lunes, 8 de octubre de 2018

Nery Geremías, tu memoria invade nuestras ansias de justicia



Nery fue su director desde que Radio Joconguera inició transmisiones en el año 2008. Cuando lo mataron era también corresponsal de Radio Progreso y formaba parte de la Red de Radios Comunitarias y Alternativas de Honduras.

Me subí al vehículo sin dejar un solo instante de pensar en vos. Para llegar a San Lorenzo, Candelaria, Lempira, viajamos 8 horas desde la ciudad de El Progreso. Una vez que dejamos el caluroso valle de Sula, comenzamos a disfrutar el aire y olor que desprenden los pinos en esta zona occidental del país, no obstante los destrozos que ha dejado la plaga del “gorgojo descortezador”  -o al menos esa es la excusa que han usado para talar miles de hectáreas de bosques a lo largo de Honduras, y que especialmente se han ensañado en las montañas del departamento de Yoro, en donde casualmente habitan los Tolupanes, tribus empobrecidas que se resisten al saqueo de los bienes de la naturaleza, entre ellos la tala del bosque. Así iba repasando la realidad hondureña, al son de la brisa de los pinos, cuando llegamos al pueblo que te vio nacer y crecer, recordado Nery.

Es tu séptimo aniversario y seguís doliendo como aquel 14 de julio de 2011 -día de tu asesinato-. Tu madre lo comparte en familia y con una pequeña delegación del ERIC-sj-Radio Progreso. Sos la razón del reencuentro que se ha convertido en tradición todos los años. Para doña Regina -tu madre- contemplar la sonrisa de tu hijo, atenúa el dolor de tu ausencia física, dueles menos. Tu hijo se ha encargado de llenar ese vacío, aunque eso no hace más pequeña la nostalgia ante tus recuerdos.

Nos levantamos temprano para trasladamos al cementerio de la aldea. Debo reconocer que aunque aquí fue la escena del crimen, sigue siendo una zona campesina que a una lo hace respirar y sentir esa paz que hace mucho tiempo dejamos de sentir en el bullicio ensordecedor y contaminante de la ciudad. A pesar de la deforestación, donde quiera que veas te encuentras con el verde oscuro de los montes y el armonioso canto de los pájaros. Tu hijo “Gerito” -Eder Geremías- fue el primero en llegar. Era como mi guía, yo le seguía, y señalando la lápida con premura me dice: “Aquí está mi mamá, aquí está mi papá”. Al estar frente a tu tumba y la de tu esposa Idalia, es imposible no pensar en el presente y futuro de tu hijo. Él transpira tu amor y tu cariño, siempre que menciona tu nombre.

Celebramos tu vida, recordamos tus sueños y clamamos a Dios desde los vencidos y vencidas mediante la celebración de la palabra. Estarías tan orgulloso de tu hijo. Tienes que estarlo. No es para menos, él leyó la primera lectura, tan claro leyó que parecía una persona que ha terminado su secundaría. Orgullosa de la acción, tu madre nos cuenta que “Gerito” aprendió a leer cuando estaba en el Kinder. Querido Nery, también recordamos tu compromiso con tu comunidad y su gente; fuiste líder de la Iglesia, tocabas el piano en el coro de la Parroquia, además, el golpe de Estado de 2009 te acercó mucho más al Sacerdote Amílcar Lara.

Entre risas y recuerdos, compartimos una exquisita sopa de gallina que prepararon tus tías en una olla tan grande con un fin muy claro: que nadie se fuera con el estómago vacío. Así es tu familia, generosa, como generoso fuiste tú con tu gente, y como generoso se va volviendo tu hijo con tu recuerdo y ejemplo.

