El Valle de Sula es una de las zonas más productivas del país aportando mucha riqueza no sólo por sus suelos, propicios para múltiples cultivos, sino por la operación de la gran industria del país y la riqueza de sus comunidades.
Hay tres importantes ríos que bañan el Valle: el río Ulúa, Chamelecón y río Guaymón. Así como dan vida a sus poblaciones también se han convertido en una amenaza latente en la temporada de invierno debido al nulo mantenimiento acompañado de la desforestación y la presencia masiva del monocultivo.
Esa amenaza ha quedado demostrada en varias ocasiones, la última fue con el paso de los huracanes Eta e Iota que desnudaron la galopante vulnerabilidad para lo cual los gobiernos han destinado grandes presupuestos, pero en vez de bajar su nivel de vulnerabilidad, cada vez se han vuelto más mortífero para la población.
Tanto es el aporte del Valle de Sula que el 65% del Producto Interno Bruto se genera en dicho Valle, representando casi la mitad de todas las exportaciones del país.
Además, en el Valle de Sula habita casi el 30% del total de los casi 9 millones de hondureños y hondureñas ya que en la Zona Metropolitana es donde se encuentra instalada más del 80% de la industria manufacturera y textil de las Honduras.
Pero cada año, el Valle de Sula corre el riesgo de perderse a raíz de las inundaciones provocadas por los ríos Ulúa, Chamelecón y Guaymón junto a sus canales de alivio.
El gobierno actual ha destinado fondos para la reconstrucción de sus bordos, fondos de los que no sabe a cuánto ascienden porque los representantes de la Comisión para el Control de Inundaciones del Valle de Sula, CCIVS, nunca dan una cifra, algunas veces hablan de 250 millones de lempiras, en otras de más de 500 millones y en otras ocasiones han dicho que no cuentan con el presupuesto necesario sin dar más detalles.
Lo cierto es que los trabajos de reconstrucción de bordos han iniciado en algunas zonas del Valle de Sula pero más en las zonas cercanas a los cascos urbanos de los municipios y a las zonas más industrializadas del Valle mientras las comunidades alzan su grito al cielo en demanda de ser atendidas con la reparación y construcción de bordos más la canalización de los ríos y sus canales de alivio con el fin de evitar futuras tragedias.
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