miércoles, 30 de mayo de 2012

Hace dos semanas aldea miskita fue aterrorizada por agentes antidrogas


Vos el Soberano


Los disparos durante una misión antinarcóticos respaldada por Estados Unidos, que al parecer apuntó contra civiles por error, no constituyeron el único hecho terrorífico en aquella noche, hace más de una semana, dicen los lugareños.

Los agentes enmascarados y fuertemente armados irrumpieron después en las casas y maltrataron a los ocupantes, relataron los pobladores, los cuales creen que agentes estadounidenses participaron en la acción.

Después de que cuatro pasajeros que viajaban en una embarcación perdieron la vida en un río y otros cuatro resultaron heridos a causa de los disparos, los agentes descendieron de helicópteros en la comunidad de chozas de madera construidas sobre pilotes cerca del río.

Los agentes comenzaron a romper las puertas en búsqueda de un narcotraficante al que llamaban "El Renco", contaron el lunes los lugareños a The Associated Press.

Según los testigos, algunos de los agentes eran "gringos" y se comunicaban en inglés por las radios que llevaban.

Hilaria Zavala dijo que seis hombres le patearon la puerta alrededor de las tres de la mañana, tiraron a su esposo al piso y le pusieron una pistola en la cabeza.

Un agente "lo tuvo así más de dos horas. Le preguntaban si el era "El Renco", si el trabajaba para El Renco, si el material era de El Renco. Mi marido les contestaba que no, que él no tenía nada que ver", señaló Hilaria.


Wilmer Lucas Walter de 14 años se recupera de las heridas por disparos en un hospital público de

La Ceiba. (Foto AP/Rodrigo Abd) 

La muerte de las personas por los disparos y la incursión del comando policial, el 11 de mayo, enfureció a los lugareños, que formaron una turba que blandía machetes e incendió las viviendas de cuatro familias, incluida una que se cree pertenecía a El Renco, señaló el jefe de la policía de Ahuas, Filiberto Pravia Rodríguez.

El jefe policial dijo que intentó conversar con la turba para que se contuviera pero incluso tuvo que correr para salvar su vida cuando los lugareños airados se volvieron contra él.

La Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) ha reiterado que sus agentes que participaron en la operación con los helicópteros no utilizaron sus armas y sólo se desempeñaron como asesores para sus homólogos de la Policía Nacional de Honduras.

La policía dijo que los helicópteros seguían un cargamento de cocaína que fue bajada de un avión y era subida a un bote en el río. Añade que las aeronaves fueron blanco de disparos desde tierra. Los agentes respondieron al fuego en defensa propia.

Un portavoz de la DEA aseguró el lunes en la noche que personal de esa instancia no estuvo en la aldea, cuando se le preguntó sobre la versión de los lugareños.

El portavoz del Ministerio de Seguridad de Honduras, Héctor Iván Mejía, dijo que carecía de información sobre los hechos narrados por los habitantes del lugar.

Abajo, en una amplia curva del navegado río Patuca, los pasajeros de una embarcación fluvial dijeron que se despertaron en medio de la balacera que provenía de un helicóptero y los doce se lanzaron al agua para guarecerse. La AP contó unas 20 perforaciones de bala en la lancha donde habían viajado. Algunos agujeros tenían manchas de sangre y eran lo suficientemente anchos para introducir el dedo. No quedó claro qué pasó con la nave que la policía nacional dijo que era objeto del ataque y donde los agentes hallaron media tonelada de cocaína.

Hilda Lezama fue herida por una bala que le dejó una herida grande en la pierna derecha. El propietario de la lancha de pasajeros, que como parte del negocio familiar transporta buzos, dijo que el helicóptero disparaba en plena obscuridad, a continuación encendió una luz potente y la apagó, antes de continuar disparando.

"¿Por qué no encendieron primero la luz y luego dispararon?", se preguntó la mujer. Cuando estaba en el agua siguiendo disparando, ellos nos vieron y seguían disparando", agregó.