Tus sueños en la vida de “Gerito”
Déjame decirte que eso de que los años no pasan gratis es verdad, el rostro de tu madre refleja ese cansancio, también es inevitable que su cuerpo y corazón no reviva tu vida. Sin embargo, la dulzura y ternura que caracteriza a Doña Regina se conserva intacta a pesar de que tu muerte aceleró los dolores y las enfermedades no desperdiciaron el tiempo y se apoderaron de ella. En cambio, tu padre cumplió 71 años, aparentemente se ve recio, fuerte, comenta que las enfermedades no son bienvenidas.

Tu hermano Julio -mayor que vos 6 años-, está tan orgulloso de tu hijo, nos cuenta que es un niño muy inteligente -lo mismo dice cuando te recuerda-. Asegura que las calificaciones de “Gerito” son excelentes. -ya está en segundo grado-, dice con orgullo. Cuando tu madre nos comparte que ya viaja solo de casa a la escuela, tu hijo le quita la palabra un y con grito ensordecedor dice: “quince minutos le pego”. Sí Nery, ese camino que recorre “Gerito, es el mismo camino que vos pisaste por tantos años cuando ibas a la misma escuela, cuando todas las mañas ibas a visitar a tu madre, ese mismo aire fresco que acariciaba tu rostro y te invitaba a soñar la vida cargada de ilusiones.

Tu hijo sabe que tuvo como madre a una gran profesora de primaria –Idalia Mejía-, por lo que tu familia le ha contado cuando le muestra las fotografías, los conoce en fotos a ambos. Apenas tenía cinco meses de nacido cuando lo separaron de tus brazos, y dos años un mes cuando falleció su madre. Los doctores dicen que el ingrato cáncer la mató, pero fue tu muerte, la tristeza que aceleró el proceso de esa enfermedad que no tiene piedad y no conoce de clases sociales.

Después de tu asesinato, Julio decidió regresar al país renunciando al famoso “Sueño Americano”. No podía dejar a tus viejos, me dice. Y es que para tu madre no debe ser fácil atender a un inquieto y travieso niño, a su edad ser la responsable del llanto y risas de “Gerito” es una tarea cansada, razón por la cual Julio se convertirá en su tutor. Él ama a tu hijo, cuenta que su vida está dedicada para que sea un buen profesional y logre lo que vos deseabas y no se te permitió: ir a la universidad.

Callar las voces críticas: las cifras se convierten en la sangrienta poesía diaria
Aquel 14 de julio de 2011, como lo hacías todos los días, saliste de la aldea San Lorenzo rumbo a Radio Joconguera, ubicada en Candelaria. Fuiste interceptado por asesinos que cumplieron la orden: callar tu voz. Unos vecinos de la zona te encontraron a eso de las 9:30 am, vos aún respirabas. Si los corruptos no saquearan las instituciones públicas, tu vida pudo ser salvada, pero en Candelaria no existen hospitales estatales. Como no tenían los medios para salvar tu vida, tu familia te trasladó en ambulancia hacia el hospital público Sensuntepeque, El Salvador, donde diste tu último respiro. Un impacto de bala en el cráneo te arrancó la vida según conclusión de Autopsia del Instituto de Medicina Legal.

Las cosas de la vida. Vos dabas cobertura de hechos noticiosos relacionados con el golpe de Estado; también difundías a través de La  Joconguera diversos señalamientos sobre deficiencias en los servicios de salud pública administrados por la Mancomunidad de Mocalempa, una forma de organización municipal que aglutina varias administraciones edilicias, concretamente las de Virginia, Piraera, Candelaria, Mapulaca y la Virtud, y que recibe por parte de la Secretaría de Salud unos fondos de aproximadamente diez millones de lempiras al año, con el propósito de mejorar las condiciones en los centros de salud de esa zona sur de Lempira.

Quiero contarte, querido Nery, que los asesinatos a periodistas y comunicadores sociales no paran. Después de tu asesinato, seguimos contando crímenes de personas vinculadas a los medios de comunicación, las cifras se convierten en la sangrienta poesía diaria. Según datos del Comisionado Nacional de Derechos Humanos (CONADEH), “69 periodistas y comunicadores sociales han sido asesinado en los últimos 16 años, el 43% de estos asesinatos han ocurrido en el gobierno de JOH”. Vos fuiste el número 23 de esta lista; esa institución asegura que “el 92% de esas muertes están impunes por falta de interés de los entes operadores de justicia”, vos sumás en esa vergonzosa cifra.

