lunes, 5 de enero de 2015

Aquí no pasa nada



Crímenes de odio e impunidad: dos zarpazos que laceran a la diversidad sexual en Honduras 

En nuestra Honduras los políticos y funcionarios públicos se sienten tan a sus anchas que toman las decisiones que se les antoja con la plena seguridad de que aquí nada pasará, más allá de los murmullos y alguno que otro insulto o amenaza verbal infecunda por parte de las dirigencias populares y de las organizaciones sociales.

Así se explica que un puñado de regidores junto con su alcalde en la comuna sampedrana decidiera aumentar el cien por ciento al pago del peaje en las diversas casetas de ingreso o salida de San Pedro Sula.

Es cierto que este aumento se tomó en estos ambientes de bullas navideñas cuando el poder del mercado y del dinero logra la mayor movilización de la sociedad tras la persecución de productos y compras hasta dejar vacíos los bolsillos como si se tratara del fin de los tiempos. La gente anda nervios, como si el dinero que tiene le quemara las manos que busca deshacerse del mismo. Este factor contribuye a que la gente no haga nada, pero no el decisivo.

Ya hace unos meses se construyó el primer peaje en la carretera que de la capital conduce hacia el norte en las alturas de Zambrano. Cada vehículo liviano tiene que pagar diecisiete lempiras. Y aquí no pasó nada. Ya están por comenzar los cobros en el peaje que ya se construyó en la recta de Santa Cruz de Yojoa, y aquí no pasa nada.

Si aquí no pasa nada es porque pasa de todo. Se sigue matando a la gente y nada pasa con los delitos que en un noventa y cinco por ciento quedan sin investigación. Aquí se decide el futuro de los salarios de las obreras y obreros por los siguientes cuatro años, en el ambiente de la mayor inestabilidad económica, con firma y sello de dirigencias sindicales, y aquí no pasa nada. Las autoridades universitarias expulsan a dirigentes estudiantiles por protestar de la misma manera como se militariza la sociedad como advertencia de que las disidencias y los malestares se resuelven con la coerción y la amenaza. Y aquí no pasa nada.

Se aprueban ZEDES o Ciudades Modelo con la misma premura como se ponen en marcha los dispositivos para cambiar todo lo que se tenga que cambiar con el fin de asegurar continuismos y reelecciones, y aquí no pasa nada. ¿Seguiremos por la vida en este deterioro, eternamente como si no pasa nada, mientras todo nos sigue pasando? ¿Con esta misma actitud recibiremos y recorreremos el 2015?

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