viernes, 2 de septiembre de 2011

Los derechos indígenas amazónicos son clave para salvar los bosques

Alainet

Por Sally Burch

Con un llamado a un cambio profundo de las macro-políticas de la globalización neoliberal y propuestas para afianzar los derechos indígenas, como principales soluciones para salvar los bosques, culminó la "1ª Cumbre Regional Amazónica: Saberes Ancestrales, Pueblos y Vida Plena en Armonía con los Bosques" (Manaus, 15 – 18 agosto 2011). Esta Cumbre, organizada por la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, COICA, junto con la organización anfitriona COIAB (Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña), contó con la presencia de dos centenares de delegados y delegadas de organizaciones indígenas de los nueve países amazónicos, así como representantes de instancias aliadas de la COICA.

El “Mandato de Manaus” (http://alainet.org/active/48803) adoptado por las organizaciones participantes denuncia "la hipocresía y contradicción" entre las políticas globales de protección de los bosques aprobadas por los gobiernos, y la pervivencia de prácticas cotidianas de deforestación, degradación de la selva por los negocios mineros y de hidrocarburos, ganadería extensiva, producción de soja, ‘agro-combustibles’, supercarreteras de colonización, uso de pesticidas, entre otras.

La Cumbre abordó la problemática desde diversos ángulos, principalmente: territorios indígenas, planes de vida y áreas protegidas; crisis climática, bosques y REDD+ indígena; saberes ancestrales, usos sustentables, patrimonio intelectual y vida plena; e incidencia y comunicación en derechos indígenas. Además, debatió propuestas y alternativas para encaminar a las próximas citas mundiales en el marco de Naciones Unidas.

Territorios y áreas protegidas
En el tema de los territorios, las preocupaciones se sitúan, principalmente, en la falta de demarcación y titulación colectiva de los territorios que tradicionalmente ocupan los pueblos indígenas amazónicos. Varios países carecen de una legislación adecuada en esta materia. La Cumbre considera que el reconocimiento de los territorios sería una de las barreras más efectivas a la depredación de los bosques, gracias a los saberes y prácticas milenarias de vida en armonía con la naturaleza de estos pueblos.

Esta situación se complica aún más en el caso de las áreas protegidas declaradas por los Estados, que muchas veces se superponen a los mismos territorios indígenas. Con excepción de algunos casos donde las áreas protegidas han sido definidas bajo acuerdo entre gobierno y las comunidades indígenas, las legislaciones generalmente prohíben titularizar las tierras en estas áreas, lo cual genera conflictos respecto a la gestión de los recursos. Se propone, por lo mismo, cambios legislativos en materia de gobernanza de las áreas protegidas, para reconocer los derechos y la gestión indígena.

Otro tema de conflicto frecuente son los megaproyectos e industrias extractivas ubicadas en territorios indígenas tradicionales, para lo cual la Cumbre exige que los procesos de consulta previa sean transparentes y vinculantes. En este plano, la Cumbre realizó acciones de solidaridad con dos luchas actuales: la primera, contra la represa de Belomonte, en Brasil. Este “Belomonstruo”, que será la tercera represa más grande del mundo, desplazará a unos 25 mil indígenas que viven en las riberas del río Xingú en el oriente amazónico. La segunda fue con la marcha en Bolivia contra la construcción de la carretera en el territorio/parque nacional TIPNIS, que inició durante los días de la Cumbre. (1)

Conservación de los bosques y saberes ancestrales
En el tema de los acuerdos sobre cambio climático, si bien sigue siendo un tema polémico, el Mandato de Manaus aboga por fortalecer un programa REDD+ Indígena (Reducción de Emisiones de la Deforestación y la Degradación de Bosques), a la vez que exige “garantías y condiciones inmediatas para los Pueblos antes de avanzar más en estos procesos”, incluyendo una “adecuación del REDD+ a las cosmovisiones y derechos colectivos de los pueblos”. Se considera que “sin Territorios ni derechos colectivos es inviable el REDD+”. Es más, se acuerda no firmar ningún contrato comunal mientras no queden definidas las reglas internacionales del programa. Se expresa también un rechazo al mercado de créditos de carbono, por encubrir a los contaminadores globales.

