viernes, 26 de octubre de 2018

El trabajador inmigrante también merece un buen salario


Rebelión

Por Marco Dávila

Los ciudadanos y a veces hasta los inmigrantes “con papeles”, demuestran gran cinismo cuando culpan al indocumentado por los salarios de hambre, cuando la subida o bajada de los salarios le corresponde única y exclusivamente al empleador y al gobierno.

Las compañías tienen dos opciones: contratar a alguien a quien, impunemente, le pueden pagar el salario más mísero, o contratar a alguien a quien por ley le deberán pagar un salario justo y además brindarle beneficios. Muchos empleadores (quizás la gran mayoría) optarán por la primera opción.

El trabajador indocumentado regularmente aceptará un salario que el ciudadano no aceptaría ni estando loco. No es que el ciudadano no esté dispuesto a realizar trabajos duros, no es que el inmigrante le “robe” (consciente ni inconscientemente) el empleo al ciudadano, sino que es, más bien, el empleador quien se aprovecha de ambos (tanto del inmigrante como del ciudadano) al pagar un salario miserable a quien, sin pensarlo dos veces, tomará ese trabajo mal pagado.

El empleador que da trabajo al indocumentado, sabiendo que es indocumentado, no lo hace por que sea un empleador muy buena gente, lo hace para sacar provecho y explotar al trabajador más fácilmente. Y es que el trabajador indocumentado tiende a no ser tan exigente como el ciudadano. Lo que sea es bueno diría el trabajador inmigrante, “trabajo es trabajo”.

El empleador, obviamente, prefiere al trabajador inmigrante porque sabe muy bien que el ciudadano le sale mucho más caro. Y al trabajador inmigrante lo puede explotar más fácil o lo puede contratar por medio de una “compañía de trabajo temporal” y así lavarse las manos para cualquier cosa que pueda suceder, por aquello de las multas a quienes contraten indocumentados, por aquello de que los trabajadores traten de organizarse, por aquello de que el trabajador sufra un accidente y que, por ley, se le tengan que cubrir sus gastos…

Así que hay que decirle a los cínicos que en todo quieren echarle la culpa a los más vulnerables: vayan y exijan cuentas al gobierno y al empleador, formen un sindicato, organícense, exijan mejores salarios para TODOS.

Porque si le va bien a TODOS, a TODOS nos irá mejor.


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