miércoles, 20 de enero de 2016
¡Al rato se lo llevan!
Por J Donadin Álvarez *
Un nuevo año se perfila. Nuevos derroteros se presentan tras las coyunturas insospechadas hace unos meses,que para este 2016 se han convertido en paréntesis en la historia nacional en cuanto a combate a la corrupción se refiere.
Dichosamente se ha producido ciertos cambios positivos en el país y no precisamente por iniciativa del gobierno azul. De todos es sabido que el actual régimen ha trabajado infatigablemente por presentar con apariencia de verdad toda la falsedad que rodea su administración. Sin embargo, detrás de toda su farsa publicitaria muchos de sus artífices ya se sobrecogen de terror aunque aparenten la mayor serenidad posible. Y es que 2015 les dejó claro que la mentira tarde o temprano es descubierta y el castigo de alguna u otra manera también llega a la cita. Hasta los tradicionalmente considerados “intocables”, cuyos actos de corrupción eran secreto a voces, se percataron que después de todo no son indemnes al látigo de la justicia del imperialismo yanqui. Mientras el sistema jurídico nacional no es más que el arsenal donde los corruptos del país tienen todas las armas legales y jurídicas para limpiar sus fechorías, la intervención extranjera en materia jurídica se hizo más notoria el año pasado y prueba de ello fueron los sonados casos de extradiciones que sacudieron la aletargada justicia nacional.
Pero aparte de las extradiciones y otros escándalos judiciales que seguramente se darán este año que recién comienza, nada asombroso puede esperarse. La tiranía azul que manipula la agenda nacional sigue empecinada en obedecer las nefastas recetas económicas que los organismos de financiamiento internacional le han estado dando. En consecuencia, nada bueno se puede esperar mientras los actuales burladores de la voluntad popular sigan gobernando antojadizamente al país. Será tarea del próximo gobierno, surgido de los partidos de oposición, encarrilar a Honduras por la senda del desarrollo económico. Desarrollar el país es una tarea de verdaderos patriotas no de confrontación ideológica entre capitalismo ni socialismo puesto que el actual modelo neoliberal ha empobrecido al país y tampoco la ortodoxia marxista puede imponerse en un país con características especiales que impiden que uno u otro modelo sea impuesto.
Ni capitalismo ni socialismo, sino desarrollo económico. Evadir el modelo neoliberal no implica satanizar la empresa privada como tampoco significa aplicar el marxismo decimonónico y concederle el poder absoluto al Estado hondureño ya de por sí muy corroído. Una economía plural y diversificada con el apoyo de la empresa privada, regularmente controlada por el Estado con reglas claras que delimiten los poderes de ambos sectores sin permitir el deterioro de uno a expensas del otro, generaría un cierto equilibrio entre el sector público y el privado y en consecuencia desarrollo económico para la población. Un argumento pernicioso sería el suponer que en las actuales condiciones el Estado nacional se encuentra alicaído y que por tal razón debe ser el capital privado el que lleve la iniciativa en materia económica este nuevo año. Acaso ¿la empresa privada no trabaja también con préstamos como lo podría hacer el Estado mismo? Se podría también pretender propagar la falsa idea de que la organización privada siempre es más efectiva que la estatal. Y la mano de obra calificada del sector privado; ¿no es hondureña al igual que la estatal? El problema no es el Estado en sí, sino la administración que de él se ha hecho.
La cadena de problemas del país no se romperá de la noche a la mañana. Sin embargo, el desgaste del bipartidismo saqueador produce ventajas para los partidos de oposición que deberán saberlas aprovechar. Entre tanto, nosotros los ciudadanos seguiremos luchando este año, pidiendo un alto a la corrupción y la impunidad principalmente. A propósito de corrupción y extradiciones parece que por ahí hay muchos asustados, incluyendo a “El Hombre”. ¡Al rato se lo llevan!
* Estudioso de las Ciencias Sociales de la UPNFM
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