Por Rodolfo Cortés Calderón
El muy querido y recordado amigo y sacerdote (r) Pedro Ferradas nos hizo llegar una breve reflexión-pensamiento en torno a lo dicho hace dos milenios por un hombre del Imperio Romano cuando se ajusticiaba a Jesucristo: "Y entonces Pilatos preguntó a la multitud: ¿A quién suelto? El pueblo clamaba: !A Barrabás, el ladrón! Y tras más de dos mil años el pueblo sigue eligiendo a los ladrones".
Qué verdad más cierta y amarga con tantos engaños y frustraciones que desde tiempos inmemoriales vive la humanidad entera, para no sólo mencionar a la cristiandad, relacionada con este evento histórico.
Ladrones que ya no sólo son eso, sino hasta cínicos, calculadores y sinvergüenzas. Creyendo que todo el pueblo es tonto, dicen tantas majaderías que ni ellos creen. Pero la gran mayoría siguen creyendo en ellos y ellas, porque hay también mujeres ladronas y explotadoras.
Éste es un cáncer mundial que ha atacado por igual a capitalistas, socialistas, demócratas, izquierdistas, revolucionarios, ateos, pastores, obispos, patriarcas, apóstoles, políticos, abogados, periodistas, campesinos, obreros, feministas, etc. etc. Con esto no quiero decir que no haya personas probas y meritísimas. Las hay, y muchas, pero a los que han tenido o tienen "la sartén por el mango" es a los que me refiero.
Se nos quiere hacer creer que hay países que son ricos y desarrollados porque son trabajadores e inteligentes y que los países empobrecidos (léase mejor saqueados y sometidos) lo somos por haraganes y brutos. Váyanse al carajo cabrones que piensan así y quieren vendernos esa pírrica idea. La historia la conocemos los que leemos y nos informamos, que somos muchos en el mundo. Estados Unidos es producto de los despojos que hicieron primero de los pueblos indígenas del Norte de América y después, de todo lo saqueado a los pueblos del mundo durante más de 200 años. Alemania es rica porque despojó a sus países vecinos antes y durante la I y II guerras mundiales—sino escuchemos los justos reclamos de Grecia. Taiwán (isla de Formosa) se enriqueció con los grandes capitales que los asaltantes fundadores sustrajeron de mala forma de la República de China. España, Portugal, Francia, Inglaterra y varios países de Europa saquearon y expoliaron a los pueblos de la Abya Yala y África durante siglos; y lo siguen haciendo.
A nivel de nuestra Honduras todo es igual. La misma desgracia viven los partidos políticos, sin ninguna excepción, todos roban descaradamente a sus prosélitos y ciudadanía, reciben Millones de lempiras por aportes o deuda política y ninguno da cuentas a sus seguidores sobre cómo usan los dineros y estos llegan a ser Presidentes de la República; Ministros o directores; Diputados, Magistrados y Jueces; Militares de Alto rango y Comisionados de toda calaña; Interventores o Personas eufemísticamente llamadas Honorables. Todos ladrones y ladronas. Todos entran al gobierno con una mano atrás y otra adelante y salen como potentados.
Y, qué decir de los empresarios de todas las actividades. La mayoría de ellos conculcadores de las leyes y explotadores de los analfabetas, obreros, campesinos y profesionales. Enriquecidos con la sangre y el sufrimiento de los empobrecidos. Pero no sólo eso, ahora son parásitos del Estado y se enriquecen más con los bienes que son propiedad social de la hondureñidad. Estos son los verdaderos hijos de Barrabás. ¡Descarados que se hincan ante el Jesucristo que ellos mismos martirizaron y crucificaron y que ahora se golpean el pecho en su nombre! ¡Hipócritas!
¿Y qué opinar de las iglesias? La verdad es que no creo que haya una que no le haya robado algo a su feligresía. Unas más que otras. Hay unas que son descaradas, principalmente las iglesias de maletín, esas cosillas que tienen pastorcillos que a puros gritos, charlatanería y altoparlantes se vuelven ricos de la noche a la mañana y que construyen grandes templos para incautos y sendas mansiones para ellos. Estos adefesios fueron creados por el imperio Yanky para contrarrestar desde mediados del siglo pasado a los países latinoamericanos que luchan por su liberación. En el pueblo donde vivimos hay un peculiar ejemplo, por mencionar un solo caso. Y el Estado no actúa de oficio en contra de ellos porque se siente comprometido y agradecido con el mensaje de sometimiento y adormecimiento que destilan estos piratas de dios. Y mientras el pueblo de a pie paga onerosos impuestos por una chiclera o una galera de venta de baleadas, estos malandrines eclesiales no pagan ni un centavo al erario público, aunque explotan el diezmo hasta la saciedad.
Y de las Cooperativas, ONGs, Institutos de Previsión, Colegios Magisteriales, Sindicatos o Centrales Obreras y Campesinas, para qué hablar, han aprendiendo perfectamente bien la lección de su patriarca Barrabás y la eficaz asesoría in situ de gobiernos, iglesias, empresarios y militares, por eso todas las cúpulas están llenas de ladrones y ladronas.
Así nos agarrará esta "semana santa" que iniciamos el próximo domingo, llamado de Ramos, pero repleto de cocaína, condones, prostitución, guaro y cerveza, mientras aclamamos al dios de nuestro capricho y descarrío.
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