Público
Por Alberto Sicilia
Apenas un año después de que se desatase la pandemia tenemos ya cuatro vacunas diferentes aprobadas en Europa. Este milagro científico se ha visto algo empañado en las últimas semanas por los mensajes y decisiones algo confusas sobre algunos casos de trombosis extremadamente raros asociados a las vacunas de AstraZeneca y de Janssen.
En este post os propongo que veamos en primer lugar las probabilidades con las que se producen esas trombosis y exploremos luego los mecanismos biológicos de este fenómeno.
Poniendo las probabilidades en contexto: 1) La vacuna de AstraZeneca
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) publicó el 7 de abril un análisis explicando que existe un posible vínculo entre algunos casos de trombosis «extraordinariamente raros» y la vacuna de AstraZeneca. El análisis de la EMA consideraba 86 casos de trombosis (18 de los cuales acabaron en fallecimiento) entre 25 millones de dosis administradas en Europa hasta el 22 de marzo. En una rueda de prensa el 20 de abril actualizó la cifra hasta los 142 casos en Europa y 287 en todo el mundo entre quienes recibieron la vacuna hasta el 4 de abril.
La Agencia del Medicamento Británica estima que la trombosis asociada a la vacuna de AstraZeneca aparece en alrededor de 4 personas por cada 1 millón de dosis administradas.
Comparemos esta probabilidad con los 1.600 fallecidos por cada 1 millón de habitantes por covid en nuestro país.
Poniendo las probabilidades en contexto: 2) La vacuna de vacuna de Janssen
El día 13 de abril los reguladores estadounidenses paralizaron el uso de la vacuna de Janssen para revisar 6 casos de trombosis (entre los que una persona falleció) después de que 6,8 millones de dosis hubiesen sido administradas.
En este caso el riesgo de trombosis sería de alrededor de 1 caso por cada 1 millón de dosis, muy por debajo de las probabilidades de fallecer por covid.
¿Y qué hay de las otras vacunas como la de Pfizer y la de Moderna?
La EMA anunció en la rueda de prensa del 20 de abril que también había recibido 25 notificaciones de trombosis después de la vacuna de Pfizer y 5 en el caso de Moderna, pero que estos números eran muy pequeños y no se diferenciaban estadísticamente del número de casos esperados entre la población aunque nadie se hubiese vacunado.
¿Qué son los trombos sanguíneos?
Un trombo sanguíneo es una pequeña masa de sangre que se vuelve sólida y forma un «tapón» que impide la circulación normal en una vena o arteria.
¿Importa la zona del cuerpo donde se forme el trombo?
Sí. Por ejemplo, una trombosis del seno venoso cerebral (CVST por sus siglas en inglés) impide la normal retirada de la sangre del cerebro y en algunos casos puede ser mortal.
Una trombosis venosa esplénica (SVT por sus siglas en inglés) ocurre en el abdomen y afecta a la circulación de la sangre entre los órganos del aparato gastrointestinal.
El análisis inicial de la Agencia Europea del Medicamento sobre la vacuna de Astra Zeneca incluía 62 casos de CVST y 24 casos de SVT.
En el caso de la vacuna de Janssen, los 7 de los 8 casos notificados corresponden a CVST.
Estas trombosis tienen una característica muy particular y eso ha dado una pista a los investigadores
Además de la trombosis, en estos pacientes también se detecta un nivel muy bajo de plaquetas en la sangre: una afección llamada «trombocitopenia».
Normalmente las trombosis no se dan a la vez que las trombocitopenias. Esta combinación de trombosis y trombocitopenia se parece a un efecto (también extraordinariamente raro) que aparece en algunas personas tratadas con un anticoagulante llamado heparina.
En dos artículos publicados en el New England Journal of Medicine, médicos alemanes, austriacos y noruegos explican que los pacientes presentaban niveles muy altos de anticuerpos frente a una proteína que secretan las plaquetas (llamada «factor plaquetario 4»).
Es decir: algo extraño ocurre con el sistema inmune que se pone a atacar a células a las que no debería atacar.
¿Cuál es el mecanismo biológico por el que las vacunas producen esta extraña reacción en algunas personas?
Esta es una pregunta para la que los científicos aún no han encontrado respuesta.
Una pista que se investiga tiene que ver con las características que comparten la vacuna de AstraZeneca y la vacuna de Janssen: ambas utilizan un adenovirus para transportar hasta nuestras células el pedazo de material genético del coronavirus con las que entrenar al sistema inmunitario.
Las vacunas de Pfizer y Moderna usan una tecnología diferente.
Pero el adenovirus que utiliza AstraZeneca (un adenovirus modificado de chimpancé) es diferente del adenovirus en la vacuna de Janssen (un adenovirus humano del llamado serotipo 26). Así que habrá que seguir investigando por qué estas vacunas desencadenan la reacción en algunas personas.
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