martes, 6 de mayo de 2014
Anuncian creación de una Central Única en la movilización del 1 de mayo
Por Marvin Palacios
Centrales obreras, organizaciones del movimiento social, de derechos humanos, campesinas, feministas, de la comunidad de la diversidad sexual, juventud, y diputados del partido Libertad y Refundación (LibRe), entre otras, se movilizaron este 1 de mayo para conmemorar el Día Internacional del Trabajo.
Acompañaron la movilización, el ex presidente de la República y coordinador del partido (LibRe), actual diputado al Congreso Nacional Manuel Zelaya Rosales, los diputados Rafael Alegría, Esdras Amado López Rassel Tomé y las diputadas Elbia Argentina Valle y Beatríz Valle, entre otras lideresas del partido LibRe, junto a ex funcionarios de la administración del ex presidente Zelaya Rosales.
Uno de los lemas que más llamaron la atención fue la proclamación de la unidad de las fuerzas obreras que en los próximos meses conformarán una Central Única de Trabajadores y Trabajadoras.
El manifiesto de la clase trabajadora anunció que este 1 de mayo “marcamos una nueva etapa en el movimiento obrero hondureño, 1954 significó el rompimiento de la opresión y el inicio del Camino de Mayo, ahora, 60 años después y ante la crisis a la que nos tiene sometidos este sistema, las Centrales Obreras hemos acordado entrar en un proceso para construir una Central Única como garantía de fuerza para enfrentar los retos, hoy más grandes y más complejos que antes del golpe de Estado pero que con seguridad, lo superaremos”.
La clase trabajadora advirtió sobre la amenaza de despidos en el presente gobierno y la destrucción de las organizaciones sindicales del sector público a raíz de la fusión de las instituciones del Estado.
También señalan que la Ley de Empleo por Hora representa la precarización del trabajo que atenta contra la libre sindicalización, la contratación colectiva, la estabilidad laboral y el derecho a huelga en el sector público y privado.
Además trae consigo, la pérdida de las principales conquistas sociales del gremio de docentes, el control de sus fondos de pensiones y aportaciones gremiales por la banca privada, la confrontación permanente con las organizaciones magisteriales y la injerencia gubernamental en los asuntos internos.
El manifiesto condena la criminalización de los campesinos en su lucha por la tierra, situación que ha traído asesinatos y encarcelamientos de hombres y mujeres del campo. Las centrales obreras demandan la aprobación de una auténtica transformación agraria integral, cuyo proyecto de ley fue introducido por la bancada del partido Libertad y Refundación (LibRe) en el Congreso Nacional.
La actual situación económica ha provocado el aumento de un sector informal de la economía cuyos actores están desprovistos de la seguridad social, derechos laborales, entre otros beneficios.
El manifiesto subraya que el incumplimiento del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la criminalización y judicialización de sus luchas por la defensa de los bienes comunes y el asesinato de y encarcelamiento de varios de sus dirigentes, caracteriza la grave situación de los pueblos indígenas y negros, enfrentados permanentemente al capital transnacional con sus proyectos extractivos, turísticos y de represamiento de los ríos que los desplazan de sus territorios.
La clase trabajadora continúa observando con preocupación el masivo éxodo de jóvenes hondureños y hondureñas que a diario viajan arriesgando sus vidas para encontrar una fuente de empleo en Estados Unidos, porque el actual sistema económico los excluyó de toda posibilidad de contar con una vida digna y los expulsó del país.
El conjunto de estos problemas, a los que se suman los atentados contra la vida, fundamentalmente de jóvenes, mujeres, comunidad de la diversidad sexual, profesionales. dirigentes y activistas populares y de organizaciones políticas desafectas al régimen, ponen en evidencia la violación permanente de los derechos humanos como política de Estado.
Sobre este el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) acompañó como lo ha hecho desde su fundación en 1982 a la clase trabajadora. Los defensores y defensoras de la vida, junto a familiares de las víctimas de la desaparición forzada y los asesinados políticos de dicho comité, se movilizaron cargando las fotografías de los desaparecidos y desaparecidas de la década de los años ochenta, cuando durante la aplicación de la doctrina de Seguridad Nacional, escuadrones de la muerte integrados por agentes militares y policiales del estado hondureño, detuvieron, torturaron y desaparecieron a más de 200 dirigentes del movimiento social hondureño.
La centrales obreras advirtieron que el inquilino de Casa Presidencial está tratando de crear un burbuja, dentro del cual el pueblo hondureño vive lleno de esperanzas, seguridad y optimismo por su “acertadas ejecutorias”. Se trata de crear una falsa percepción de la realidad con la complicidad de los grandes medios de comunicación. El inquilino de Casa Presidencial, Juan Orlando Hernández está siendo presa de un excesivo triunfalismo al grado de promocionar su candidatura, para conseguir a través de una reforma constitucional, continuar en el poder para servir a los grupos económicos que lo sostienen, aseguró el manifiesto.
Las centrales obreras consideran que durante el régimen de Juan Orlando Hernández el país se endeudará considerablemente para cubrir problemas de déficit fiscal, a raíz de los préstamos que adquirirá por la emisión de bonos soberanos colocados en el exterior , de tal manera que el Estado asumirá nuevos niveles de deuda interna y externa.
El comunicado señala que Honduras, después del golpe de Estado de 2009, se ha venido deteriorando progresivamente como sociedad y como Estado, imposibilitándolo para el cumplimiento de sus funciones esenciales, especialmente las relacionadas con el bienestar de las grandes mayorías, porque los planes del gobierno son planes de las transnacionales y no del pueblo.
Lo cierto es que el Estado oligárquico hondureño, concentrado y controlado por unos grupos económicos, está sumido en una profunda crisis que tratan de ocultar instrumentalizando los grandes medios de comunicación, las jerarquías religiosas, las fuerzas armadas y policiales; crisis que es institucional y no mediática, agudizada por la penetración del crimen organizado y el narcotráfico.
La explotación, la acumulación de capital, la división de la sociedad en clases, el patriarcado y el racismo, grandes males de la humanidad, han generado, a través de la historia del capitalismo, que unas corporaciones y mafias internacionales se apoderen de las riquezas del mundo, controlen la producción, los mercados, los recursos naturales, los servicios públicos, los medios de comunicación masivos, utilizando para sus fines, los Estados y los organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
El poder acumulado por los capitalistas en muchos siglos de explotación de los pueblos, ha puesto al mundo al revés y hoy, que el sistema ha entrado en una profunda crisis, obliga a los Estados a hacerles concesiones, la privatización de las empresas estatales, la entrega de los bienes comunes de los pueblos (territorios, agua, bosques, minas, espectro radioeléctrico, etc), exoneración de impuestos y en general la desregulación del Estado y su achicamiento.
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