sábado, 29 de septiembre de 2018
“Hablar de Berta es hablar de las luchas que vamos a emprender”
Rel-UITA
Por Giorgio Trucchi
El pensamiento político y el legado de Berta Cáceres fueron los temas abordados en el Foro “No se agüiten, compas”, organizado por la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras, y realizado en el marco de las actividades que acompañaron el inicio del juicio contra los imputados por el asesinato de la dirigente indígena lenca.
Miriam Miranda, coordinadora de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh), conversó con La Rel sobre este importante momento.
-¿Cuál es el contexto en que se desarrolla este juicio?
-Es un contexto adverso que dificulta la búsqueda de la verdad. Siempre debemos recordar que, inmediatamente después del asesinato de Berta, desde el Estado se impulsó una estrategia para ocultar el verdadero motivo del crimen.
Asimismo se fue tejiendo toda una trama para desvirtuar su figura y su pensamiento.
No quieren que el mundo sepa que Berta fue asesinada por el trabajo y la lucha que emprendió, junto al Copinh[1], en defensa de la tierra y los bienes comunes, de los derechos de los pueblos indígenas, en contra de un modelo neoliberal, racista y patriarcal que impulsa proyectos de muerte.
Es por eso que en el banquillo de los acusados no están los autores intelectuales del crimen, los que planearon y financiaron el asesinato. Ni siquiera aceptaron que el Copinh figurara como víctima y que miembros de la familia Atala Zablah[2] testificaran en el juicio.
Es por eso que el Ministerio Público se ha negado a entregar a las partes toda la información que posee sobre el caso.
El Estado es cómplice y no tiene la voluntad política para buscar la verdad. Ni siquiera tuvo la decencia de cerrar el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, que originó el conflicto que llevó al asesinato de Berta.
-Hay un clima muy hostil hacia quienes defienden la tierra y los bienes comunes.
-Exactamente. Esto va más allá de lo que le hicieron a Berta. En Honduras hay una voluntad firme de defender a toda costa este modelo saqueador y depredador. Y van con todo contra quienes nos oponemos al modelo.
Nos estigmatizan, criminalizan, amenazan y asesinan. Dicen que estamos en contra del desarrollo, que somos vándalos, delincuentes, terroristas.
Mientras tanto arrecian la represión con nuevos desalojos de comunidades enteras que luchan contra la minería, los proyectos energéticos, la expansión de la palma africana.
Honduras está a la venta y no hay ninguna intención de reconocer los derechos indígenas, el derecho a ser consultados y a decidir sobre nuestros territorios y los bienes comunes.
-Cuando los medios hablan de Berta dicen que era ambientalista…
-Me rehúso a decirle ‘ambientalista’. Era mucho más que eso. Su principal legado fue haber contribuido a que Honduras se diera cuenta que no sólo los pueblos indígenas existían, sino que tenían y tienen derechos.
Cuando miraron que no bajábamos a la ciudad a pedir comida sino a reivindicar derechos, comenzó la represión.
Tenemos siglos resistiendo y luchando para que no nos desaparezcan. Nuestra lucha es el dolor de cabeza más grande de esta clase política corrupta, de esta mafia económica que tiene secuestrado al país.
Vivimos en un Estado fallido, sin gobernabilidad, ni institucionalidad, ni independencia de poderes.
Cuando se reanude el juicio por el asesinato de Berta debemos arreciar la campaña de solidaridad nacional e internacional con los familiares y el Copinh. Debemos exigir justicia para las víctimas y castigo para los autores materiales e intelectuales.
-¿Cuál es el legado más importante de Berta?
-Hablar de Berta es muy doloroso. Pero me da fuerza ver a sus hijas e hijo, ver cómo van creciendo y la fuerza que tienen. No pudieron matarla. La sembramos y ya estamos viendo los primeros frutos. Esta juventud rebelde que crece y se fortalece con su legado.
Hablar de Berta es hablar de lo que hay que hacer, de las luchas que vamos a emprender, de no agachar nunca la cabeza, de seguir movilizándose, de buscar siempre alianzas y articulaciones, de llamar las cosas por su nombre.
-¿Fue un error asesinarla?
-Se equivocaron y nunca se imaginaron lo que se les iba a venir encima. El rostro de Berta, su pensamiento, su causa, está en cada rincón del planeta.
Independientemente del resultado del juicio, ya no van a poder borrar eso. Se trata de lo que significa Berta para el país y para los pueblos del mundo. Hoy mucha gente se levanta desde los territorios en nombre de Berta Cáceres.
Debemos seguir fortaleciendo su legado, su lucha, su presencia en cada rincón de nuestras tierras, su ejemplo en no quedarse callada, pasiva, con miedo.
Vamos a seguir alzando la voz y eso nunca lo van a poder detener.
Notas:
[1] Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras
[2] Una de las familias más influyente de Honduras, cuyos miembros controlan la empresa Desarrollos Energéticos SA (DESA), considerada por el Copinh corresponsable del asesinato de Berta Cáceres
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