viernes, 3 de julio de 2020

Articular al movimiento social y popular, reto a 11 años del golpe de Estado



Analistas coinciden en que el movimiento social y popular ha caído en una profunda desmovilización, la que ha sido motivada por varios factores, entre ellos: los ataques de los Gobiernos de turno a las organizaciones sindicales, la burocracia obrera, y también la absorción por la política electoral.

Desde el golpe de Estado de 2009, el movimiento social ha sufrido varias transformaciones, a criterio del analista Luis Méndez, la apuesta electoral se apoderó de los intentos de articulación e independencia de gran parte del movimiento social, el cual llevó al mismo a diluirse en una lucha electoral que tampoco ha dejado grandes resultados o transformaciones para el país.

Hace 11 años el movimiento social tuvo un pico alto de lucha, en el que se encontraba aglutinado en el Frente Nacional de Resistencia Popular, instancia que surge del golpe de Estado, como un espacio articulador de todas las fuerzas opositoras.

En la medida que pasó el tiempo, el golpe de Estado se consolidó y con ello se llevó de encuentro a cada estructura social y popular vigente, esta transformación se dio gracias a una política neoliberal aplicada desde los grupos promotores del Golpe y que fue bien conjugada con los sectores más conservadores del movimiento social, que condujeron a esta plataforma a una política meramente electoral.

Méndez recuerda que en su momento, la idea de crear un frente amplio electoral, surgió como una alternativa que iba a servir de brazo electoral del Frente Nacional de Resistencia, pero a largo plazo, esta apuesta absorbió por completo al ahora extinto Frente.

El analista considera que es necesario hacer un balance sobre el tema y plantearse una nueva estrategia que se salga de la cómoda óptica y apuesta electoral.

Por su parte el analista Tomás Andino cree que adjunto a la situación que apunta Luis Méndez, también hay que considerar la falta de articulación de los sectores que todavía no han sido ganados para la política electoral.

Esto, desde la visión de Andino, convierte a la articulación en un reto para el rescate de las expresiones dispuestas a luchar del movimiento social y popular hondureño.

“Es de rescatar que existen muchas expresiones del movimiento social, dispuestas a luchar en la calle por fuera de cualquier límite electoral y desprendido por completo de los límites del oportunismo”, expresó Andino.

Tomás cree que en el plano de articulación hay factores a resolver, como la unificación de agendas entre movimiento ambientalista, indígena, garífuna, movimiento indignado y plataformas sociales de educación y salud.

“Si no se logra articular agendas, será muy difícil plantear una lucha sistemática y de alto impacto”, consideró Andino.

Luis Méndez dejó claro que no hay que satanizar la política electoral, pero sí criticó que la misma se convierta en una forma desmovilizadora, que al final lleva a derrotas históricas a la población.

Para Andino es momento de apostar al diálogo entre todos los sectores, pues la situación de país lo demanda y requiere de un movimiento social fuerte, articulado y dispuesto a seguir en la lucha.

Andino cree que se deben definir estrategias tanto para la organización social y popular, como para lo electoral, pero que la fuerza para hacer oposición al régimen de turno, pasa por un movimiento sólido, consecuente y unificado.

Tanto Méndez como Andino, coinciden que el próximo proceso electoral, que ya está a la vuelta de la esquina, no genera garantías de democracia y transparencia, por lo que, si se llega a ese evento bajo las condiciones actuales, es muy probable que se acumule una nueva derrota.

En ese sentido, aseguran que a 11 años del Golpe de Estado, uno de los principales retos es rescatar al movimiento social y popular, y darle una dinámica independiente y por fuera de los intereses electorales.

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