lunes, 29 de octubre de 2018

Caravana migrante hondureña: Más de siete mil personas continúan hacia EEUU pese a las amenazas de Trump



Notas sobre el tema
Suman más de 7 mil los que buscan llegar a Estados Unidos.
Se está haciendo todo lo posible para detener la embestida de migrantes: Trump
Sin asistencia humanitaria gubernamental, caravana migrante avanza rumbo a Tapachula
Más de 3,400 migrantes de la caravana retornaron a Honduras
“¡Fuera Fulton!” hondureños se movilizan en apoyo a migrantes
Suman más de 7 mil los que buscan llegar a Estados Unidos
La caravana de migrantes hondureños se duplicó, quizá triplicó en los pasados dos días, ya que, según el último censo de las agrupaciones civiles que la asisten en su organización y logística, suma 7 mil 233 personas, entre ellas 2 mil 303 niñas y niños.

Ayer empezó su trayectoria por territorio mexicano antes de despuntar el día y recorrió los primeros 45 kilómetros en un tiempo récord de siete horas. Es, según ellos, el inicio de un muy largo recorrido. En los anhelos de estos caminantes que proceden de la región más pobre y violenta del continente, su odisea debería extenderse hasta la frontera de Estados Unidos, no importa a qué precio ni por cuánto tiempo.

El empuje del éxodo hondureño desafió no sólo las amenazas de Donald Trump en Washington, sino al propio gobierno mexicano, que ayer continuó advirtiendo en esporádicas apariciones de los más altos funcionarios del Instituto Nacional de Migración (INM) que la gente no puede continuar su trayecto en territorio mexicano si no se aviene a la única opción que les ofrece, que es registrarse en albergues cerrados, bajo control de los agentes de esa dependencia, para iniciar un incierto proceso de solicitud de refugio en México.

De la opción de otorgar visas humanitarias para que simplemente transiten por México y lleguen a la frontera norte, como es el propósito de la mayoría, ni hablar.

La oferta del gobierno les fue presentada hace dos días en el punto fronterizo de Ciudad Hidalgo, donde la víspera se suscitó un conato de enfrentamiento en el que la PolicÍa Federal lanzó gases lacrimógenos contra la multitud.

Pero la opción de refugio en México ha sido desdeñada por el grueso de los caravaneros y la vía para obtenerlo despierta profunda desconfianza.

Poco más de 600 personas –menos de 10 por ciento del total– aceptaron la propuesta, accedieron a trasladarse al albergue instalado en el recinto ferial en la periferia de esta ciudad y desde hace dos días ahí permanecen. El sitio ha sido vedado para visitadores de organizaciones de derechos humanos y para los periodistas. Para proteger su privacidad, es la explicación oficial.

Los hondureños que ya ingresaron sus solicitudes de refugio a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) no podrán salir y moverse libremente mientras dure el proceso de análisis de sus casos individuales, que durará 45 días. Al cabo de ese mes y medio nada les garantiza que se resuelvan positivamente sus casos.

Diversos episodios de la agotadora caminata de ayer pusieron al descubierto la desconfianza de los caravaneros hacia la autoridad uniformada de México y la inconsistencia de la propuesta oficial, a pesar de la retórica.

Uno de ellos ocurre cuando dos altos funcionarios del INM, el delegado estatal del instituto, Francisco Echeverría, y el director de resoluciones migratorias, Héctor Alemán, improvisan una arenga desde la caja de una pick-up. Echeverría los conmina: No pueden continuar transitando por territorio nacional como lo están haciendo, no pueden seguir si no regularizan su situación. Es la única manera ordenada y segura para ustedes de permanecer en México. De lo contrario, están fuera de la legalidad.

Los exhorta a que vayan al albergue que controla el INM para ingresar su solicitud individual de refugio. Uno de los migrantes replica:

–Nos dicen que a los que se lleva Migración los están deportando.

–¡Eso es falso! –responde airado el oficial e invita a que se forme una comisión de representantes para que lo acompañe a la estación migratoria y a los albergues para constatar la veracidad de su ofrecimiento y las condiciones en las que están albergados quienes hasta el momento, unos 750, según cifras oficiales, han aceptado pedir asilo al país.

