jueves, 31 de octubre de 2013
“La América Latina de hoy sin la Revolución Cubana no habría existido”
Por Yinett Polanco
“Cuba es familia” me dijo Aute cuando le recordé quién yo era, de dónde venía. Fue en 2009, en el Concierto por la paz, en La Habana, la última vez que le había visto, un año antes había sido testigo de su visita a la sede de La Jiribilla, pero no hay dos sin tres, como él mismo me dijo y lo reencontré en México, celebrando sus 70 años con un concierto maravilloso en el Hay Festival de Xalapa, que me hizo evocar amigos que creen, como yo, que algunas de sus canciones están entre las mejores del mundo.
Hablamos del azar, de la foto en el malecón habanero que está en la portada de su más reciente disco, El niño que miraba el mar, ese que precisamente había presentado la noche antes junto con El niño y el basilisco, el audiovisual que acompaña a esta producción discográfica.
Luego charlamos sobre su música, su pintura, el amor, el humor, de lo aberrado de un sistema que nos ha habituado a percibir como normalidad la corrupción. “El capitalismo es un sistema construido sobre la corrupción, eso no quiere decir que en otros sistemas no haya personas corruptas, pero el capitalismo es un sistema corrupto en sí mismo”, decía.
Sobre todo, hablamos de Latinoamérica, donde se siente como en casa y donde, según él está el futuro y me hacía notar: “En Europa no nos entendemos unos con otros, ustedes tienen un patrimonio incalculable, una lengua común”, luego añadió más argumentos e insistía, “si hay futuro es en América Latina, todo lo demás son centros comerciales con goteras”.
“Sin Cuba nada de esto habría existido, me afirmaba, la América Latina de hoy sin la Revolución Cubana no habría existido, sería otra cosa, no sé qué, pero no sería la América Latina de hoy. LaRevolución Cubana marca un antes y un después en la historia contemporánea, con dificultades y con todo tipo de batallas perdidas, que no la guerra, a partir de la Revolución Cubana América Latinano es el patio trasero de los EE.UU. y eso es gracias a Cuba, a esa Revolución que se da en el sitio más inesperado, allí donde jamás Marx hubiera pensado que en una islita perdida en el Caribe iba a suceder un momento histórico que fuera a cambiar el rumbo del continente”.
Hablamos de su última visita a Cuba, a Gibara, su paso breve por La Habana y cómo por esa razón no pudimos vernos nuevamente en la revista. Gracias, le dije cuando terminamos de conversar. Me respondió nuevamente: “Cuba es familia” y añadió: “La Jiribilla es familia”.
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