martes, 8 de agosto de 2017

“El lenguaje no es sólo comunicación. Y aún menos un simple medio de cognición del «mundo exterior», sino un medio de creación del mundo”

Rebelión

Por Salvador López Arnal

Entre otras muchas cosas, algunas de ellas recordadas y comentadas en anteriores conversaciones aquí publicadas, Joaquín Miras Albarrán es miembro-fundador de Espai Marx y autor deRepensar la política y Praxis política y estado republicano.  

Decías que de nuevo se pone el acento en el desarrollo de la inteligencia mediante la intervención de los otros, dejando atrás el concepto de desarrollo individual, pautado por esquemas innatos, como medida de la capacidad intelectual. Este concepto, comentabas, tiene una importancia crucial en la explicación de la relación entre aprendizaje y desarrollo. ¿Por qué? 

Este último va a remolque del primero; es el aprender lo que crea la facultad superior o competencia, la competencia no preexiste a su uso, como posibilidad a desarrollar. En palabras de Vygotski: "Nuestro análisis altera la tradicional opinión de que, en el momento en que el niño asimila el significado de una palabra, o domina una operación como puede ser la suma o el lenguaje escrito, sus procesos evolutivos [inmanentes y preexistentes, a la espera de su desarrollo] se han realizado por completo. De hecho, tan sólo han comenzado". Su posterior desarrollo será también sociohistíorico, tanto ontogenética como filogenéticamente.

Más propuestas 

Concepto de mediación. El ser humano, a diferencia de los animales, genera y regula su conducta mediante la creación y utilización de signos. Esta es otra diferencia radical con los modelos explicativos que conciben al individuo como un sujeto que interactúa de forma individual (con sus herramientas innatas) con el medio. Entre el mundo y el individuo existen los instrumentos creados por la cultura, por la historia (lenguaje, mapas, dibujos, etc.) que le permiten desarrollar la actividad mental.

Se entiende el papel de la mediación. Más.

Lenguaje como regulador de la conducta: habla egocéntrica como transición del habla externa al habla interna. Primero interpsicológica, más tarde intrapsicológica. El desarrollo del lenguaje se produce, según la ley de doble formación, como un transición del habla externa (el adulto y el niño) hacia el habla interna (que pasará a regular la conducta), pasando por una fase de habla egocéntrica donde el niño, antes de interiorizar definitivamente el lenguaje, utiliza formas verbales específicas (predicación, etc.). De nuevo el desarrollo va de fuera adentro. 

 Se capta lo que quieres señalar. 

La escuela psicológica socio-histórica puso en el centro del desarrollo de las funciones mentales superiores la cultura como mediadora imprescindible del desarrollo. Fue la creación activa, en comunidad intersubjetiva, de la cultura, del mundo social cultural objetivado, lo que iba desarrollando las funciones mentales superiores, internas a la subjetividad.

Permíteme volver aún otra vez sobre la teoría de Vygostki, para explicar un poco más todo esto.

Cuando quieras, adelante con este regreso ampliativo. 

La actividad lingüística, lo mismo que la totalidad de la actividad individual y que la misma consciencia subjetiva, en la teoría vygostkyana se construyen como consecuencia de la incorporación de la subjetividad a la interacción con la comunidad a comenzar por los miembros inmediatos. La autoconsciencia, la interpretación que el niño pequeño tiene de sí se basa en el reconocimiento de la interpretación que los progenitores le proyectan.

El recién nacido carece de una plantilla de saber innato que le permita entender y discernir lo que es comunicación, lenguaje, -o mundo exterior-. No tiene medio de saber distinguir «ruido» de «medio de comunicación»; todo lo que oyera sería ruido, al carecer de una falsilla interpretativa previa, un «hardware» innato o, simplemente, unas reglas innatas que le permitieran elaborar un tipo de conocimiento o consciencia sobre el medio y sobre sí, al estilo de lo que propone Descartes. Cómo puede llegar a producirse entonces la comunicación, cómo puede llegar a generarse el lenguaje.

Buena pregunta, clásica pero buena y no sé si resuelta. 

Explica Vygotsky que el niño no sabe nada, siente, sí, malestares, pero sin saber ni siquiera a qué se deben y qué los sacia. Siente hambre, y llora, siente escozor por la acidez de sus heces y orines, y llora. Siente frío, y llora. Siente la desprotección propia del cuerpo aislado tras haber estado enclaustrado y llora. Y todos estas estas protestas, tienen un efecto en sus progenitores: lo toman, le introducen en la boca un pezón o una tetina, le cambian la ropa, le restañan la piel escocida, lo abrigan. Eso ocurre una y otra vez, y ahí, justo ahí, ese ser que no sabe aún ni lo que es la leche ni lo que es una madre, un padre, descubre que su queja produce efectos, acarrea consecuencias. Es la génesis de la comunicación y de la consciencia de la comunicación, de la interacción comunicativa.

Está muy bien visto, emociona incluso lo que señalas. 

Génesis que surge de la intercomunicación, de la intersubjetividad y de la actividad que se genera, la actividad de la queja y la actividad de las individualidades inmediatas. Es la génesis del signo, la historicidad genética, ontogenética y filogenética, del signo. Esta sí es una explicación no pospuesta a otra rama del saber. Aquí se explica el surgir, donde no había algo, de algo que emerge. Es la historicidad la capacidad explicativa del momento genético, elaborada por este gran pensador, cuya elaboración se integra en el pensamiento marxista-hegeliano. Esta corriente, la hegeliano marxista, que no tiene igual en la explicación de la historicidad, de la génesis, de la autoposición, auto creación de los elementos sociohistóricos, constitutivos del ser humano, y lo hacen desde el plano ontológico de lo social, dando prioridad explicativa al plano social interactivo sobre el plano individual. Lo hacen con potencia explicativa sin parangón.

Mejor publicidad que la tuya… Será difícil superarlo.

Vygotsky, el padre de la escuela socio histórica de psicología, era un gran conocedor de la obra de Hegel, e interpreta a Marx en estas claves.

Sí, sí, ya veo, ya veo. 

El llanto, la queja, la expresión de malestar, convertidos en «signo» por la interacción. Recordemos lo que nos explican los cuidadores que asisten a los dormitorios de los hospicios donde se hacinan muchos niños pequeños, el silencio desamparado que habita esos espacios. Llorar es esperanza de que alguien va a atender la queja, es saberse en comunicación. Si no hay esa esperanza, no hay ni llanto. El llanto es un acto de comunicación…

Puñetas Joaquín, tu vena poética está hoy de un subidón que toca. Gracias. Muchas gracias. 

El signo, el lenguaje se gesta en interacción, y su significado es la acción, el lenguaje surge de la acción, que solo es posible en grupo –en inter acción-, y se refiere a ella, es el medio mediante el que nos hacemos y dominamos el saber hacer, y es el instrumento que dirige la actividad, porque el lenguaje –Vygotsky, Luria, Leontiev, Rubinstein…- es simpráctico.

Recuérdanos el significado del palabro. 

Significa praxis, acción, la orienta desde dentro de la misma. y se enriquece a medida que se complica la praxis y se incorpora la experiencia práxica inherente. El lenguaje es el medio de la praxis, que es siempre social. O sea el lenguaje -y esta escuela insiste en ello-, no es solo comunicación, ni, aún menos, simple medio de conocer, de cognición del «mundo exterior», sino medio de creación, de creación del mundo. Es la materia creadora, la materia que va por dentro de la actividad creadora –pensamiento lenguaje- mediante la que creamos, objetivamos el mundo humano. Es el Logos griego.

Nada menos. 

Por supuesto, claro que conocemos el mundo, pero no porque el lenguaje nos lo aproxime, nos permita la interpretación activa de eso que está enfrente, ahí fuera, como cosa objeto frente a sujeto, interrelacionados, a lo sumo por ese medio de conocer, que puede ser en todo caso refinado, hasta convertirse en saber metódico para controlar los «datos» del mundo de ahí fuera, sino porque creamos el mundo humano, las objetivaciones materiales y el saber hacer, mediante el lenguaje que dirige la acción. Verdad, es eso que hacemos.

Tomo nota para otro día: "Verdad es eso que hacemos". No quiero desviarme ahora. 

Nadie que está en la acción, en el trabajo, en la producción, en el sudor, en el esfuerzo tiene dudas sobre si existe o no un mundo, y si es cognoscible o no: el dios co-creador no duda de su sudor, no duda de su experiencia inherente. Si una comunidad hace, genera praxis auto protagonista, y tiene experiencia de protagonismo, entonces, «sabe», sabe del mundo y sabe que sabe. Si no, de lo contrario, pues, como las comunidades asiáticas de Asia central estudiadas por Luria, durante los años 30 del siglo pasado, no saben, y no son capaces de movilizar la imaginación, inherente al saber y al experimentar -estoy pensando en el libro El desarrollo histórico de los procesos cognitivos-.

Un gran lógico amigo y maestro, Luis Vega Reñón, habló de estas aportaciones de Luria en uno de sus trabajos. Prosigue, perdona la interrupción. 

Porque lo que se conoce es el mundo de dentro, o sea, el saber hacer lingüístico que poseemos, la experiencia de auto protagonismo que es inherente a nuestro hacer. Lo que se conoce es una reflexión, pero no sobre «el mundo» en tanto que un «eso» que está ahí fuera –como los expedientes x: «la verdad está ahí fuera»…- sino sobre nuestro interior, donde está el saber hacer mediante el que cogeneramos el mundo, y la experiencia inherente, la reflexión sobre la experiencia. Una reflexión no sobre imaginaciones, sino sobre nuestra capacidad de crear, de dirigir praxis y sobre su experiencia inherente. Pero todo esto pone la relación entre saber-lenguaje y praxis, y por tanto entre política y praxis, en otros términos. Pero me permito resumir los tres problemas filosóficos que sí obtienen respuesta satisfactoria desde esta interpretación del lenguaje desde las hipótesis hegelianas y marxistas, del ser humano como ser socio histórico, práxico-lingüistico.

Dejémoslo en este punto si te parece. Seguimos con los tres problemas filosóficos a los que haces referencia. 

De acuerdo.


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