Diversas organizaciones vinculadas a la libertad de expresión hemos exigido investigación y castigo a los responsables materiales e intelectuales de dichos asesinatos. Deuda pendiente. En tu caso, en un primer momento el Ministerio Público quiso hacernos creer que el origen de tu muerte era “pasional”, la misma estrategia tenían bien ajustada en el asesinato de nuestra querida Berta Cáceres, a quien conociste y sin duda te cruzaste con ella mientras los dos vivían por esos rumbos del occidente hondureño. En el caso de Berta, les salió “el tiro por la culata”, no esperaban la visita del mexicano en su casa, sino a saber en qué condiciones estarían compañeros del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, COPINH. Son expertos en justificar las muertes, no en esclarecer los crimines, como ha ocurrido con tu asesinato, querido Nery.

A pesar de estas cifras oscuras de impunidad, pienso en tu vida, en tus sueños. Si tu familia y si nosotras te olvidamos, serás nadie en este mundo minúsculo e indolente que nos ha heredado una manada de corruptos que por siglos nos han gobernado, y a quienes hoy los llamamos por su nombre. En la reciente investigación del historiador e investigador Marvin Barahona denominada “Lealtades, redes de poder y régimen político en Honduras”, se explica que estos grupos han construido “una estrategia de captura y control del Estado y sus instituciones (…) no se han limitado a conquistar mercados económicos, sino también mercados políticos”, por supuesto con un solo fin, convertir el Estado en negocio.

Ahora comienzan a salir a la luz redes de diputados. Recientemente presentaron requerimiento fiscal en contra de 38 de ellos, la mayoría vinculados al líder del régimen nacionalista Juan Orlando Hernández, el ilegal e ilegitimo presidente de Honduras. Sin duda, vos estarías denunciando estos hechos a través de los micrófonos de la Joconguera y de nuestra Radio Progreso. Pero, por eso, apagaron tu voz, les incomoda que comunicadores sociales y periodistas señalen e informen a la población sobre su actuar corrupto. Sin embargo, para entretener a esta población le recetan futbol y sangre los tres tiempos.

Después de tu separación obligada, en Honduras ocurren situaciones que sorprenden a conocidos y extraños, se reeligen presidentes de la República y hasta Fiscales Generales de la República, sí, el mismo que tiene la misión de hacer funcionar la estructura del Ministerio Público para que investiguen y castiguen a los autores materiales e intelectuales de tu asesinato.

El 11 de julio de 2017, el ERIC y la Clínica de Derechos Humanos Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), presentaron tu caso ante La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), porque las investigaciones sobre tu asesinato se limitan a meras declaraciones testificales y hasta incompletas, han omitido tomar declaraciones a testigos claves, como el sacerdote Amílcar Lara y el señor Manuel Bonilla -ex alcalde de Candelaria-, quienes te conocían muy bien y trabajaron con vos. Son tan inútiles los empleados del Ministerio Público que no tomaron declaraciones a tu familia y otras personas cercanas que tienen información que podrían abrir otras líneas de investigación.

Querido Nery, cuando pienso en la inalcanzable justicia hondureña en este contexto todo se torna gris y a veces oscuro. Mi deseo es que la memoria y energía no traicionen a la población hondureña, especialmente a mí, y a las compañeras y compañeros de ERIC-Radio Progreso, para seguir luchando hasta que se enjuicie y sancione a los responsables materiales e intelectuales de tu asesinato. El ERIC-sj tiene claro su compromiso con las víctimas: el Estado hondureño debe brindar una versión oficial a esta sociedad golpeada por los asesinatos de periodistas y comunicadores sociales.

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