La búsqueda de justicia de un padre cuyo hijo fue asesinado por policías
El Congreso Nacional, el poder del Estado donde se toman las decisiones más trascendentales del país, está representado por siete partidos políticos. El bipartidismo compuesto por los liberales y nacionalistas. Los partidos pequeños o enanos como la Unificación Democrática, el Pinu y la Democracia Cristiana, y los partidos nuevos como el Partido Anticorrupción, Pac y Libertad y Refundación, Libre. Hay una gama de colores y sabores ideológicos. Una conformación de diputados cuyo mensaje principal del electorado es que ya no quieren más poderes absolutos que hagan y deshagan con el país.
Hasta lo que llevamos de este periodo, se han dado signos de una oposición aunque son signos muy pequeños en comparación al universo de decisiones que se han tomado, muchas en contra de los intereses sagrados de la nación. Pero resulta muy curioso, no solo de los diputados y diputadas actuales, sino de los que han desfilado por el Congreso Nacional: aprueban decretos y leyes muchas veces sin conocer sus contenidos y sin reflexionar, aún, en los efectos para el país.
Sucedió por estos días con la aprobación del contrato entre la municipalidad de San Pedro Sula y la empresa Holding Electric Centroamericana. “Usaron la estrategia de encubierto” dijo la diputada Doris Gutiérrez en el programa Más que dos de Radio Progreso, al describir la forma como fueron sorprendidos por los interesados en que ese contrato se aprobara. El contrato se discutió y se aprobó y hasta al momento de ratificarla se dieron cuenta que era la empresa Sulambiente la beneficiada. Esa es la misma empresa a la que los sampedranos y sampedranas tuvieron que pagarle 180 millones de lempiras sin que hubiera recogido un tan solo papel de las calles de San Pedro Sula.
¿Qué tipo de diputados y diputadas hay en el Congreso Nacional?, ¿quiénes legislan en Honduras?, es imperdonable y es un acto irresponsable aprobar decretos, leyes y contratos sin conocer su contenido y sus impactos en la ciudadanía. El contrato se aprobó sin seguir tampoco las normas parlamentarias. Para estar en el Congreso Nacional se necesita mínimo estar con las antenitas siempre bien alertas porque, en lo que menos canta un gallo, sorprenden a propios y a extraños.
Y es así como se han aprobado una retahíla de leyes que hoy tienen a Honduras como una res pública que se vende a pedazos. El Congreso Nacional ha quedado a deber mucho. Como ciudadanos y ciudadanas debemos exigir cuentas a los diputados y diputadas tanto de derecha, centro derecha, de izquierda y de centro izquierda para que sean más responsables con sus acciones y decisiones. Y denunciar siempre a los que bailan al son que toca la plata.
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