jueves, 16 de abril de 2015

Garífunas inmersos en un proceso de destierro, migración y resistencia


Desde 1797 los garinagu o garífunas vienen luchando por el  desarrollo de Honduras, tierra que en ese momento a nadie le importaba; sin embargo a 218 años de su llegada, este pueblo está inmerso  en una nueva fase despojo y destierro que pone en riesgo su sobrevivencia como cultura diferenciada.   

La historia garífuna es dramática, está marcada de persecución y etnocidio. A lo largo de la historia han tenido que cambiar y adaptarse a las circunstancias sociales, económico-político de los países en que han estado como pueblo, sin embargo han logrado mantener su identidad y su cultura ancestral. 

“Como pueblo garífuna  nos enfrentamos a un tercer destierro, esto significa desaparecer de nuestras comunidades. El primer destierro fue de África a San Vicente, luego fuimos desterrados a Honduras, y hoy aquí en nuestra propia tierra cada vez hay menos espacio para nosotros”. 

Lo anterior lo indicó Mirian Miranda,  de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh) quien además aseguró que de las  50 comunidades  garífunas existentes  ya han sido desplazadas tres: Miami,  Vieja Armenia en Atlántida y  Puerto Castilla, en Trujillo, Colón.  

Argumentó  que este nuevo  despojo se impulsa desde el narcotráfico,  monocultivos de palma africana,  proyectos mineros, complejos turísticos, ciudades modelo y proyectos urbanísticos impulsados por el gobierno nacional y empresas transnacionales. 

“Para implementar dichos proyectos  necesitan de nuestras tierras,  y es entonces donde se implementa el disfrazado proceso para sacarlos de las márgenes en las que hemos estado históricamente confinados”, indicó el dirigente garífuna Nahúm Lalín. 

Pero  en los asentamientos donde habitan más de 250 mil garífunas ubicados en  los departamentos de Cortés, Atlántida, Colón, Gracias a Dios e Islas de la Bahía, resaltan los colores  y  suenan los  tambores  de la resistencia de hombres y mujeres quienes se aferran a lo que ancestralmente les pertenece. 

Sin embargo lo más dañino está por venir. “Las Zonas Especiales de Desarrollo Económico (Zedes) conocidas como ciudades modelo,  proyecto que bajo el pretexto de sacar al pueblo hondureño de la pobreza, pretende despojar a nuestros hermanos y hermanas garífunas de sus zonas”, manifestó Mirian Miranda. 

De acuerdo a señalamientos oficiales, una  ciudad modelo se encontraría ubicada entre la Bahía de Trujillo y la desembocadura del Río Sico, siendo este territorio ocupado por 20 comunidades garífunas, que además es calificado el sector como el último santuario cultural este  pueblo.  

“El pueblo garífuna es de los más amenazados con las ciudades modelos, perderán  sus derechos territoriales ancestrales, perderán sus propias características de vivir y de compartir las tierras, ya este tipo de ciudades serán autóctonas pues tendrán sus propias leyes y gobiernos”, indicó el analista hondureño Tomás Andino.   

Ante la falta de oportunidades, el despojo y el destierro, el pueblo garífuna está huyendo de sus comunidades y su mayor destino es la migración a los Estados Unidos,  donde solo en el Bronx de Nueva York hay entre 75 mil y 90 mil garífunas. 

“En  Corozal, La Ceiba, Atlántida, el año anterior hicimos un estudio y desde enero a agosto de 2014 se fueron más de 300 personas para Estados Unidos, la mayoría de estas son jóvenes de entre 12 y 30 años”, manifestó  Yilian David, de la organización juvenil garífuna Nanigu.

¿Celebración?

Desde el año 2002, en Honduras abril por decreto se convirtió en el mes de la herencia africana, al mismo tiempo que el Estado de Honduras implementa desde hace décadas, una estrategia de despojo de los remanentes del territorio ancestral del pueblo garífuna. 

“Sin embargo este mes de la herencia africana, ha servido como una cortina de humo para soterrar el racismo existente en Honduras, donde la pequeña élite de poder nacional, se encuentra conformada en su mayoría por familias descendientes de europeos, sirios, libaneses y algunos judíos quienes arribaron al país en el siglo XX”, de acuerdo a Mirian Miranda. 

La cultura garífuna, de origen arawak-caribe, con algunos remanentes de los pueblos de África occidental, fuimos declarados Patrimonio cultural Intangible de la Humanidad por la UNESCO en el año 2002. Sin embargo su idioma se encuentra en peligro de desaparecer ante las políticas de homogeneización cultural aplicadas en las últimas décadas y la casi nula existencia de medios de comunicación en Garífuna.

A pesar del proceso de expulsión, exclusión y discriminación,  el pueblo garífuna se levanta  de forma organizada en la defensa de su tierra y su cultura. “Estamos organizados para recuperar y defender   nuestro territorio y cultura”, indicó  Yilian David.

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