen metidas las manos en cada nombre de los que saldrán electos porque en esta escogencia tienen muchas turbiedades que proteger. La gente no se pierde: sabe que los políticos de altos vuelos entienden que solo un sistema de justicia a la altura de su control ha de mantener sus fechorías en el oscuro corredor de la impunidad.
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