sábado, 15 de septiembre de 2018

“Me gustaría tener una tumba donde rezarle a mi madre”



Por Riccy Ponce

“Esa señora que está allí es mi madre”, dijo Lurbyn Elaine Alvarenga, hija de María de Jesús Sierra, detenida desaparecida en la época de los ochentas, al ver su foto plasmada en una manta apostada en plaza de los desaparecidos en el centro de Tegucigalpa, donde el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), acude desde hace 35 años de cada primer viernes de mes exigiendo verdad y justicia.
Teresa de Jesús Sierra Alvarenga desapareció de su casa en el año de 1982, era secretaria de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y también trabajaba en el Sistema de Acueductos y Alcantarillados  (SANAA).

Cuando despareció su madre exigía a las autoridades que se la devolvieran viva o muerta, pero que se la devolvieran, consta en el libro “Los hechos hablan por sí mismo”.

Tersesa Sierra, desaparecida el 31 de agosto de 1982 en el barrio Villa Adela  de Comayagüela

Los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado de Honduras no solo afectaron la vida de las personas que fueron detenidas y posteriormente desaparecidas, sino también la vida de los familiares.

Lurbyn Elaine Alvarenga solo tenía 5 años de edad cuando los militares ingresaron a la casa para llevarse a su madre, de la cual nunca más volvió a saber de ella.

Nadie dio respuesta, su nombre pasó a alargar la lista de los detenidos desparecidos en la época de los años ochenta, de los que hasta la fecha no se volvió a saber nada, pero sus familiares aún recuerdan y no permite que su lucha y su vida quede en el olvido.

Lurbyn, hoy con sus 42 años de edad, relata a defendoresenliniea.com cuanta falta le ha hecho su madre, ya que por un capricho la privaron de crecer junto a ella.

“Cuando ella despareció yo tenía 5 años y mi hermano tenía 3 meses de edad, a ella  la llegaron a sacar de la casa los militares, las razones las desconocemos; los años han pasado y todavía no se sabe nada de qué pasó con ella y ¿dónde está?

“Cuando mi mamá desaprecio yo no entendía que pasaba, porque mi mamá no aparecía por ningún lugar; fue hasta la edad de 10 años que yo entendí, pero siempre estuvo la ausencia de una persona que hiciera el amor de una madre, suplir una madre nadie puede, fue muy difícil”.

Lurbyn asegura que su vida y, sobre todo, su infancia no fue fácil, ya que fue como la de todo niño sin su madre.

“Una vida triste, difícil, sufrí bastante cuando fui niña, ahora grande pues ya tengo mi familia, le pido a Dios de que nunca permita que mis hijos pasen por lo que yo pasé, lo que yo sufrí”.

A mis 42 años sinceramente le dirías que es doloroso, porque a altura de estos años en lo que  vivimos todavía no se sepa nada de lo que pasó en la década de los ochentas, es triste porque muchas familias sufrimos por esa eventualidad, por esa grosería de parte de los gobernantes, esa injusticia de la vida que se cometieron hacia todos nosotros, porque dejarnos sin nuestros padres, a la deriva, agregó  Alvarenga.

Hasta el día de hoy me pregunto si está viva o está muerta, dónde está, donde están sus huesos, quiero encontrarla y poder tener una tumba donde llevarle flores y poder decir aquí está ella.

Lurbyn asegura que en COFADEH encontró una familia para sobrellevar el dolor y que acompaña a buscar verdad y justicia, junto a los familiares de los detenidos desaparecidos.

Considero que es una organización muy buena, porque se ha dedicado a investigar que pasó y a ayudar a los familiares que quedamos huérfanos, entonces me parece que es una labor muy buena que hay que apoyarlo.

El COFADEH recientemente presentó su informe de desaparición forzada al Comité de Desaparición Forzada en Ginebra, ya que ninguno de los nuevos casos de desaparición forzada, al igual que los registrados por el COFADEH desde la década de los ochenta, no han sido objeto de investigación, ni persecución penal contra los violadores de derechos humanos, ni castigo a los responsables, ni reparación para los familiares de las víctimas, según la memoria histórica escrita por este comité.

Cabe recordar que el COFADEH nace de la exigencia de doce familias que se unieron para alzar su voz y exigir justicia para sus familiares detenidos desaparecidos en la época de los ochenta y con el paso del tiempo se unieron más familias a esta exigencia de verdad y justicia.

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