Por su parte Héctor Alemán, interrogado sobre lo que pasará con la gente que no se decida por la opción del refugio, responde: Estarán en situación irregular y se les aplicará la ley.

–¿Como? ¿Van a ser detenidos?

–Retenidos, no detenidos. Y repatriados, no deportados –es su respuesta.

Sin embargo, los antecedentes recientes de la Comar sobre la alta incidencia de rechazos a las solicitudes de refugio resta consistencia a la única solución que México presenta para enfrentar el desafío del éxodo hondureño. De enero a agosto de 2017 (cifras más recientes disponibles), 2 mil 443 hondureños solicitaron refugio, pero sólo se les concedió a 204.

No son muchos quienes se detienen a escuchar al funcionario que les habla parado sobre la caja de una pick-up. La mayoría de los integrantes del éxodo hondureño avanzan con paso rápido bajo el sol ardiente y no les llama la atención el ofrecimiento oficial.

En contraste con la rudeza del trato oficial a la caravana, los hondureños exhiben una insuperable habilidad diplomática para ganarse el corazón de los chiapanecos que los ven pasar.

Habían iniciado su caminata antes que despuntara el sol. Eran ya cerca de las nueve de la mañana cuando se acercaron a Ciudad Hidalgo. Un nutrido grupo de periodistas, muchos de ellos de las grandes cadenas internacionales, se apostaron en el puente peatonal. Cuando la columna humana quedó al alcance de las cámaras empezó a corear a todo pulmón: México, México, México.

Y así continúan 7 mil almas que marchan y cubren varios kilómetros de carretera con su movimiento, sus sonrisas, su sudor y su semblante exhausto bajo el sol inclemente. A su paso se van ganando el corazón de los chiapanecos, que se prodigan en gestos solidarios.

Tambos de agua fresca para los sedientos, cajas enteras de mandarinas y plátanos, motobicis y camiones de redilas que circularon a la par para poder dar aventón, sobre todo a madres con chicos y a personas mayores, que también las hay. En un punto se repartían sombreros, en otro zapatos usados –quizá la prenda más apreciada por los caminantes, que fuerzan sus pies a marchas intensas; más allá camisetas remanentes de las campañas políticas. Fue visible una empatía que hace pensar en el fracaso de las campañas de odio que alimentaron desde las redes sociales los conocidos ejércitos de bots en días pasados.

Si la solidaridad y el acompañamiento de la población se hace notar con sus gestos sencillos, también es notable la precaria presencia de organismos no gubernamentales o asistenciales. Grupo Beta, el cuerpo creado por el INM para brindar asistencia y auxilio a los migrantes, ha desplegado apenas un par de unidades, inconsistente con la inédita dimensión de esta movilización.

Pero, sobre todo, se extraña la intervención del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), ya que ha sido el propio gobierno mexicano el que ha colocado el foco de esta caravana en el terreno del refugio.

La Jornada

Se está haciendo todo lo posible para detener la embestida de migrantes: Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este domingo que se está haciendo todo lo posible para “detener la embestida” de miles de migrantes hondureños que marchan en caravana desde México hacia Estados Unidos.

“Se está haciendo todo lo posible para detener la embestida de migrantes ilegales a nuestra frontera sur”, escribió el mandatario e Twitter. “Esas personas deben primero solicitar asilo en México, y si no lo hacen, Estados Unidos los rechazará”.

En otro mensaje, Trump insistió en responsabilizar al Partido Demócrata de Estados Unidos, por este tipo de caravanas, como la que avanza por México, y las consideró “una vergüenza”.

“¡Cambien las leyes de inmigración ahora!”, exclamó Trump en Twitter.

Antes el mandatario estadounidense celebró que México desplegara policías federales, para contener la caravana de migrantes centroamericanos, y dijo que dicha acción se debía a que “México respeta el liderazgo de Estados Unidos”.

Desde la perspectiva de Trump, calificada como racista desde su etapa como candidato, los migrantes centroamericanos que salen de su país en busca de mejores oportunidades de vida son, en su mayoría, “delincuentes”.

El secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, comentó el viernes pasado que el gobierno estadounidense, encabezado por Donald Trump, había ofrecido 20 millones de dólares para frenar la llegada de caravanas de personas indocumentadas al país, pero la oferta fue rechazada.

En un video, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, dijo respecto a la caravana que las leyes del país “ponen al migrante y a la protección de sus derechos humanos en el centro”, aunque se buscaría en todo momento “que la migración sea segura, regular y ordenada”.

Los integrantes de la caravana, señaló Peña Nieto, “podrán solicitar el ingreso por las vías que establecen nuestras leyes y el Derecho Internacional”, aunque como cualquier país soberano, México no permitirá “el ingreso a su territorio de manera irregular, y mucho menos, de forma violenta”.

Este domingo, la caravana avanzó a pie varios kilómetros hasta llegar a Tapachula, Chiapas, y en el recorrido rechazó la oferta de autoridades de la Policía Federal y del instituto de Migración, de abordar autobuses que los llevaran a un albergue, por temor a que sea una trampa y ahí los retengan, para luego deportarlos.

Hasta el sábado pasado, según Relaciones Exteriores y Segob, de los casi 4 mil 500 migrantes que se encontraban el 19 de octubre en el Puente Fronterizo Dr. Rodolfo Robles, entre México y Guatemala, solo 640 habían solicitado refugio y fueron trasladadas “a una instalación mexicana destinada para atenderlos por el INM en Tapachula, Chiapas”.

Otros cientos evadieron los controles formales y cruzaron por el Río Suchiate, para continuar con la caravana, que hasta este domingo se ubicó en Tapachula.

Animal Político 

Sin asistencia humanitaria gubernamental, caravana migrante avanza rumbo a Tapachula
Este domingo desde temprana hora comenzó el éxodo masivo de unos 5 mil integrantes de la Caravana Migrante dentro de territorio mexicano rumbo a Tapachula, Chiapas. Ningún nivel de gobierno está asistiendo humanitariamente a los miles de migrantes ni con medidas de seguridad, ni salud, ni con apoyo de alimentos. Son ciudadanos los que se han dado a la tarea de distribuir bolsas con agua y algunos alimentos.

La larga fila ocupa unos 6 kilómetros de la carretera Panamericana. Quienes traen sus hijos pequeños consigo, se detienen por ratos a orilla de la carretera a descansar y recobrar fuerza para seguir su larga caminata.

El delegado del Instituto Nacional de Migración en Chiapas, Francisco Echavarría, advirtió que quienes se encuentran bajo el trámite de inmigración, deberán permanecer en el estado de Chiapas y en el refugio al que fueron confinados hasta que se resuelva su situación legal, no obstante rechazó que se encuentren “detenidos”.

Por su parte, el Quinto Visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Édgar Corzo, declaró que lo que se ha visto “es una falta de asistencia humanitaria, lo hemos visto en el puente, falta de medicamentos, la gente se desvanecía (…) yo creo que se concentraron mucho en la contención y dejaron a un lado lo que nosotros consideramos que es primario que es la asistencia humanitaria” y reiteró que ante esta situación, se tomen en consideración la ampliación de medidas cautelares solicitadas desde el sábado para asistir humanitariamente a los migrantes, ahora, en los albergues.

Ante el hartazgo y el desgaste al que le apostó el gobierno mexicano al intentar contener y pasar a cuentagotas a los integrantes de la caravana de migrantes provenientes principalmente de Honduras, desde la tarde noche del sábado personas se arrojaron masivamente del puente fronterizo al Río Suchiate, otras tantas pasaron nadando de orilla a orilla o en balsas y con niños en brazos por la misma vía.

Muchos de ellos habían pasado más de 24 horas sin alimentos y ya no había agua para distribuir entre ellos, la temperatura rondaba los 32 grados centígrados. La desesperación los hizo tomar la decisión desesperada de pasar pese a que la entrada formal de la frontera se encontraba cerrada y pasando poco a poco a los migrantes para conducirlos a tramitar sus visas o bien iniciar su trámite de refugio.

