lunes, 12 de septiembre de 2011

“La Crisis Europea”, antítesis para Honduras y América Latina

Rebelión

Por Luis Aguilar

En el transcurso de los últimos años el mundo esta presenciando el fin del ya decadente Estado de Bienestar de los países de la periferia Europea, los bien conocidos PIGS (siglas en Inglés de Portugal, Irlanda, Grecia y España, o PIIGS si se suma Italia), y la entrega de su suerte a las instituciones financieras internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y recuerda, a su vez, el fracaso neoliberal de América Latina en donde fue experimentado por vez primera.

Las preguntas que se han planteado desde el principio son ¿Quién está en crisis? ¿La economía o el sistema? ¿Qué clase de crisis enfrenta la burguesía?, como premisa tampoco se puede afirmar que la crisis sea solo económica.

Para entender la Unión Europea y su proyecto neoliberal es necesario saber que las elites de poder económico y político se pasean entre Berlín y Paris; en los años setenta varios países más pequeños fracasaron en dotar a la unión de poderes supranacionales, en cambio, se creó una estructura con “ciudadanos de primera y de segunda”. En ese contexto, el Reino Unido entra a la Unión para hacer contrapeso a las dos superpotencias industriales, esto no sin recelo desde el continente debido las nuevas lealtades transatlánticas de la Inglaterra de post guerra.

Crisis Económica 
En la actualidad, la elite política y económica de esa gran parte de Europa ha decidido que las clases trabajadoras de países que no son económicamente rentables, o históricamente no tan productivos, pueden ya ir perdiendo sus tradicionales derechos, aun más de los que ya habían perdido en los últimos 20 años. Sin embargo, en países como España varias generaciones que disfrutaban tiempos de bonanza se mezclaron siempre con generaciones precarias, pero ahora incluso en países con el poderío económico y cultural de Francia ya se habla de “Generation Precaire” (generación precaria) o la generación perdida de la “Crecita 0%” en Italia, país que entró hace rato a un segundo quinquenio en parálisis de crecimiento económico el cual esta ya provocando un nuevo éxodo poblacional. El desarrollo se ha estancado. Estos países, que se habían visto en el pasado sumergidos en procesos de modernización industrial relativamente exitosos, especialmente durante “los 30 años gloriosos” (1945-1975), se ven ahora con grandes problemas de adaptación a la sociedad post industrial que plantea el capitalismo; también traicionados por una “bonanza artificial” de antes de la caída del muro de Berlín en el caso de Italia o con un espejismo de desarrollo en el caso de España e Irlanda como explica Vicenç Navarro,

“En Irlanda y en España el maridaje banca-inmobiliaria-industria de la construcción fue el motor del mal llamado “milagro español e irlandés”. Este milagro se iba consiguiendo a base de un enorme endeudamiento”.

O Wikipedia;

“España, país que usufructuó ampliamente la ayuda de la Unión Europea, se convenció de su prosperidad, confundiéndola con la burbuja financiera-inmobiliaria que estaba provocando transitoriamente crecimiento y empleo.”

Otro ejemplo de “gran éxito” fue Irlanda, ahora con más de mil irlandeses huyendo cada semana para buscar trabajos principalmente en Australia.

“Irlanda fue mostrado como un modelo de milagro económico a ser imitado por quienes quisieran salir del subdesarrollo: salarios bajos, pocas regulaciones, amplia convocatoria al capital multinacional y boom inmobiliario”.

Si bien el neoliberalismo ortodoxo nunca ha sido implementado como lo conocemos en América Central, las posibilidades hacia una precarización del Estado de Bienestar han sido ampliamente anunciadas por intelectuales europeos; por un lado las válvulas financieras tuvieron finalmente un cierre fortuito, y por otro las nuevas generaciones no encuentran la estabilidad que les fue prometida. Como respuesta, los países que adoptaron un modelo capitalista de corriente anglosajona no han tenido mejor éxito, pero sus elites se han embarcado en una neo-colonización del tercer mundo sin precedentes que les ha aportado capital contante y sonante, logrando así poder en la toma de decisiones que repercuten en el futuro de naciones enteras como los PIIGS, ya que ante la crisis, la democracia, es de las primeras a someterse al yugo del capital.

