sábado, 26 de octubre de 2013

Encuestas y “visiones proféticas”


Diario Tiempo

Foto: El pueblo es el que debe elegir a las personas más idóneas para que administren la justicia en el país.

A partir del próximo jueves la publicación de los resultados de encuestas y de sondeos de opinión estará ausente del mentidero político, lo mismo que las “visiones proféticas” para embaucar a los ingenuos en el nombre de Dios.

De acuerdo con lo establecido en el artículo 145 de la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas (LEOP), “No se podrán publicar o divulgar los resultados totales o parciales de las encuestas y sondeos de opinión dentro de los treinta (30) días calendarios antes de las elecciones primarias y generales”.

“Esta prohibición -se agrega- abarca a los que no habiendo realizado encuesta o sondeo de opinión la hayan contratado, publiquen, divulguen o den a conocer los resultados por su propia cuenta. En caso de incumplimiento de esta disposición se sancionará al infractor o infractores con una multa de doscientos (200) a mil (1,000) salarios mínimos”.

En la historia electoral hondureña nunca se ha sancionado a los infractores de esta importante disposición, no obstante formar parte de la santabárbara del fraude electoral. Esa lenidad es producto de la confabulación entre las autoridades, los capos de partido y los medios de comunicación, todo ello bajo el subterfugio de la libertad de expresión e información.

Por la forma en que hasta ahora se ha desarrollado la campaña política, la continuidad de la publicación ilegal de los resultados de encuestas y sondeos de opinión no sería de extrañar, con salvaguarda de impunidad. Se trata de un instrumento de fácil manipulación, que, en nuestro medio, genera multiplicidad de dividendos.

Sin embargo, conviene advertir que, en lo que importa a la credibilidad  pública, la eficacia de la propaganda a base de encuestas, sondeos de opinión, “visiones proféticas” y demás artilugios mediáticos ha disminuido considerablemente, a consecuencia del abuso y el descaro en su utilización.

En el imaginario colectivo el valor de esa propaganda se establece con el razonamiento de, en primer lugar, su procedencia, de la disponibilidad del soborno y de la afinidad con la empatía vigente en el conglomerado. Sucede así porque en Honduras, como se acostumbra decir, todos nos conocemos y funciona muy bien la comunicación aldeana.

Si se toman en cuenta estas características del cambio de mentalidad popular en nuestro país, lo mismo que el avance de la información alternativa que no debe menospreciarse, es posible especular sobre la inutilidad o el efecto adverso de la propaganda basada en las encuestas y sondeos de opinión, sobre todo las provenientes del círculo del poder, que, asimismo, afectan negativamente la confianza en la comunicación social.

La observación y el análisis de estas prácticas fraudulentas adquiere cada día, y de cara al futuro, gran trascendencia porque es uno de los aspectos clave para la definición del rol de los medios de comunicación, especialmente en lo relacionado con su responsabilidad social, que es fundamental, y con las revisiones del sistema a que los comportamientos abusivos conducen y obligan.

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