viernes, 22 de enero de 2016

2016: Año Político


Por Rodolfo Cortés Calderón *

En 1982 entramos después de casi de 19 años de dictadura militar a la falsa era democrática. Desde entonces muchos trogloditas de la política maman de las ubres del pueblo: Oswaldo Ramos Soto, Rodolfo Irías Navas, Celín Discua, Chonita Figueroa, Gabriela Nuñez, Rolando Dubón, Víctor Sabillón, Dennis Sánchez, Augusto Cruz Asensio, Argentina Valle y otros. El actual presidente del régimen Juan Orlando Hernández Alvarado ya superó los 16 años de Tiburcio Carías de ser gobierno (1998-2016): se voló 6 años como simple diputado; 4 como Secretario del Congreso; 4 como Presidente del Congreso Nacional y 2 como Presidente del actual gobierno. ¿Qué le parece a usted distinguido lector o lectora un pueblo tan empobrecido manteniendo semejantes manganzones y parásitos?

Este año entramos nuevamente a la hecatombe política del circo cuatrienal que corroe a la sociedad hondureña y que nos muestra como una sociedad primitiva en harapos y en decadencia, pues la política en Honduras no es para el bienestar común, ni el desarrollo de su pueblo, sino para favorecer las castas de los diferentes partidos políticos, viejos o nuevos, jurásicos o emergentes, derechistas o “izquierdistas”. A esas castas no les gusta que  les critiquen porque se creen “vacas sagradas” pero cuentan con infinidad de achichincles o panegiristas que les defienden. Estamos de acuerdo que tengan defensores si reciben buenas pagas, como los periodistas tarifados que todos conocemos, pero no concebimos que persona alguna con mente brillante, trayectoria nítida y pensamiento preclaro se deje llevar por reacciones viscerales. Por eso es que admiramos a David Romero Ellner y otros pocos cuadros de Radio y Globo TV, lo mismo a Edras Amado López de Cholusat Sur que a pesar de que son seguidores de un partido, le cantan sus verdades a la alta dirigencia.

También admiramos sobremanera, sin importarnos del color político que sea, a don José Adán Castelar de Hondured-Canal 13 por sus valientes, patrióticos y juiciosos comentarios que abonan mucho a la sociedad hondureña. Los últimos días del 2015 que estuve en Tegucigalpa me  quedé sorprendido del gran aprecio y estima que le tiene la sociedad capitalina a este culto y valiente periodista que llama al pan pan y al vino vino.

Los que creen que callando o despotricando contra los que critican su partido, del color que sea, sólo muestran de qué masa están hechos y nada aportan al bienestar de la sociedad hondureña aunque aparenten ser progresistas. Por eso han caído muchas dictaduras del signo o sistema que sea.

Aun cuando estimamos enormemente los avances sociales, económicos y políticos de las dos últimas décadas de los gobiernos progresistas de América del Sur, concretamente de Venezuela, Ecuador, Argentina, Brasil, Uruguay y Bolivia, ello no nos limita a criticar sus desaciertos y fallas, porque eso afecta a toda la sociedad latinoamericana y mundial que lucha por sistemas más humanizados y participativos. Aunque son gobiernos de corte socialdemócrata y no necesariamente revolucionarios socialistas como Cuba, son dignos de admiración. Pero han cometido crasos errores que sin pretensiones o ínfulas, mucho menos creyéndonos un gurú o chamán señalamos sobre aquellos gobiernos en un escrito reciente de fecha 08/12/15, sobre  los descuidos de estos regímenes y las causas de sus retrocesos, principalmente de Venezuela, Brasil y Argentina en satisfacer el principal derecho humano: la producción y la alimentación. Nos ha satisfecho haber escuchado esta primera semana de 2016 al presidente Nicolás Maduro Moros de Venezuela, hablar sobre la creación de cinco ministerios en la línea de la producción alimentaria, la industrialización y la comercialización. Un pueblo bien alimentado y satisfecho en sus necesidades básicas defiende sus autoridades y gobiernos. De ahí que cuando la crítica es bien intencionada y se recibe como tal, da excelentes frutos.

Invitamos a la ciudadanía en general a no caer en las trampas partidaristas de los políticos criollos. Nosotros no daremos un tan sólo voto a ningún partido cavernícola fundado antes del Golpe de 2009; nuestra elección de candidatos y candidatas estará entre los partidos nuevos o candidaturas  independientes que surjan. Elegiremos de verdad, no importa del partido que sean, no seremos borregos de nadie, aun cuando nos equivocamos en las elecciones pasadas. Nada de planchas. El voto debe ser una práctica responsable si queremos una patria nueva. ¡Manos a la obra!

* Ingeniero agrónomo hondureño


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