Por lo tanto, mientras ese “centro” del capital europeo se convierte en el verdugo de su propia “periferia”, relegándolos a familiares de segunda clase: no olvidemos que el FMI es controlado por la misma Europa, y solo muy recientemente los BRICs (Brasil, Rusia, India y China) están reclamando un presidente No-Europeo para dirigir esa institución. Perdieron con la nominación de Lagarde. Esto refleja que la crisis de los PIIGS se debe en parte a una ayuda artificial que occidente inyecta en la propia periferia de su centro, absorbiendo capitales desde los países del sur global y redistribuyendo el excedente en territorios estratégicos y necesarios para su legitimación imperial, como es el caso de la península ibérica, a cambio de la aceptación de mecanismos sinérgicos (mercados, sistema económico) y lealtad.

Problema democrático y crisis del pensamiento 
Una gran pérdida del derecho de los pueblos a ejercer la democracia se materializó cuando en 2005 el pueblo francés voto por el “No”, en un referéndum que pretendía sentar las bases para la redacción de una constitución europea (el Tratado Constitucional Europeo) y que todos los medios de comunicación apoyaban abiertamente; una constitución neoliberal. Sin embargo, dos años más tarde en Lisboa, se ratificó un proceso que reprendía las bases esenciales del proyecto anterior, y que excluye a los votantes e involuciona la democracia hacia la vía parlamentaria, en un claro movimiento anti democrático y anti popular. Esto es exactamente lo contrario que propone el despertar democrático en América Latina, y muy particularmente en Honduras. Es en este sentido que el nuevo “iluminismo latinoamericano” ofrece respuestas que la humanidad nunca antes había podido materializar como lo es por ejemplo los principios de solidaridad encarnados en el ALBA, una alianza que se declara netamente anti-imperial porque nace desde los sectores populares y los trabajadores.

En ese contexto, Europa, el “Continente del Pensamiento”, no tiene mucho que ofrecer al mundo en términos de progreso social y político. Al contrario de lo que algunos predican, desde Suecia hasta Portugal los partidos políticos están en crisis, la participación en decadencia, y la corrupción de cuello blanco a la orden del día. Los ataques en Noruega solamente empeoran este panorama.

Europa se encuentra sumergida también en una crisis del pensamiento en done la cosmovisión unilateral es eurocéntrica y tiene unas raíces profundas en iconos nacionales que han sido retorcidos (y robados) por un untra-derechismo monárquico a veces difícil de reconocer para quien esta adentro, pero real. Esta situación encuentra consuelo solo al compararse con sus aliados funcionalistas transatlánticos: Norteamérica. Mientras tanto, la Europa Occidental de la Comisión Europea y el BCE no pierde tiempo en implementar los planes más descabellados en el resto del mundo mientras sus clases populares son bombardeadas con neofascismo mediático, produciendo sociedades en las que la derecha triunfa en barrios populares, y la izquierda, “La Gauche Caviar”, vence en suburbios millonarios como en Neuilly-sur-Seine de Paris. ¿Es que acaso solo los ricos pueden pensar con libertad y ser ciudadanos del mundo? ¿al tiempo que, los trabajadores y los pobres están condenados al oscurantismo y al desconocimiento del otro; el musulmán, el latino o el africano?.

Además de eso, el Estado de Bienestar se sostiene con unos recursos foráneos, en la explotación energética de países terceros y plasmando una sociedad de consumo que es insostenible. La hegemonía neoliberal patéticamente disfrazada de socialdemocracia (y a veces hasta de euro-socialismo) tiene que llegar a su fin por propia huella del pueblo Europeo, el cual ya comienza a emanciparse.

Como resultado, recientemente, las plazas y barrios de España se llenan de vida y actividad popular beligerante, y nace el movimiento 15 - M, probablemente sin precedentes posteriores a la guerra civil de los 1930s, y con un claro reclamo colectivo; democracia real. La tesis global es que el movimiento fue motivado por la corrientes revolucionarias del mundo árabe, sin embargo el flujo de las ideas provenientes de América Latina han podido ser un detonante clave en este caso. Sin duda este suceso constituye una esperanza que abre los ojos de cualquier pesimista.

En cualquier caso, Europa más que una crisis económica vive una crisis de la democracia, y da una lección clara al mundo, y muy especialmente a la nueva América Latina, sobre el camino que No hay que tomar.

Nota:
Ver también artículo de Vicenç Navarro, El ataque al estado del bienestar

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