miércoles, 29 de abril de 2015
Organizaciones articulan la lucha contra las "Ciudades Modelo" en el Sur de Honduras
La dignidad de su población, la belleza y los indescriptibles encantos naturales que cautivan a propios y extraños están en el ojo del huracán en la región sur de Honduras. Esta zona, una de las más abandonadas del país reúne las condiciones de precariedad que necesitan los gobernantes y los inversionistas para desarrollar a sus anchas la primer Zona Especial de Desarrollo (ZEDE), más conocida como Ciudad Modelo.
El golfo de Fonseca está en la mira. La Agencia de Cooperación de Corea Koica nominó desde el año anterior a tres municipios del departamento de Valle, con salida al océano pacífico, para ser la primera Zona de Empleo y Desarrollo (Zede) en el país, y según sus estatutos, la primera en el mundo. El 2014 dicha empresa presentó al gobierno un estudio de factibilidad valorado en 4 millones de dólares, para iniciar el proyecto.
La “ciudad modelo” se pretende instalar en los municipios de Nacaome, Guascorán y Amapala en el departamento de Valle y desde hace algunos meses, varios sectores que se oponen de manera enérgica han comenzado a articular la lucha, ya que consideran que con las Zedes, viene un despojo sistemático para las familias empobrecidas que habitan en el sector.
“No estamos dispuestos a dejarnos arrebatar nuestra tierra y nuestro mar del que han vivido nuestros antepasados y del que las actuales generaciones vivimos produciendo la tierra y pescando indicó Pedro Canales, presidente de la Asociación para el Desarrollo de la Península de Zacate Grande (ADEPZA).
“Nuestra zona tiene una especie de belleza encantada ya que está escondida en medio de los cerros y los parajes maravillosos que comunican a la isla de Amapala, en Valle, sin dejar de lado toda la belleza del manglar que encierra el Golfo de Fonseca en la Bahía de San Lorenzo o en la de Chismuyo, por ejemplo”.
Sin embargo hay un buen número de personas que están con grandes expectativas de los supuestos beneficios que otorgaría la implementación de las ciudades modelo. En el casco urbano de Amapala, enclavado en la Isla El Tigre, la población habla maravillas del proyecto y aseguran estar ansiosos para que se inicie la construcción.
De acuerdo al analista Pedro Landa, las “ciudades modelo” según el marco jurídico que las crea: son espacios territoriales con condiciones especiales otorgadas a inversionistas extranjeros para la apropiación y explotación de los bienes naturales. Estas regiones estarán sometidas a reglas diferentes del resto del país y con autonomía propia.
En medio de dos potentes filos
“Hoy con la llegada de este proyecto capitalista aquí en Zacate Grande, quedamos a dos poderosos filos, recordemos que desde hace varios años venimos luchando contra Miguel Facussé, quien se ha apropiado de más de 5 mil manzanas de tierra, de las 8 mil que tiene toda la comunidad”, explicó Pedro Canales.
“La lucha por la tierra es algo que no hemos quitado el dedo de la llaga y no estamos dispuestos a negociar con nadie porque sabemos que las negociaciones para nosotros significan la entrega de las comunidades de Zacate Grande, Nacaome y Guascorán”, explicó el líder comunitario que reside en la comunidad El Golfo.
Recalcó que las amenazas son fuertes, ante una negociación que nosotros no aceptamos entonces se nos vienen encima las amenazas, en este caso “yo he tenido muchas amenazas a muerte por gente vinculada a los ricos y en este aspecto a Miguel Facussé, corre peligro mi familia y otros dirigentes de ADEPZA”, denunció.
Así mismo dijo que hay una voz de alarma porque personas que trabajan con el programa de gobierno “Por una vida mejor” andan desarrollando encuestas en las comunidades de Zacate Grande, y le preguntan a cada dueño de vivienda si tiene documentos.
“Nosotros estamos seguros que esto tiene que ver con el tema de las “ciudades modelo” y como la mayor parte de las familias no tiene documentación alguna de sus terrenos y viviendas por el problema creado por Miguel Facussé, para la instalación de la Zona de Desarrollo Especial, tendría otro punto más a su favor”, indicó Pedro Canales.
Articulación de lucha
“Aquí ya hemos iniciado la articulación de la lucha contra este tipo de proyectos que solo beneficia al gran capital. Decenas de organizaciones comunitarias y sociales nos hemos aglutinado en el Movimiento Ambientalista y Social de la Zona Sur, para defender el territorio y los demás recursos naturales amenazados”, indicó Juan Gabriel Mendoza, promotor de Cáritas de la Diócesis de Choluteca.
Manifestó que existe gran preocupación en el caso del Golfo de Fonseca, ya que con las ciudades modelo a parte del desplazamiento paulatino de las familias, los daños ambientales serían cuantiosos para esta zona.
El Golfo de Fonseca tiene una extensión de aproximadamente 2,010 kilómetros cuadrados y una extensión lineal de sus costas continentales de 131.75 millas náuticas, es una frontera natural que se comparte con Nicaragua y El Salvador. Posee una de las biodiversidades más ricas de la franja mesoamericana con su flora y fauna, según los expertos.
En peligro patrimonio mundial
El Golfo de Fonseca, ha sido declarado como sitio Ramsar de patrimonio mundial que abarca un complejo de siete áreas costeras que incluyen la bahía de Chismuyo, la bahía de San Lorenzo, Los Delgaditos, las Iguanas y Punta Condega; Jicarito, San Bernardo y la Berbería, dentro de lo que es el corredor biológico mesoamericano en el Pacífico.
Esta zona tiene un potencial marino y pesquero indescriptible y sus manglares son los principales protectores de la biodiversidad pues encierran nutrientes necesarios para el mar, la flora y la fauna. Sin embargo para el ambientalista Pedro Landa, con la “ciudad modelo”, este patrimonio estaría en serio peligro de desaparecer ya que es sensible a la contaminación.
De acuerdo a ambientalistas de un tiempo a acá se han hecho fuertes impulsos por rescatar especies marinas casi en extinción como los cascos de curiles o cascos de burro, en donde algunas comunidades pesqueras con apoyo internacional en pequeños proyectos pesqueros comunales han logrado evitar que esta especie marina se extinga del recurso marino costero de la zona sur.
“Aquí se ha dado luz verde para que en unos cuantos años ya no queden los manglares y la biodiversidad que tiene el Golfo de Fonseca. Recuerde que aquí sería una terminal de barcos de grandes proporciones y con derramamientos de contaminantes que serían los que darían el tiro de gracia a la especie de manglar”, indicó.
De acuerdo al proyecto se crearía un puerto con capacidad para 60 mil contenedores de furgones en el sector de Zacate Grande, además en Jícaro Galán, se construiría una zona con capacidad de almacenar 120 mil contenedores. A parte de otras megaconstrucciones que con los años irán desplazando a las comunidades empobrecidas de la zona, concluyó Pedro Landa.
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