martes, 27 de enero de 2015

Visita de Ban Ki-Moon: Más allá de los aplausos



Por Javier Suazo

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Ban Ki-moon cubre una visita a Honduras que incluye reuniones con el presidente Juan Orlando Hernández, la condecoración por el Congreso de la República con la Orden Gran Cruz Extraordinaria con Placa de Oro, reuniones con diputados, Comisionado de los Derechos Humanos, líderes de sociedad civil, entrega de las llaves de la ciudad de Tegucigalpa y visita a las Ruinas de Copan.

El señor Ki-moon que vino acompañado de su esposa Yoo Soon Taek, exhortó al gobernante a trabajar más para una protección efectiva de los derechos humanos, sobre todo de aquellos grupos en riesgo económico y social que, en el caso de Honduras, incluye a los madres y niños (a) migrantes, los campesinos sin tierra, los pueblos ancestrales como los Lencas y Pech que han visto cercenados sus territorios y hábitat natural, los garífunas que luchan por no ser expulsados de sus tierras,  las familias que padecen hambre y en riesgo de  inseguridad alimentaria, las personas sin acceso a la salud y con enfermedades terminales; también a periodistas perseguidos por oponerse a las políticas neoliberales, saqueo del país y militarización de la sociedad, los estudiantes procesados por demandar una educación superior con conciencia crítica de los problemas nacionales.

El Señor Ki-moon felicitó al gobernante por la reducción en los índices de homicidios según las cifras oficiales que a criterio de la Ex comisionada de Policía y regidora municipal, María Luisa Borjas, han sido maquilladas por el gobierno y avaladas por el Observatorio de la Violencia de la UNAH ya que las masacres solo se cuentan por un homicidio, el combate de la violencia urbana y la lucha contra el narcotráfico. Manifestó el interés de las Naciones Unidas por trabajar más cerca con Honduras en la defensa y protección de los derechos humanos y contrarrestar el impacto de la violencia en la sociedad hondureña, en especial contra las mujeres, población infantil, periodistas y defensores de los derechos humanos, para lo cual se abrirá una oficina del Alto Comisionado de la ONU en Honduras.

Otro tema lo fue el diferendo limítrofe en el Golfo de Fonseca que ha enfrentado a las fuerzas marítimas de Honduras con las del Salvador, en el reclamo de la Isla Conejo donde Honduras ha empezado a ejercer soberanía. El problema que se aduce es la falta de delimitación de la frontera marítima de los países e incluso con Nicaragua, por lo que se espera sea resuelto ratificando la sentencia de la Corte Internacional de Justicia en la Haya, Holanda. Se ha logrado un acuerdo entre los tres gobiernos para convertir la zona del golfo en una zona de desarrollo tripartita, donde Honduras piensa transformar el puerto de Amapala en un Puerto Internacional Logístico e instalar la primer Zona de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) con apoyo del gobierno de Corea.

El gobierno de la República planteó además la necesidad de mayor apoyo de las Naciones Unidas para contrarrestar los efectos negativos del cambio climático en la producción alimentaria y exportaciones, familias en riesgo social y la infraestructura económica y social, volviendo más vulnerable el país por los problemas de creciente deforestación y erosión que enfrenta.

En el Congreso de la República hizo un llamado a los diputados para que sean consecuentes con la realidad económica y social que se vive, con una ejecutoria de sus acciones que rinda cuentas y sean trasparentes. Pidió utilizar este espacio político para el consenso y canalización de las iniciativas de aquellos que no tienen voz. Impulsar la integración regional, atacar la pobreza y proteger los derechos humanos, son las tres vías para alcanzar el desarrollo, según Ki-moon. La niñez migrante es producto de ello, y de la violencia callejera.

