lunes, 7 de agosto de 2017

Un Estado donde la violencia, corrupción e impunidad son una realidad cotidiana



Según el doctor en Derechos Humanos, Joaquín Mejía, del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, Eric de la Compañía de Jesús, la situación de los derechos humanos en el país se puede concretar en dos palabras: en primer lugar violencia y por otro lado el binomio corrupción-impunidad.

Según Mejía, el gobierno de Honduras, las autoridades nacionales o el Estado de Honduras es un Estado bipolar o cínico. Bipolar en el sentido que por un lado aprueba leyes, apruebas instituciones, aprueba convenios como la venida de la Maccih o del Alto Comisionado, ratifica tratados internacionales de derechos humanos y presenta, hacia afuera, un discurso favorable a los derechos humanos. “Pero luego en la práctica, aquí a lo interno, es un Estado violador, un Estado que a través de sus autoridades criminaliza a los defensores y defensoras, y que permite prácticas y aprueba normas que son contrarias a los estándares internacionales”, señaló Joaquín. 

A la luz de la presencia, esta semana en Honduras, del Secretario General Adjunto de la Organización de Naciones Unidas, Onu, para los Derechos Humanos, Andrew Gilmour, Radio Progreso (RP) dialogó con Joaquín Mejía (JM) sobre la realidad de Honduras en materia de derechos humanos.

RP. ¿Cuál es la realidad de Honduras en materia de derechos humanos?

JM. Creo que se puede concretar en dos palabras: por un lado violencia y por otro lado el binomio corrupción-impunidad. Es decir, es como si estuviéramos hablando de una moneda, en una cara está la violencia y en otra cara está el binomio corrupción-impunidad.

RP. ¿Cuál es la importancia de una visita como la del Secretario General Adjunto de la Organización de Naciones Unidas, Onu, para los Derechos Humanos, Andrew Gilmour?

JM. Tiene una importancia en tres sentidos. En primer lugar para que el Estado sepa que sigue siendo monitoreado y visto por la comunidad internacional. En segundo lugar, es una importancia simbólica para los que defendemos los derechos humanos en este país, que este señor se reúna con los defensores y defensoras y que escuche lo que está pasando en el país, esto se convierte en un espaldarazo. Y un tercer punto es que recordemos que él es el Secretario General Adjunto del Alto Comisionado de Naciones Unidas, y en ese sentido la Oficina del Alto Comisionado aquí en Honduras ha sufrido una serie de ataques por parte del gobierno, por parte de la Rectora Julieta Castellanos, y en ese sentido la visita de una máxima autoridad del Alto Comisionado también es una forma de respaldo al trabajo que está haciendo su oficina aquí en Honduras. 

RP. ¿Cómo se interpretan esos ataques?

JM. Esto debemos verlo en la moneda de doble cara que antes hablaba de violencia, corrupción-impunidad porque esta violencia y la corrupción-impunidad tienen un impacto significativo en los defensores y defensoras de los derechos humanos. Este impacto no solamente se manifiesta a través de los asesinatos que hay, de las amenazas y los hostigamientos sino que también se manifiesta a través de la criminalización.

RP. ¿Por qué son la Maccih y la Oficina del Alto Comisionado el blanco de los ataques?

JM. Hay una campaña de criminalización, una campaña de desprestigio porque hay sectores que están incómodos con las palabras que están diciendo tanto la Maccih como la Oficina del Alto Comisionado, y recordemos que estas dos instituciones internacionales están en Honduras porque el propio gobierno, el propio Estado ha sido quien, de manera voluntaria, les ha llamado para que vengan aquí y apoyen al gobierno en las mejoras de los derechos humanos.

RP. ¿Cuál es el mensaje que nos deja que haya dos instituciones internacionales en el país?

JM. La presencia de estas dos instituciones es una manifestación clara, concreta, por un lado de la incapacidad de las instituciones nacionales como Ministerio Público, el Comisionado, el Poder Judicial, de poder avanzar en la protección y garantía de los derechos humanos, y también es una muestra de falta de voluntad de política y por eso es que es necesario que vengan dos organismos internacionales a empujar a las instituciones nacionales que son las principales encargadas de proteger a la ciudadanía.

RP. Usted se reunión con el General Adjunto Andrew Gilmour, ¿de qué hablaron?

JM. Estuvimos reunidos en la Oficina del Alto Comisionado, y en lo particular me pareció muy positivo que su posición fue escuchar, escuchar nada más. Y también me pareció positivo que al final de la reunión él señaló que la mayoría de las cosas que le habíamos planteado son cosas que él conocía en términos generales porque la oficina de Honduras, coordinada por María Soledad Paso, ya le había informado de esa situación, lo cual es altamente positivo que un organismo de este tipo esté al tanto de lo que está pasando en Honduras.

RP. ¿Por qué los gobernantes no responden en la protección de los derechos de la ciudadanía?

JM. El gobierno de Honduras, las autoridades nacionales o el Estado de Honduras es un Estado bipolar o cínico. Bipolar en el sentido que por un lado aprueba leyes, apruebas instituciones, aprueba convenios como la venida de la Maccih o la venida del Alto Comisionado, ratifica tratados internacionales de derechos humanos, además hacia afuera tiene un discurso favorable a los derechos humanos, pero luego en la práctica, aquí a lo interno, es un Estado violador, es un Estado que a través de sus autoridades criminaliza a los defensores y defensoras, y en ese sentido también permite prácticas y aprueba normas que son contrarias a los estándares internacionales de derechos humanos.

RP. El Comité de Derechos Humanos de la Onu presentó su informe sobre Honduras, ¿qué señala?

JM. Manifiesta una serie de preocupaciones y recomendaciones al Estado que tienen que ver con esas demandas que desde la sociedad civil estamos haciendo desde hace tiempo.

RP. ¿Qué temas plantea este informe de observaciones?

JM. Una de las preocupaciones que tiene el Comité es la falta de transparencia en el proceso de selección del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos. También le preocupa que haya un número sustancial de recomendaciones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación sobre violaciones a los derechos humanos durante el golpe que todavía están pendientes y sin pleno cumplimiento. Le preocupa al Comité la limitada participación de la mujer en la vida política y pública del país. Le preocupa las centenares de muertes anuales por femicidios, entre otras. 

RP. ¿Para dónde vamos?

JM. Seguimos en ese camino bipolar, por un lado seguimos escuchando un discurso hacia afuera favorable a los derechos humanos, incluso hay anuncio que se va a reabrir la Secretaría de Derechos Humanos de manera independiente, seguimos teniendo instituciones que deberían ser las que defiendan los derechos humanos de la población como el Comisionado Nacional, la Fiscalía de Derechos Humanos pero luego vemos que son instituciones debilitadas por la falta de recursos y por la falta de independencia de sus titulares.

No hay comentarios: