martes, 21 de abril de 2015
Sea humilde chiki
Desde hace unas semanas atrás, venimos escuchando hablar de una joven bloguera llamada Paola Mejía, residente en el sector de Chamelecón en el norte del país. La Chiki 504 se ha viralizado por sus reflexiones sencillas de la cotidianidad que vivimos los hondureños y hondureñas. Esta joven ha sabido llegar a la población que consume las redes sociales haciendo uso del derecho a la libertad de expresión y el acceso a las nuevas tecnologías.
Honduras es un país con más de 3 millones de habitantes que están en la plenitud de su juventud. Un país con los niveles de violencia más altos de todo el mundo. Con la juventud ávida por encontrar un empleo estable y digno. Esa misma juventud no tiene muchas posibilidades de acceder a una vivienda; según el Instituto Nacional de Estadísticas el déficit de vivienda llegó al 45 por ciento el año pasado.
En esa realidad de carencias y necesidades no resueltas, por los gobernantes de turno, se encuentra nuestra juventud. En Honduras las chikis y los chikis han sido de los sectores más vulnerados en sus derechos humanos; en el sondeo de opinión pública del 2014 son ubicados en el primer lugar de esos grupos vulnerables. Toda esa exclusión a la que es sometida la población juvenil de Honduras, debe expresarse de alguna manera.
El último año hemos tenido una fuerza contenida de ese sector de la población: manifestaciones de estudiantes universitarios y de secundaria, que han puesto en acción a las autoridades respectivas. Quizá este sea el primer paso de la necesidad de diálogo que hay en la sociedad hondureña. La juventud universitaria y el estudiantado de secundaria han reiterado su disposición a tener un diálogo nacional sobre la precariedad que existe en el sistema educativo del país y la búsqueda consensuada de soluciones que beneficien a la juventud, padres y madres de familia, a la sociedad en general. 9 de cada 10 chavos y chavas están de acuerdo que se realice un convocatoria con todos los sectores. Ese es un claro y directo mensaje de la juventud.
Es urgente que las autoridades de educación, los diputados y diputadas, los funcionarios públicos, el presidente mismo atiendan los clamores de los jóvenes y tener los primeros pasos que nos encaminen a hablar de una política integral para la juventud.
Parafraseando a la joven bloguera hondureña, Paola Mejía, decimos a las autoridades “sean humildes chikis”, dejen de ignorar a los chavos y las chavas y llámenlos a dialogar.
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