jueves, 29 de enero de 2015

Hasta pronto



Por David Brooks

Adiós a Pete Seeger, quien nos invitó a cantar juntos, y a Robin Williams, quien nos hizo reír, juntos, adiós a un periodista valiente que tumbó a un presidente corrupto, a una actriz, a un desobediente y a un poeta que participaron en luchas por la dignidad de los más oprimidos, a un director que con suprema inteligencia ofreció espejos verídicos.

Son algunas de las figuras que se despidieron en 2014 después de vidas complejas que contribuyeron a las luchas de este país, o que acompañaron a éste y otros pueblos en la búsqueda de brújulas, o que los abrazaron en momentos de soledad, o que rompieron el guión oficial en nombre de una verdad. Se dedicaban a diversas cosas pero lo que tenían en común eran vidas de pasión absoluta por lo que hacían. Entre ellos:

La voz de Seeger es una ruta sonora de los grandes movimientos sociales en este país desde los años 30 hasta Ocupa Wall Street. Su gran admirador, Bruce Springsteen, advirtió durante un concierto para festejar el cumpleaños 90 de Seeger: No se vayan con la finta: se ve como si fuera tu abuelito, pero sólo si tu abuelito te puede partir la madre. Agregó: él canta en la voz del pueblo y apuñala con un cuchillo las falsas ilusiones de nuestro país, pero mientras revela sus grandes fracasos (del país), también festeja sus mejores ángeles.

Ben Bradlee presidió la redacción del Washington Post durante 26 años, periódico que transformó en uno de los rotativos más importantes del mundo. Fue Bradlee quien –junto con la dueña Katherine Graham– se atrevió a publicar dos noticias que sacudieron el poder de la capital de la super potencia: la primera fue una serie de reportajes que se conocerían para la eternidad como Watergate, algo que culminaría con el evento histórico sin precedente de la renuncia del presidente Richard Nixon. La segunda fue al publicación de los llamados Papeles del Pentágono, documentos oficiales secretos filtrados por Daniel Ellsberg que fueron claves en revelar las mentiras y engaños oficiales sobre la guerra en Vietnam, y que figuraron en llevar a su fin a esa invasión. Bradlee afirmó que su táctica editorial para la transformación exitosa de su periódico fue sencilla: contratar a gente más inteligente que yo y fomentar su desarrollo y, además, según su sucesor Leonard Downie, manejar una redacción donde todos se están divirtiendo.

Mike Nichols, director de algunas de las películas que han marcado la cultura estadunidense, llegó a este país de niño como refugiado de la Segunda Guerra Mundial. Sus películas incluyenThe Graduate, Carnal Knowledge, Working Girl, Who’s Afraid of Virginia Woolf y The Birdcage, entre otras. Pero también fue director de teatro en Broadway (The Odd Couple, Spamalot, entre otras), director de la mini-serie de televisión Angels in America (sobre la epidemia del Sida), y más joven, como comediante. Recibió los mayores premios para cine, teatro y televisión, y su obra es referencia esencial para millones.

Ruby Dee fue una actriz afroestadunidense de grandes dimensiones tanto en su arte como en su compromiso social. Desde su actuación en Raisin in the Sun junto con Sidney Poitier a películas de Spike Lee a su participación en el movimiento de derechos civiles de los 60 (estaba ahí, como también Seeger, en la famosa marcha sobre Washington de 1963 convocada por Martin Luther King), Dee era símbolo de furia y dignidad de la mujer afroestadunidense. Junto con su marido, el actor Ossie Davis, participó y se solidarizó con los principales movimientos de justicia en este país.

Robin Williams no podía contenerse en sí mismo, y su sentido de humor estallaba., siempre frustrando a entrevistadores que deseaban una respuesta seria. En una famosa entrevista de la serie The Actors Studio, Williams no podía mantenerse quieto más de tres minutos, y cada pregunta la respondía saltando de su silla para generar olas de risa, improvisando, bailando, disfrazándose con decenas de voces, provocando hasta que una persona del público fuera al hospital al final del programa porque se carcajeó tanto que se provocó una hernia. Pero Williams no fue sólo cómico y sus actuaciones en películas como Good Will Hunting, Dead Poets Society entre otras mostraron su capacidad dramática, o ambos lados, como en The Birdcage.

Franklin McCain fue uno de cuatro estudiantes afroestadunidenses que ayudaron a detonar el movimiento de derechos civiles cuando participaron en una acción de desobediencia civil no violenta en 1960 al sentarse en una fuente de sodas de Woolworth reservada para sólo blancos.

Otras figuras famosas que tuvieron impacto profundo en la cultura y la sociedad de este país y que rescataron lo humano incluyen a la estrella Lauren Bacall (esa voz, y ese romance con Humphrey Bogart dentro y fuera del celuloide), la poeta Maya Angelou, el supremamente talentoso actor Philip Seymour Hoffman, el poeta, dramaturgo y critico de música Amiri Baraka, el actor Eli Wallach, Tommy Ramone del grupo punk The Ramones, entre otros creadores.

Sí, claro, entre los que se fueron hubo políticos, ricos influyentes, y gente que goza de jugar con el poder. Pero al ver quién se fue y quién dejó una marca que ofrece algo de valor, los nombres que resaltan son los de creadores culturales y los de quienes se atrevieron a desafiar al poder en nombre de la justicia y el bien colectivo.

Hay miles de anónimos que se despidieron en 2014 que participaron en una diversidad de luchas a lo largo y ancho de este país, muchos de los cuales probablemente cantaron con Seeger, o fueron al cine a recuperarse, consolarse y nutrirse, o que leyeron algún reportaje que los convenció en seguir luchando junto con otros y rechazar la mentira.

Los reconocidos y anónimos que dejaron y ofrecieron algo para todos los demás son los que seguirán vivos, acompañando a los que aquí continúan batallando por el futuro. Hasta pronto.

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