Al menos cuatro temas no formaron parte integra de la agenda del Secretario de la ONU y el gobernante, pero que se abordaron con ciertos actores de manera superficial. El primero referido a la creciente corrupción como un cáncer que tiene que soportar la economía y sociedad hondureña,  que ha llevado en el caso del IHSS y Secretaria de Salud a que la población tenga que asumir la mayor parte de costos por la atención brindada. La palabra de moda en los hospitales públicos y centros de salud es No Hay, incluso papel higiénico en los sanitarios. El gobierno de la Republica firmó un acuerdo con Transparencia Internacional para combatir este flagelo, pero no existe la garantía  que se cumpla ya que, entre otras acciones, el gobierno aprobó una Ley que califica cierto tipo de información como confidencial a la que no hay acceso. La información de los proyectos de COALIANZA es secreta y solo la presión del Instituto de Acceso a la Información ha podido que se entregue pero no como se solicita.  La información sobre el detalle del presupuesto de ingresos y egresos de la República no es pública, aunque se diga que Honduras está en mejor posición que Nicaragua en la entrega de la información; hay denuncias de blanqueo de cifras por Bantral y SEFIN y es manifiesta una gran alianza entre jueces, empleados públicos y bancos en negocios poco transparentes con los bienes y dineros del Estado.

La zona del Bajo Aguan continúa militarizada

El segundo se refiere a los derechos de propiedad sobre las tierras y recursos naturales que reclaman campesinos, comunidades y pueblos étnicos, sin que exista una política agraria y forestal de apoyo y protección de estos derechos. Más bien lo que existe, es una pérdida de dichos derechos con la ejecución de proyectos mineros, agroindustriales e hidroeléctricos. La zona del Bajo Aguan está militarizada, hay mercenarios contratados y más de trescientos campesinos han sido acusados de invasores terroristas, muchos de ellos encarcelados y muertos. El Congreso de la República tiene engavetada una Ley de Reforma Agraria Integral y Soberanía Alimentaria con enfoque de género presentada por organizaciones campesinas, pero no existe la voluntad para discutirla.

El tercero tiene que ver con la creciente militarización de la sociedad, que ha llevado incluso a ejecutar programas para que los niños, niñas y jóvenes aprendan la disciplina militar y los valores de la democracia del fusil. En la colonia Sapote Norte un niño denunció a su padre por asistir a marchas convocadas por el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y tener en la pared de su casa una foto del Comandante “Che” Guevara. Se han creado nuevas fuerzas militares como la fuerza tigre y la policía militar de orden público que el gobierno espera se eleve a rango constitucional, separada del Ejército y adscrita a la Presidencia de la Republica. Mientras los miembros de la Policía Militar caminan en carros Toyota cero millas, los miembros de la Policía Nacional, acusados de corruptos, caminan en carros chatarra y con uniformes y botas viejas. ¿Qué hace pensar que los policías militares son y serán honrados y los de la policía nacional son y serán corruptos, si en la sociedad hondureña incluso los sacerdotes han sido acusados de recibir prebendas del Ejecutivo?

Finalmente, destaca las violaciones sistemáticas de la libertad de prensa, expresión y comunicación, ya que gran parte de la prensa radial y televisiva ha sido copada por el gobierno, y no se permite que avance el proyecto de las radios y televisoras comunitarias. Incluso se ha denunciado que dentro de la propia Iglesia Católica hay un interés por imponer la versión oficial en materia de comunicación, ya que la Comunidad de Dios en la ciudad del Progreso, Yoro, viene siendo perseguida por sus editoriales y posiciones frente a la realidad nacional, negándoles el derecho a tener su propia radio y ampliar su potencia a toda la costa norte del país con apoyo de la población.

El presidente del Partido Liberal de Honduras, Mauricio Villeda, catalogó al presidente Juan Orlando Hernández de mentiroso, ya que dijo primero que la policía militar de orden público era una fuerza militar dentro del Ejército con carácter temporal, y hoy dice que será permanente con rango constitucional. Esperamos que el Señor Ki-moon tenga el suficiente tiempo para reunirse o establecer comunicación con verdaderos líderes de la sociedad civil y de la oposición, como también recibir información de primera mano de sus agencias, para tener una visión más cierta de la realidad hondureña y no creer mucho en santos que orinan.
Tegucigalpa, 15 de Enero de 2015.

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