En los debates se reconoció que existen fuertes presiones hacia los pueblos indígenas para que entren en los programas de REDD+. Algunas organizaciones (entre otros en Perú, Ecuador y Colombia) se están preparando para ingresar en estos programas. Otras los rechazan o consideran que las condiciones mínimas están lejos de estar dadas. Un cuestionamiento de fondo es que implicaría monetizar la relación entre pueblos indígenas y la conservación de su hábitat, que no solo implica una contradicción con su cosmovisión sino que les alienta a entrar en la sociedad del consumo. Estas propuestas serán encaminadas a la conferencia de Durban sobre cambio climático, en diciembre.

En el tema de saberes ancestrales, Mirna Cunningham, Presidenta del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU, deploró en su discurso de clausura de la Cumbre que la comunidad internacional valora el conocimiento indígena, pero “muchas veces no valora a nosotros, los portadores de estos conocimientos”. En tal sentido, la Cumbre afirma que “los recursos genéticos de los territorios indígenas y los conocimientos ancestrales constituyen el patrimonio natural e intelectual colectivo indígena” y que tales conocimientos “no están en el dominio público, sino en el ámbito cultural de los pueblos indígenas”.

El Mandato plantea que el acceso a los recursos genéticos dentro de los territorios indígenas y a los conocimientos tradicionales asociados debe pasar por el consentimiento libre e informado de las comunidades concernidas, garantizando una participación justa y equitativa en los beneficios, incluyendo los productos derivados. A la vez, se rechaza la comercialización del conocimiento ancestral y su uso indebido y no autorizado para las reivindicaciones de patentes biotecnológicas.

En materia de comunicación y educación (2), la Cumbre planteó posicionar la comunicación como una línea de acción política -no solo instrumental-, e incidir en políticas públicas de acceso a medios de comunicación y uso de tecnologías de información. Acordó poner en marcha una Red de Comunicación Amazónica en el seno de la COICA. En este marco, propuso, entre otros, fortalecer la relación entre comunicación, cultura y política, desarrollar la formación de jóvenes en estos campos y promover una educación en lectura crítica de los medios.

Hacia Río + 20
La Cumbre debatió también propuestas de cara a la conferencia Rio + 20 sobre desarrollo sustentable (Rio de Janeiro, junio 2012). Con el lema “Soluciones para la Vida no para los Mercados”, el Mandato propone “No aceptar que la ‘Economía Verde’ sea la combinación de neoliberalismo desarrollista con ‘proyectos verdes’ sino un cambio profundo”, incluyendo en el patrón de producción, consumo, distribución y energía, “con alternativas de armonía entre sociedades, culturas y naturaleza”. Además, apela a la renovación del protocolo de Kioto y apoya el establecimiento de una Corte Ambiental Internacional.

Reconociendo que Rio+20 es “una de las últimas posibilidades para salvar todas las formas de vida del planeta” los pueblos amazónicos se proponen desarrollar estrategias de intervención dentro y fuera de la Cumbre oficial, realizar actos culturales-políticos en Durban y contribuir a construir una Cumbre de los Pueblos plural y democrática.

Notas:
(1) Al día siguiente a la Cumbre se realizó en Manaus el Foro Indígena del Abya Yala, con la participación de otras organizaciones indígenas del continente, que emitió un "Llamado al diálogo para solucionar el caso del TIPNIS". http://www.movimientos.org/enlacei/show_text.php3?key=19718
(2) ALAI fue invitada a apoyar la mesa sobre comunicación con una intervención motivadora y el acompañamiento a la sistematización de las conclusiones.

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