El ex presidente de Honduras Manuel Zelaya pidió este lunes a la comunidad internacional que se involucre activamente en la vigilancia del respeto de los derechos humanos en este país, ante lo que definió como un complot para asesinar a opositores al golpe de Estado de 2009.
Zelaya, en su condición de coordinador del Frente Amplio de Resistencia Popular (FARP), hizo la petición en rueda de prensa en la casa de su ex ministro de la Presidencia, Enrique Flores, en la colonia Miraflores, sureste de la capital. El derrocado ex presidente dijo que está demandado a la comunidad internacional que envíe inspectores o relatores para que constaten la situaciòn en el terreno. "Los ojos de la comunidad internacional deben estar sobre Honduras", aspuntó.
"Hay una nueva mano blanca que está ejerciendo un plan con el fin de eliminar toda oposición o discusión o debate sobre aspectos sociales, políticos y económicos que se han agravado desde el golpe de Estado", subrayó. Añadió que el FARP "está planteando la necesidad de realizar protestas como un paro cívico nacional" el 15 de septiembre, para "que se haga justicia" por las violaciones de derechos humanos.
Como ejemplos de las violaciones de los derechos humanos, Zelaya mencionó la muerte del activista Emmo Sadloo el pasado 7 de septiembre a manos de un pistolero, así como las acusaciones contra su ex ministro Flores, a quien las autoridades mantienen en prisión domiciliaria, por "falsos cargos" de corrupción. El FARP ha señalado como sospechoso del asesinato de Sadloo a un policía cuyas características físicas coinciden con un retrato hablado que difundieron las autoridades de investigación.
Coincidiendo con la petición de Zelaya, un miembro de su seguridad, Hugo Suazo, compareció voluntariamente ante la fiscalía este lunes para declarar en relación con amenazas de muerte que había proferido en contra de Sadloo, por las cuales éste le había denunciado ante el no gubernamental Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH). Suazo dijo que todas las diferencias con el activista habían quedado resueltas en una reunión el pasado 28 de julio en casa del ex presidente Zelaya.
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