El miedo a la caída desde nueve metros de altura fue menor al miedo a ser deportados a sus países de origen, a volver a enfrentar la violencia de las pandillas, la pobreza y en general, la falta de futuro digno. Cruzar el río implicaba nadar medio kilómetro, y por balsa, contar con cinco quetzales –moneda guatemalteca equivalente a unos 12 pesos mexicanos – para los balseros. Las balsas son en realidad cámaras de llanta de tractor sobre las que se ponen tablones.

Al caer la tarde este sábado, más del 80 por ciento de quienes componen la caravana migrante que salió el pasado 13 de octubre de Honduras -y al que se le fueron sumando migrantes de El Salvador y Guatemala- ya pernoctaba en el parque de Ciudad Hidalgo, Chiapas.

Por 24 horas las autoridades mexicanas tuvieron éxito. En ese periodo, contado desde que les cerró las puertas, los migrantes permanecieron sobre el puente internacional Rodolfo Robles. Ahí durmieron, ahí se levantaron y ahí empezaron a apuntar en unas hojas de papel sus datos personales, para que “de forma ordenada y en grupos de 40”, pasaran ante el personal del Instituto Nacional de Migración (INM).

El gobierno mexicano les ofreció que, tras realizar el trámite, los llevaría a albergues, donde esperarían el dictamen migratorio. Para las 12 del día del sábado, solo 500 personas habían pasado, según cifras que informó el embajador de México en Honduras, Luis Manuel López Moreno.

“Primero mujeres y niños, primero mujeres y niños”, gritaban algunos organizadores espontáneos que surgieron entre los migrantes.

El comisionado nacional de seguridad de México, Renato Sales Heredia, y el comisionado general de la Policía Federal, Manelich Castillas Craviotto, llegaron hasta donde se encontraban los migrantes, rejas y decenas de policías de por medio. Hablaron con algunos mientras sus subalternos les tomaban fotografías donde aparecían con rostros amigables. Mandaron traer garrafones de agua y, por un momento, agentes de migración y de la policía, tras las rejas, sirvieron agua a los migrantes.

La llegada de Sales Heredia y Castillas Craviotto, explicaron sus subalternos, era para “supervisar que todo se estuviera desarrollando con apego a los derechos de los migrantes, y a las leyes mexicanas”.

Por su parte, el gobierno de Guatemala instaló en el parque central de la ciudad fronteriza Tecún Umán, un centro de atención con una leyenda grande que dice: “¿Quieres retornar a tu país? Aquí te apoyamos. Información Migratoria. Información Institucional”. Algunos migrantes sí optaron por esta opción.

Según cifras oficiales, solo 381 migrantes —casi todas mujeres y niños— realizaron su registro ante el INM, tras lo cual fueron trasladadas al albergue ubicado en las instalaciones de la Feria Mesoamericana de Tapachula, a unos 30 kilómetros de Ciudad Hidalgo. Pero si sus solicitudes de visa o refugio son rechazadas, serán deportadas a su país de origen.

Aristegui Noticias

Más de 3,400 migrantes de la caravana retornaron a Honduras
Con el rostro cansado y sin fuerzas retornaron ayer al país Nelson Miranda (45 años) y su esposa Lourdes Hernández (40 años), una pareja de sampedranos que formaba parte de la caravana de migrantes.

Ellos partieron con la esperanza de llegar a Estados Unidos y trabajar para sus cinco hijos, pero al llegar a Chiapas, México desistieron de su objetivo.

“Nos habían dicho que México nos abriría las puertas, pero vimos que ya después las cosas se fueron poniendo feas, se unió gente que no daba confianza y no quisimos seguir”, dijo Miranda al llegar ayer al punto fronterizo en Corinto.

Jeffry Lara, quien partió desde Cucuyagua, Copán, relató que no siguió por temor, ya que durante la caravana hubo disturbios entre mareros e incluso algunos de ellos intimidaban a otros migrantes para conseguir alimentación. “Hubo un punto entre las peleas que tuvimos que correr porque comenzaron a tirar piedras y garrotes”, dijo tras su regreso al país en uno de los nueve buses que llegó a la frontera entre Honduras y Guatemala.

Atención

Los compatriotas retornaron en 18 buses que puso a disposición el gobierno hondureño. Las autoridades informaron que 164 niños están bajo la protección del Dinaf.

