martes, 29 de mayo de 2012

Familias miskitas enlutadas por ataque contra población civil en operativo antidrogas




Juana en compañía de su abuela Bayola Jackson

En el brutal ataque que desde un helicóptero perpetraron efectivos de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) contra un "pipante" (pequeña embarcación de pasajeros y carga) que se deslizaba sobre el río Patuca en el sector de Paptalaya, murió de varios impactos de bala la joven Juana Jackson (28 años) quien tenía 5 meses de embarazo.

Su hermana Marlen Zelaya narró que Juana había ido a la comunidad de Patuca a recoger unas cosas que le habían enviado de Roatán por lo que ella estuvo en la casa cuidando de los hijos de su pariente (un varón de 1 año y otro de 9) en el barrio El Naranjal.

Zelaya expresó que ella se puso a lavar ropa desde muy temprano cuando recibió una llamada a su celular de parte de una tía, quien le preguntó si había llegado su hermana a casa.

"No, le dije yo, ¿por qué?, no miras que la mataron esos helicópteros y a mucha gente que venía en el pipante me dijo mi tía, inmediatamente dejé mis cosas y me fui corriendo a la clínica del hospital Evangélico Morava, encontré al motorista del hospital, le pregunté, pero el me dijo, no, su hermana no vino", dijo sollozando.

Agregó que luego se dirigió hacia el landín (pequeño embarcadero situado a varios kilómetros de la casa) y escuchó que su hermana viajó en el pipante al lado de Emerson Martínez que murió de varios impactos de bala.

Al comprobar con otros sobrevivientes del mortal ataque, que Juana sí había viajado, Marlen expresó que se quedó impactada durante varios minutos porque hace algunos días perdió a su madre y ahora su hermana estaba muerta y desaparecida.

"Siento tanto dolor por todo esto, a mi hermana la mataron de cuatro balazos, uno en el pecho, otro en la pierna, otro en la cabeza y otro en la naríz, la mataron como si se tratara de un perro", apuntó muy compungida.

Juana Jackson fue encontrada por su hermana hasta el sábado en una búsqueda frenética por encontrar su cuerpo en la zona del brutal ataque.

"Cuando la encontré, la traje a la casa para cambiarla, la puse en el ataúd y la sepulté en el cementerio porque no podía tenerla más tiempo en la casa porque ya se estaba arruinando", dijo llorando Marlen Zelaya.

Señaló que Juana era una mujer cristiana que pertenecía a la iglesia evangélica morava, pero no tuvo tiempo para velarla en la capilla.

"Ahora que no tengo mamá,ni tengo papá, yo tengo que criar a los hijos de mi hermana, porque no puedo dejar en la calle a mis niños, tengo que cuidarlos y educarlos, que voy a hacer, Dios me va apoyar", aseguró Zelaya.

Marlen trabaja como enfermera en el Hospital Evangélico Morava del municipio de Ahuas,
una obra social que brinda atenciones médicas a bajo costo a las personas de escasos recursos económicos, tiene 4 hijos y vive en el sector de El Naranjal, Ahuás.

"Siento un dolor muy fuerte, porque con esta muerte son 3 familiares que han muerto, primero mi mami, después una tía mía que murió hace 2 semanas y ahora con mi hermana, entonces no se cuánto dolor siento yo,solo Dios me puede ayudar en todo esto, porque estoy sola y soy madre soltera", finalizó diciendo Marlen Zelaya, otra de los familiares de las víctimas mortales del atroz ataque efectuado por agentes de la DEA en Ahuás, en la mosquitia hondureña.

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