martes, 16 de octubre de 2018

De ningún tipo, no más violencia contra ellos




Por Chaco de la Pitoreta

Desde cualquier punto que lo veo siempre es lo mismo, en la historia, en el presente, en cada proyecto futuro, y en cada momento que voy asumiendo: las mujeres siempre están ahí. En cada lucha que se asume, en cada esperanza que se siembra, desde las renuncias más sublimes hasta las entregas más absolutas. Son ellas la vida, es de ellas, viene de ellas y la tenemos por ellas. Y esta sociedad, como diría el poeta, todavía no se cansa de ser hombre.

Nos han enseñado a no temerle a las peluquerías, a cortar de raíz lo que nos duele, a revestirnos para el frío y doblar la esquina en busca de sombra cuando el sol apremia. Las mujeres en la historia de la humanidad son los hechos y la vida, y ellas nos han ido dejando ser a nosotros. Por eso cuando pienso en este patriarcado violento que las somete, en este estado nefasto que las golpea y en los hombres deshumanizados que las diezmamos me confirmo que vamos sin rumbo, sin destino, sin proyecto futuro.

El colapso de la vida en el planeta, las alteraciones de los ecosistemas y el rompimiento del equilibrio natural tiene su mayor expresión en el rompimiento del derecho y el quebranto de la dignidad de las mujeres por parte de nosotros – los hombres –  y los Estados con sus organizaciones patriarcalizadas.  La sociedad  la hemos deshumanizado en la medida en que las hemos apartado a ellas del lugar que se merecen, del embrión que conduce, que decide, que orienta y que marca la ruta hacia esos otros tipos de relaciones que son posibles solo con ellas, desde ellas y por ellas.

Necesitamos – urgentemente si la intención es recuperar la vida – replantearnos las relaciones y educarnos en procesos que quebranten y desmonten, de una buena vez,  todo aquello que minimiza el rol de las mujeres en la sociedad moderna.  Las sociedades son para todos y todas, pero, esas todas las hemos ido relegando de la toma de decisiones y hoy, su visión de vida, su cosmovisión humana y su proyecto de sociedad no está presente en esta forma de desarrollo que nos venden. La violencia, dulce o disfrazada, siempre será violencia y escondernos en teorías y discursos no hace más que volverla más dolorosa y dañina.

Es curioso, hace un poco de tiempo atrás me enteré que hay un día internacional del hombre, el 19 de noviembre, para ser exactos. Pareciera que pasa sin pena ni gloria, que no importa, que es como relleno de calendario. Sin embargo, no se puede ignorar que está puesto justamente antes, y a solo unos días, del día internacional de la no violencia contra la mujer y eso, me parece a mí, no es un asunto a la ligera, es parte de esa estructura histórica que antepone al pene sobre el cerebro femenino. Por eso se hace necesario preguntarnos que estamos haciendo con la humanidad, hacia donde la estamos llevando y porqué, ahora, desde los discursos, nos vamos haciendo en la idea de otras relaciones que, planteadas de forma amigable para disimular la violencia continua contras ellas, son posibles, aunque esa posibilidad sea solo discursiva y cosmética.

No más violencia contra ellas…

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