La primera dama Ana García de Hernández expuso ayer los avances del retorno. “Es importante destacar que la información que hemos recibido nos indica que esta movilización debe considerarse como multinacional porque se han ido agregando personas de diferentes nacionalidades”.

Los retornados por vía aérea son al menos 20 compatriotas que fueron recibidos por la primera dama.

En este grupo estaban personas que debido a lo agotado del viaje tuvieron complicaciones médicas, a quienes se les brindó atención.

Carlos Cordero, subdirector técnico del Instituto Nacional de Migración (INM), dijo que a los connacionales se les está brindando asistencia médica, alimentación y resguardo, para posteriormente ser llevados a sus ciudades de origen.

Indicó que la mayoría de expatriados que vinieron ayer a Corinto lograron llegar hasta Tecún Umán, frontera entre México y Guatemala, y desde ese lugar se regresaron.

Vía aérea

Se trata de al menos 20 compatriotas que fueron recibidos por la primera dama de la nación, Ana García de Hernández, en la Base Aérea Hernán Acosta Mejía. En este grupo se encontraban personas que debido a lo agotado del viaje tuvieron complicaciones médicas, sin embargo, de forma inmediata se les brindaron las atenciones necesarias.

La caravana ya recorrió 700 kilometros desde San Pedro Sula, de donde partieron el 13 de octubre, hasta Ciudad Hidalgo, en el estado mexicano de Chiapas.

El Instituto Nacional de Migración de Honduras mantiene cerrado desde el sábado el puesto migratorio en la aduana de Agua Caliente, luego que miles de migrantes cruzaron hacia Guatemala.

Fulton: “Por favor, regresen a Honduras”

La encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Honduras, Heide Fulton, dijo ayer a los hondureños que integran la caravana de migrantes, que partió de San Pedro Sula con la intención de llegar a ese país del norte, que el viaje es “tremendamente peligroso”, por lo que nuevamente volvió a pedirles que regresen a su nación.

“Por favor, regresen a Honduras. El viaje es tremendamente peligroso y @POTUS (presidente estadounidense, Donald Trump) ha dicho que los que intentan ingresar de manera ilegal a EEUU serán arrestados y deportados”, escribió Fulton en su cuenta oficial de Twitter.

Destacó que los Centros de Atención al Migración en Honduras “están preparados para atenderlos”.

La Prensa

“¡Fuera Fulton!” hondureños se movilizan en apoyo a migrantes
En varios puntos del país los hondureños se auto-convocaron para protestar contra el trato que Estados Unidos ha dado a la caravana de emigrantes. El Gobierno de ese país, emprendió una campaña de criminalización para que Guetemala, El Salvador y México, cerraran sus fronteras.

Los ciudadanos se movilizaron ayer para apoyar al grupo que hace siete días salió de San Pedro sula con rumbo a EE.UU., no buscando el “sueño americano”, sino más bien huyendo de la crisis humanitaria de Honduras.

En la capital hondureña, los ciudadanos se citaron en las afueras del Hospital Escuela Universitario, a eso de las 5:00 de la tarde, iniciaron la caminata hasta la embajada de EE.UU., ubicada en el bulevar Los Proceres.

La caravana, a pesar de contar con banderas del opositor partido Libertad y Refundación, no tuvo “tinte político”, de hecho, en comparación a otro tipo de movilizaciones, no hubo presencia de dirigentes de ese instituto político. La ciudadanía pidió unión, y anunció que en los próximos días habrá más movilizaciones.

Los hondureños avanzaron hasta su punto final, al grito del tradicional “¡fuera JOH!”, que tanto disgusta al gobernante Juan Hernández, a éste, se unió el “¡fuera Fulton!”, porque consideran que el papel de la diplomática estadounidense, Heide Fulton, usurpa la imagen de presidente, además de recordar que “ella contó los votos y puso un dictador”, según lo expresado por un manifestante.

Al llegar a las instalaciones de la embajada, se denotó un fuerte contingente policial; no obstante, por esta ocasión, y extrañamente según los protestantes, no hubo represión militar, situación que se ha dado constantemente luego de canjear la inconstitucional reelección presidencial.

El Libertador

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