jueves, 17 de octubre de 2013
El Lobo aúlla otra vez
Editorial Voces contra El Olvido
Los golpistas hondureños no quisieron entender en los últimos cuatro años que su período post golpe no era realmente un gobierno, sino una ficción administrativa para intentar reconstruir la realidad resquebrajada por el golpe de 2009.
Lamentablemente han tratado con insistencia, embuste y soberbia, de imponer a cualquier costo una falsa normalidad democrática, que choca siempre con su brutal violencia, impunidad y graves violaciones a los derechos humanos.
Equivocaron absolutamente su misión, se perdieron de cabo a rabo.
Trataron desde el comienzo de negar las torturas, las detenciones arbitrarias, los desalojos violentos, los homicidios y femicidios contra todo el mundo.
Llamaron Estado de Derecho a una entelequia jurídica al servicio del crimen organizado y de sus agentes encubiertos dentro de las instituciones.
Sin mínimo respeto ni mínima inteligencia han repetido como loros que las denuncias locales e internacionales de violaciones son inventos de organizaciones no gubernamentales dedicadas al desprestigio de Honduras para cosechar camionadas de dólares.
Ahora que están a las puertas de ser juzgados electoralmente por sus propios correligionarios azules y colorados acuden al mismo expediente.
El liberal demócrata nacionalista, Arturo Corrales Álvarez, experto en manipulación política y desinformación pública, afirma que el Observatorio de la Violencia hace mal los cálculos.
El oráculo del imperio del mal reduce descaradamente las cifras de homicidios, para probar que antes de las urnas los armadillos, tigres, libertadores, xatruches y policías militares imponen su fuerza sobre la delincuencia y que, por tanto, deben votar por los rambos del Congreso.
El demonio asesino del batallón de la muerte 3-16, por su parte, trata desde su posición de agente de la CIA de construir el miedo hasta clavarlo en la mente de sus propios amos mediáticos, golpistas por demás, anti demócratas, eternos negociadores del poder.
Y Lobo ni él mismo se la cree, pero entra al circo a hacer su propio show.
Dice que son Organizaciones no Gubernamentales (ONG) las que han orquestado una campaña internacional que podría afectar las elecciones nacionales. Pero no se atreve a mencionarlas.
Porfirio se limita a revelar que “los ministros de diferentes áreas han recibido muchos reclamos de ONG internacionales sobre temas que no son ciertos, ellos como que estuviésemos en la crisis de 2009 todavía”.
“Muchas organizaciones a nivel internacional están tratando de decir que aquí estamos en un estado de guerra, que hay persecución política y son situaciones que no se dan”, subrayó el jefe del golpismo azul.
Hasta aquí sus citas, basta. Honduras está militarizada en la víspera de las elecciones, están asesinando personas en forma masiva y selectiva sin investigar un solo caso, y el espionaje de la oposición es directo y vulgar.
¿Eso es un invento? Que las personas tienen que abandonar sus barrios y colonias e inclusive su país para librarse de la extorsión de bandas privadas y públicas, no es verdad?
Y que las reglas del juego electoral están siendo modificadas cada semana por dos partidos tradicionales en perjuicio de 8 fuerzas políticas ¿tampoco es cierto? Y que hasta los obispos romanos dudan de la transparencia del Tribunal? Ah?
El régimen continuador del golpe en vez de atacar a quienes escuchamos a las víctimas y hacemos sus denuncias, debería poner atención verdadera a su dolor, a sus reclamos de justicia y sus demandas de reparación.
Y respecto a la calma o calentamiento de las elecciones del 24 de noviembre realmente depende de los mismos que hoy se quejan de la máxima observación internacional.
El éxito o el fracaso de ese pulso entre golpistas y resistencias dependen realmente de quienes han puesto a los militares violentos a gerenciar las instituciones estratégicas del Estado y al mismo tiempo a patrullar calles y a cargar las urnas.
El sesgo en este análisis no daña la imagen de Honduras, más bien previene un desastre mayor.
Editorial Voces contra El Olvido sábado 12 de octubre 2013
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