miércoles, 26 de septiembre de 2018
De la oficina al campo, COFADEH dinamiza su labor con redes de defensores de DDHH
Por Sandra Rodríguez
El viaje fue de unos 35 minutos carretera al oriente desde Tegucigalpa. La invitación se había hecho en diferentes ocasiones cuando se diera la cosecha de maíz. El grupo campesino que tiene entre sus miembros defensores y defensoras de derechos humanos de la comunidad Rancho El Obispo, Yuscarán, en el departamento de El Paraíso, tenía todo preparado para recibir al personal del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH).
En el trayecto se atraviesa por 32 manzanas de tierra en recuperación, en ellas está la cancha de fútbol, unas docenas de casas de adobe (tierra, agua y pino seco), plantaciones de hortalizas y un cementerio con tumbas y flores de colores.
La casa de la defensora y dirigente campesina Patricia Eguigure, fue el lugar de encuentro. Era un día para degustar platillos tradicionales derivados del maíz, que se cultiva en los predios que están en recuperación desde el año 2012, y que por ello hay cinco defensores por el acceso a la tierra condenados por el delito de usurpación, según el Tribunal de Justicia en Danlí, desde el año 2016.
Francisco Suazo y su familia, uno de los criminalizados y miembro de la Red de Defensores de Derechos Humanos y Comunicadores Sociales de El Paraíso (Red-Oriente) que organizó el COFADEH desde el 2012, llevó elotes cocidos.
“Chico”, como lo llaman en la comunidad, recuerda que “las tierras estaban sin cercos, la población era pequeña, hay parientes y vecinos enterrados en el cementerio local, desde hace más de 20 años, y ante el crecimiento de las familias nos vimos en la necesidad de recuperar la tierra, y es cuando surge un supuesto dueño, Ramón Rosa Flores Montoya”.
Mientras Lérida y Paty preparaban el atole, también había café y rosquillas. Es un producto que sabe a lucha, son más 700 personas en Rancho El Obispo, la solidaridad es permanente. Los y las integrantes de los grupos campesinos “Hermanos Unidos” y “Mujeres Unidas” se turnan para ir a capacitaciones, acompañar en audiencias judiciales o movilizaciones por la defensa de los derechos humanos.
El sufrimiento de uno es de todos, aquí aprendemos a ser familia y por eso nos apoyamos mutuamente, más cuando tenemos las mismas necesidades y conocimientos, expresó Ana Flores, integrante de la Red de Oriente y secretaria departamental de la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC).
Ana llegó con su madre doña Reyna, eran las encargadas del almuerzo, un “Pirruz de gallina india” recién bajado del fogón que se acompañó con tortillas y limonada, para después comer elote asado, tamalitos de maíz tierno, fritas de maíz y concluir con el delicioso atole.
El día se hizo corto, y con el atardecer era el momento de volver a Tegucigalpa. La dinámica del COFADEH en parte es compartir con los y las beneficiarias en su entorno, porque no sólo es el trabajo técnico de acompañamiento, sino que, ante los momentos de riesgo que vive el país necesitamos dinamizar nuestro trabajo con este tipo de interacciones, expresó Berta Oliva, coordinadora general del Comité.
Ante la invitación de beneficiarios de nuestros proyectos, vimos que no es ir sólo por ir donde ellos y ellas, sino que es también conocer sus dinámicas diarias, en su entorno en sus acciones.
“La llegada y estar con algunos beneficiarios fue muy hermoso, no sólo por los ricos platillos que nos tenían, sino por la riqueza y esencia de cada uno de ellos y ellas, es compartir, ellos van más allá de ser parte de la red de defensores y defensoras, sino que se involucran en la comunidad de forma tal que recibimos la grata noticia que un día antes, fue nombrada la compañera Paty Eguigure, representante del patronato de la comunidad, a quien eligen por su formación, entrega, conocimiento y condición de mujer”. Berta Oliva, coordinadora del COFADEH.
Los y las defensoras de DDHH en esta comunidad, son personas involucradas en las tareas sociales de su localidad, por lo que estamos hablando de gente comprometida. Personas que son la voz de los sin voces, con la labor de hacer que las mismas personas manifiesten y tengan voz para multiplicar la labor social y multiplicar la demanda.
Mientras tanto el equipo del COFADEH repetirá estas acciones con las diferentes redes a nivel nacional, y no es sólo estar viajando, sino renovarse. Esta es una forma de retroalimentación, la vida es toda una dinámica y valió la pena de respirar un poco de aire puro como el del lugar donde estuvimos, detalló Oliva.
Patricia Eguigure “Fue una experiencia muy buena, es un apoyo a los campesinos y un estímulo a los defensores, era nuestro deseo compartir con la familia del COFADEH de la cual nosotros somos parte”.
Como defensores y grupo campesino deseamos que se repita. Hay cinco compañeros procesados, su caso está en casación, por lo que tenerlos aquí entre nosotros es muy satisfactorio, compartió Paty, quien recibió en su hogar al equipo del COFADEH y demás compañeros y compañeras campesinas.
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