En la orilla cerca del principal muelle de Ahuas, Sandra Madrid se ocultó en su vivienda de los intensos disparos que caían desde arriba. La mujer contó que los disparos duraron 15 minutos. "Yo nunca había visto una maquina así, ni un tiroteo así", señaló Madrid, que administra la principal empresa de transporte fluvial en la aldea.

Entonces, casi una hora después, los helicópteros descendieron frente al patio de la casa de ella.

El vecino Mariano Uitol dijo que bajaron unos 40 hombres en total y agregó: "Nos pidieron que nos metiéramos dentro de las casas todos, que no saliese nadie".

Los integrantes del comando decomisaron la embarcación de un vecino y gasolina para desplazarse por el río, señaló Madrid, y se llevaron al sobrino adolescente de Hilaria Zavala para que los guiara. El chico esperaba en el muelle la llegada de su madre en la embarcación de pasajeros que fue baleada.

Los testigos dijeron que los agentes hicieron varios viajes, transportaron sacos y los subieron a los helicópteros, los cuales despegaron y aterrizaron repetidamente en las próximas dos horas.

Tras una investigación, militares hondureños destacados en Puerto Lempira, a corta distancia, concluyeron que los agentes dispararon por accidente contra los civiles, mataron a cuatro e hirieron a cuatro de éstos, dijo el coronel Ronald Rivera Amador, comandante de la fuerza especial militar conjunta hondureña Paz García.

Señaló que la fuerza especial efectuó sólo parte de la pesquisa y envió sus conclusiones a la fuerza de tarea conjunta General René Osorio. Mejía señaló que un fiscal federal hondureño está al frente de la investigación.

El trasiego de drogas ha sido una actividad que ha persistido durante décadas en la sabana y región selvática aislada del norte de Honduras conocida como La Mosquitia, que adquiere su nombre de los indios miskitos que han habitado el lugar durante siglos.

Sin embargo los envíos de cocaína se incrementaron de manera marcada en los últimos años debido a la lucha contra el narcotráfico en México y otras partes en las que corren rutas importantes desde Sudamérica a Estados Unidos.

El Departamento de Estado dijo que 79% de toda la cocaína enviada de contrabando en vuelos que parten de América del Sur aterrizan primero en Honduras.

Diversos legisladores de Estados Unidos y grupos de derechos humanos han intensificado sus críticas a los recursos que Estados Unidos gasta en este pequeño país de ocho millones de habitantes en América Central y que tiene una de las tasas de homicidios más altas del mundo así como un elevado índice de impunidad.

Desde el presidente Porfirio Lobo hasta el jefe de la policía local, todos hablan abiertamente del problema de las familias pobres de la región que ganan dinero cargando y descargando cocaína.

El jefe policial dijo que no podía hacer mucho para enfrentarse con los narcotraficantes desde su cargo con cuatro agentes que se desplazan en bicicleta o a pie.

"Tengo 30 balas. Aquí se juntan mínimo 50 hombres, hasta 100 y con el mejor armamento. Nuevo, y con balas", agregó. "Si los vemos o sabemos que están, lo que hacemos es ir lejos o meternos dentro de la posta. No podemos hacer nada contra ellos", señaló.

Pravia dijo que escuchó a los helicópteros en medio de la noche pero sólo salió hasta que los soldados tocaron a su puerta alrededor de las 5.30 de la mañana.

Pravia y un juez intentaron ir al río, donde los soldados dijeron que había dos cadáveres en el agua, pero fueron recibidos por una multitud furiosa que blandía machetes y garrotes, y cargaban latas de gasolina.

"Tuve suerte y pude correr", relató.

Varias horas después, la muchedumbre dirigió su ira contra las cuatro casas.

"Como todo el relajo se monto por culpa de El Renco, pues los familiares y los amigos de los muertos fueron a quemarles las casas por narcos porque por su culpa todos pagamos", señaló Pravia.

El periodista de la AP Alberto Arce reportó esta historia en Ahuas y Katherine Corcoran informó desde Tegucigalpa. Los escritores de AP, Matthew Lee en Washington y Martha Mendoza en Santa Cruz, California, contribuyeron con este despacho.

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