sábado, 24 de enero de 2015
Negociaciones
El año 2015 inició con acciones políticas muy polémicas. La razón: darle o no reconocimiento constitucional a la cuestionada Policía Militar del Orden Público, que se ha convertido en la manzana de la discordia que ha llevado a que se enfrenten, en los medios de comunicación, a los llamados partidos de oposición con el partido en el poder. Ha sido un comienzo de año en un ambiente agitado en el tema político.
La Policía Militar representa para el oficialismo, la principal apuesta para avanzar en su proyecto político. Mientras que para la oposición representa una oportunidad para medir fuerza aunque siempre hay dudas sobre los propósitos de esa oposición, ya que experiencias pasadas nos indican que al final terminan cediendo en sus posiciones.
Para este año que apenas comenzamos a recorrer, los temas fuertes, que por ahora pintan el panorama, son el tan traído y llevado rango constitucional de la Policía Militar, a la par está el espinoso tema de la reelección presidencial teniendo como un escenario de negociación la elección de la Corte Suprema de Justicia.
Los escenarios políticos pintan a una oposición sin un rumbo definido, más parece una medición de fuerza para ponerle precio a su voto y no tanto para defender los intereses de la población. Hasta ahora la llamada oposición no ha sabido conducirse en medio de un Partido Nacional dispuesto a comprar más poder para buscar desarrollar su proyecto político, un proyecto del presidente Juan Orlando Hernández, que va más de allá de cumplir sus cuatro años en el poder.
Aunque parece que fueran temas aislados, en realidad son tres temas envueltos en una sola negociación. Estamos hablando de la existencia de la Policía Militar, de la apertura a la reelección presidencial y de la elección de la Corte Suprema de Justicia.
El escenario es la existencia de la Policía Militar, el punto de partida dónde se podrán amarrar los otros dos asuntos, pero otra vez, las decisiones se están tomando desde las cúpulas para la sobrevivencia de las que negocian en nombre del pueblo y a espaldas de él.
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